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Adiós al gran monarca trash de las noches de Buenos Aires

El rey ha muerto: una despedida para Sergio De Loof 

Una obra ambulante, un alquimista que transformaba el cotolengo en arte contemporáneo, un príncipe-mendigo del under de los ochenta, noventa y más acá. Sergio De Loof, que pasó sus últimos años fumando en la cama, no temía a la muerte sino al olvido: antes que un velorio mediocre, su último deseo fue que sus cenizas sean arrojadas en Río de Janeiro. Su obra fue él mismo: una vida contra toda etiqueta, contra todas las caretas.

Sergio De Loof, gentileza de Fundación IDA
Sergio De Loof, gentileza de Fundación IDA