La pandemia de Coronavirus silenció los motores como no ocurría desde la Segunda Guerra Mundial, un parate que incluye la Fórmula 1, el Nascar y el Moto GP, pero también el Turismo Carretera (TC), el Súper TC2000 y el Turismo Nacional (TN). Si bien inicialmente se suspendieron las carreras de marzo y abril, con los días se anunciaron cancelaciones y postergaciones que en algunos casos llegan hasta fines de mayo, lo que se traduce en enormes pérdidas económicas para los organizadores y los pilotos que necesitan exhibir sus autos para cumplir con los sponsors. Mientras tanto, las dirigencias de las categorías empiezan a replantearse cómo adecuar los calendarios para disputar la mayor cantidad de competencias posible durante la temporada, siempre y cuando se logre controlar al inmisericorde Covid-19.

Volantes en cuarentena

El deporte motor local tuvo su última jornada el domingo 15, con la 2° fecha del TN en San Luis y la 1° del Top Race V6 en Entre Ríos. Fue un fin de semana extraño, sin público en las tribunas, con el personal mínimo e indispensable en las pistas y una preocupación generalizada ante la pandemia. "Nadie imaginaba una situación de este estilo. Hubo matices porque había gente que quería correr y otra que no. Cuando empezó a crecer el tema, la categoría ya estaba instalada en San Luis", dice a este diario Hugo Paoletti, presidente de la Asociación Pilotos Automóviles Turismo (APAT), el ente organizador del TN, antes de aclarar que se decidió correr luego de que el gobierno puntano brindara garantías sanitarias y de seguridad, y que ninguno de los presentes en el autódromo presentó síntomas relacionados con el virus en los días posteriores.

Entre los participantes circulaba la certeza de que sería la última vez que rugirían los motores en vaya a saber cuánto tiempo. Tal como ocurre con todas las disciplinas deportivas, el automovilismo tiene su actividad íntegramente paralizada desde el lunes 16. Y así seguirá al menos hasta fines de abril. El TC suspendió las citas de Concordia (29/3) y La Pampa (12/4) y, según afirmaron a Página/12 desde de la Asociación Corredores de Turismo Carrera (ACTC), retomaría la actividad el 26 del mes que viene. Por otro lado, el Súper TC2000 canceló su fecha inaugural del 22/3 en San Juan y "es altamente probable" que ocurra lo mismo con la segunda, a disputarse el 5/4 en Rosario. "Ojalá podamos comenzar durante mayo. De ser así, es posible que sea sin público. Igualmente son todas conjeturas. El comienzo de la actividad estará determinado por los lineamientos de los gobiernos nacionales y provinciales. Nosotros acataremos", sostiene Francisco Aldinio, gerente general de AutoSports S.A, a cargo de la organización del STC2000.

Si bien coinciden en que lo primordial es detener la circulación del virus ("son momentos donde todos debemos ser solidarios", afirman), saben que el principal daño colateral son las potenciales pérdidas de fuentes laborales. "Hay entre mil y 1200 familias que trabajan en el TN. Si esto dura mucho tiempo, se van a quedar sin trabajo. Ese problema no está en primer lugar porque lo principal es la salud, pero si el parate continúa de aquí en adelante se va complicar", pronostica Paoletti, para quien es difícil saber cómo seguirá la temporada un contexto cambiante e impredecible, de decisiones tomadas "día a día". Lo único cierto es que todas las categorías harán lo posible por disputar la mayor cantidad de competencias tratando de no superponer fechas y respetando las medidas epidemiológicas del momento. Desde la ACTC esperan correr 15 de las 16 carreras, mientras que el TN y STC2000, que deben tener un mínimo de 10 eventos (sobre 12 programados) para que sus campeonatos sean oficiales, no descartan alguna fecha doble en el segundo semestre o, en el caso del TN, terminar el torneo en enero.

El virus sin fronteras

Las tres carreras más importantes del mundo son las 500 millas de Indianápolis, el Gran de Mónaco de Fórmula 1 y las 24 horas de Le Mans. Las dos primeras se disputan a fines de mayo, mientras que la otra lo hace a mediados de junio. El 2020 será el primer año sin ese triplete en más de seis décadas, en tanto la semana pasada se anunció la cancelación del evento monegasco (presente en el calendario de F1 de forma ininterrumpida desde 1954) y la postergación de la competencia de resistencia hasta el 19 de septiembre. Queda saber qué decidirá la Indycar, que ya dio de baja las cuatro carreras de marzo y abril e iniciaría su temporada a principios de mayo. Al cierre de esta nota la mítica Indy 500 se mantenía el 24 de mayo, y el Nascar, la categoría más popular de ese país, volvería a las pistas el 3 de mayo. Por otro lado, el Mundial de Rally culminó la carrera de México un día antes de lo previsto y canceló la fecha de Argentina de abril, mientras que el Moto GP todavía no inició su campeonato y postergó su visita a Río Hondo del 19 de abril al 22 de noviembre. La suerte del certamen de las dos ruedas es una auténtica incógnita, ya que durante mayo y junio tiene dos carreras en España, una en Italia y otra en Francia, los tres países más afectados de Europa.

Mónaco no es el único Gran Premio cancelado. La Fórmula 1 se aprontaba para arrancar el 2020 con 22 citas, récord en sus casi 70 años de historia, hasta que el 12 de febrero se postergó el Gran Premio de China, que debía disputarse el 19 de abril en la pista de Shanghái. Pero a principios de marzo, cuando el virus empezó a arrasar Europa, sede de los principales equipos y residencia de todos los pilotos, el panorama cambió por completo. "No sé por qué estamos aquí", dijo el múltiple campeón Lewis Hamilton en la previa de un Gran Premio de Australia que debía iniciar su actividad con las prácticas el viernes 13 de marzo, cuando ya las principales ligas de fútbol e incluso la NBA habían suspendido sus partidos hasta nuevo aviso. Había una razón para que se intentara correr. Mejor dicho, 30 millones de razones: esa es la cantidad de dólares que paga el país de los canguros para albergar la F1 en Melbourne. El golpe de knock out llegó la confirmación de un infectado en la escudería McLaren y la posterior partida del circuito de todos sus integrantes, lo que obligó a los organizadores y jefes de equipo a reunirse para cancelar el GP horas antes de su inicio.

Desde entonces las carreras cayeron como un dominó. Primero la de Bahrein, prevista para el último domingo, luego la de Vietnam (5/4), y la semana pasada las de Holanda (3/5), España (10/5) y Mónaco (24/5). Este lunes se anunció que también cayó el GP de Azerbaiyán del 7/6, por lo que la F1 iniciaría su temporada en Canadá el 14/6. Según afirmaron las autoridades, la idea es reubicar algunos eventos cancelados –el que más chances tiene es el de Holanda, que volvía al calendario gracias al fenómeno generado por el piloto local Max Verstappen– durante el periodo de vacaciones de verano de agosto y en diciembre, cuestión de llegar a fin de año con entre 16 y 18 carreras. Ese receso se “adelantó” a marzo y abril para facilitar las cuarentenas, mientras que por pedido de las escuderías las modificaciones técnicas que debían implementarse el año que viene quedarán para 2022. Los mecánicos e ingenieros, sin embargo, siguen trabajando, aunque no en los autos. Mercedes, Red Bull, McLaren y Williams pondrán sus instalaciones al servicio del desarrollo de material sanitario nuevo y producción de respiradores, lo mismo que hizo Ferrari, cuyos dueños donaron otros diez millones de euros para combatir al virus.