En tiempos de coronavirus la virtualidad se volvió normalidad. En este contexto, la reunión extraordinaria del G20 se realizó a través de videoconferencia. El primero orador de este encuentro fue presidente Alberto Fernández , quien convocó a las principales economías que integran este espacio a crear un Fondo de Emergencia Humanitaria pero sobre todo resaltó que de esta pandemia "nadie se salva solo". En ese sentido, el Presidente reclamó priorizar la salud de los pueblos por encima de la economía, terminar con las sanciones y bloqueos.

Durante su discurso, Fernández convocó a los líderes de las veinte principales economías del mundo a suscribir lo que denominó como "un gran Pacto de Solidaridad Global”. Es más, el Presidente fue contudente al sostener que "nada será igual a partir de esta tragedia. Tenemos que actuar juntos, ya mismo, porque ha quedado visto que nadie se salva solo”. De allí es que surge su propuesta de crear “un Fondo Mundial de Emergencia Humanitaria” para combatir la pandemia del coronavirus.

Durante la videoconferencia Fernández estuvo acompañado por el canciller, Felipe Solá, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el ministro de Economía, Martín Guzmán; y los secretarios General de la Presidencia, Julio Vitobello y de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz. La declaración la realizó desde el salón equipado para videoconferencias que se instaló en la Quinta de Olivos.

El encuentro del G20 tiene como objetivo analizar los efectos del coronavirus COVID-19 que impacta en todo el mundo y como tal la idea es elaborar estrategias comunes y coordinadas para enfrentar la pandemia.

“La urgencia que marcan las muertes, nos obliga a crear un Fondo Mundial de Emergencia Humanitaria que sirva para enfrentar, mejor equipados de insumos, el contexto que vivimos”, propuso el presidente argentino.

“Enfrentamos el dilema de preservar la economía o la salud de nuestra gente. Nosotros no dudamos en proteger integralmente la vida de los nuestros”, resaltó el presidente y agregó que "el tiempo de los codiciosos ha llegado a su fin. Como enseña el Papa Francisco, tenemos que abrir nuestros ojos y nuestros corazones para actuar con una nueva sensibilidad”.

De manera indirecta, Fernández cuestionó las políticas de algunos de los jefes de Estado allí presentes que priorizaron lo económico a la protección contra la pandemia y como tal dijo que "estas decisiones no pueden quedar libradas a la lógica del mercado, ni preservadas a la riqueza de individuos o naciones".

Incluso el mandatario argentino les señaló que esta actitud está ligada de manera directa con la deuda externa que agobia a los países menos desarrollados: "El FMI y el Banco Mundial adviertan el ocaso del presente. Celebro que reconozcan lo insostenible de las deudas que soportamos los países más postergados", afirmó.

Fernández reiteró, como dijo desde el discurso de asunción presidencial, que es preciso diseñar políticas que garanticen el trabajo, la producción y, sobre todo, mejores condiciones de vida usando todas las herramientas económicas para proveer liquidez.

La situación de Cuba y Venezuela que viven bloqueos y sanciones económicas estuvo presente de manera indirecta en el discurso del presidente Fernández cuando indicó que "como nunca antes, nuestra condición humana nos demanda solidaridad. No podemos quedar pasivos frente a sanciones que suponen bloqueos económicos que solo asfixian a los pueblos en medio de esta crisis humanitaria".

Durante la videoconferencia también se abordaron cuestiones vinculadas al impacto en la salud, la economía, el comercio y la cooperación internacional.


El discurso del presidente Alberto Fernández ante los líderes del G20

Nos convocamos en un momento único de la historia que nos impone actuar con valentía. No debemos paralizarnos ni temer. Mucho menos podemos resignarnos.

Tenemos que dar una respuesta creativa en este presente que nos ha tocado en suerte. No hay lugar para demagogias ni improvisaciones. Enfrentamos el falso dilema de preservar la economía o la salud de nuestra gente. Nosotros entendemos la economía pero no dudamos en proteger integralmente la vida de los nuestros. Con esa convicción, hemos tomado decisiones en Argentina a partir de la mejor evidencia científica disponible. Así lo seguiremos haciendo.

Quisiera que todos compartan nuestra visión. Estoy convencido que no seremos eficaces si no aceptamos que el mundo ha cambiado para siempre.

Poder sortear esta crisis y enfrentarnos a ese mundo que nace, nos exige diseñar y suscribir un gran Pacto de Solidaridad Global.

Nada será igual a partir de esta tragedia. Tenemos que actuar juntos, ya mismo, porque ha quedado visto que nadie se salva solo.

La urgencia que marcan las muertes, nos obliga a crear un Fondo Mundial de Emergencia Humanitaria que sirva para enfrentar, mejor equipados de insumos, el contexto que vivimos.

La investigación sobre el COVID 19, el conocimiento científico y médico, también debe ser un bien público global.

El tiempo de los codiciosos ha llegado a su fin. Como enseña el Papa Francisco, tenemos que abrir nuestros ojos y nuestros corazones para actuar con una nueva sensibilidad.

Estas decisiones no pueden quedar libradas a la lógica del mercado, ni preservadas a la riqueza de individuos o naciones. Es hora de aprovechar este momento único para crear soluciones económicas tan extraordinarias como extraordinarios son los problemas sociales que atravesamos.

Celebro que el FMI y el Banco Mundial adviertan el ocaso del presente. Celebro que reconozcan lo insostenible de las deudas que soportamos los países más postergados.

Debemos desafiar este presente con el mismo coraje que tuvo este G-20, cuando asumió el daño causado por los paraísos fiscales, por el endeudamiento voraz y por la concentración de la riqueza.

El secreto del futuro pasa por diseñar políticas que resguarden el empleo, la producción y las mejores condiciones de vida usando todas las herramientas económicas para proveer liquidez global.

Como nunca antes, nuestra condición humana nos demanda solidaridad. No podemos quedar pasivos frente a sanciones que suponen bloqueos económicos que solo asfixian a los pueblos en medio de esta crisis humanitaria.

Sin mesianismos ni prepotencias debemos iniciar un tiempo de diálogo global que a todos contenga.

De ese modo, la humanidad superará esta pandemia. Pero lo que además logrará es acabar con el vicio de la exclusión social, la depredación ambiental y la codicia de la especulación. Muchas gracias.