Luciano es un joven de 19 años que fue atacado por la Policía con balas de goma en el barrio Norte Grande el pasado 24 de febrero al mediodía, cuando regresaba de trabajar en un lavadero. En estos momentos de cuarentena, su madre pidió ayuda porque la familia no tiene ingresos económicos y están necesitando alimentos, medicación y pañales para la bebé de 2 años. La mujer dijo que hicieron pedidos por teléfono a líneas del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia y a un abogado de la Secretaría de Derechos Humanos pero no les contestaron.

"En estos momentos estamos necesitando pañales porque no hay entrada económica en la casa. Estamos re mal con la alimentación, no tenemos para el yogur o fruta de la bebé (hija de Luciano)", expresó Carina, la mamá del joven.

Carina tiene 42 años, está separada, tenía un trabajo informal por el que le pagaban por día, pero eso fue antes de la cuarentena, ahora ya no puede seguir con ese trabajo porque es asmática y tiene diabetes y artrosis, condiciones de salud que la ubican dentro de los grupos de riesgo ante la pandemia de coronavirus.  

"Ayer tuve que ir a un centro de salud a pedir un puff para el asma porque me agito y ya se me había terminado. No tengo ingreso de plata. También me pusieron la vacuna antigripal y me nebulizaron", relató Carina.

A Luciano después de la agresión policial le sacaron el ojo derecho, en el izquierdo tiene el iris roto y desplazamiento de retina por lo que no ve y una valuación médica posterior decidirá si deberá someterse a una operación. El joven necesita gotas y cremas que cuestan 3 mil pesos. "Estamos esperando que se levante todo esto, con la cuarentena se suspendieron las atenciones", sostuvo la madre.

Carina dijo que desde el gobierno provincial no lo están asistiendo, "en lo único que ayudaron fue con el tema de la tomografía y ecografía. Ni Desarrollo Social ha llegado a preguntar si necesito mercadería. La Secretaría de Derechos Humanos estaba al tanto de todo pero nada más, solo llamaban por teléfono y verificaban. Ayer a la tarde le mandé mensaje a Matías Villafañe, del grupo de abogados asignados a Luciano en la Secretaría, estuvo en línea, me ignoró, le pedí si me podían ayudar", afirmó la madre.

"Estoy muy indignada, estamos con el problema de la cuarentena y desde el Gobierno se olvidaron totalmente de Luciano. Yo tuve que dejar de trabajar por la pandemia. Él ponía plata para la comida, estoy atrasada con las boletas de luz. Todo esto me tiene mal, soy dependiente de insulina y el azúcar no me baja de 980", expresó Carina.

La madre dijo que solo los vecinos y amigos de Luciano se acercaron y les dejaron 100 o 200 pesos y algo de mercadería, también la abuela materna ha colaborado con los gastos. 

Los policías que dejaron con discapacidad a Luciano siguen sin ser identificados, según indicó Carina. Dijo que el fiscal penal Gustavo Alberto Vilar Rey ya tomó declaración a los jóvenes que había llamado a declarar y aseguró que lo hizo con presiones. 

Agresión en el Hospital

Luciano relató a Salta/12 que cuando un hombre lo llevó al Hospital Papa Francisco, porque la ambulancia no llegó a asistirlo después de la balacera, dos policías lo volvieron a agredir. Supo que los policías que lo habían atacado primero, al menos dos, estaban pidiendo que los revisaran también, porque otros jóvenes les tiraron piedras para que se fueran del barrio cuando dejaron a Luciano herido y tirado en el suelo. 

"Escuché que uno se llama Pablo Tolaba, al nombre del otro no me lo pude memorizar, me dolían los ojos. Estaban dando sus datos porque decían que necesitaban llenar papeles para la ART y pedían prioridad para ser atendidos porque eran policías", precisó el joven. Luciano detalló que el médico que lo atendió ese día se llama Néstor Aguierre, y que es el mismo que revisó y pidió los nombres a los uniformados. Con el dato aportado por el joven, en el Hospital Papa Francisco tendría que haber quedado registro de la identidad de los policías implicados en el ataque que lo dejó sin visión. 

"Entré a la guardia del Hospital y pateaba la puerta para que me atiendan, me decían que espere, yo estaba desesperado. Me abrieron la puerta y me hicieron sentar en la camilla. Ahí entra uno de los policías, escucho las botas, me insulta, me dice que me cague si perdí un ojo y me pega a la altura de la sien. Después entra otro, decía 'este era el que estaba ahí'. Me pegaron entre los dos, me quería defender pero no podía, empecé a tirar patadas, gritaba 'auxilio'. Entró una enfermera con un guardia diciendo que no tenían derecho a pegarme, menos en el Hospital", relató Luciano. 

El joven dijo que el médico lo atendió mal, "le pregunté cómo va a permitir que me peguen y me decía que no había estado ahí. Me decía que me calle la boca o no me iba a curar", recordó. Después fue trasladado al Hospital San Bernardo, donde le hicieron una cirugía y lo enviaron a su casa con tratamientos. En estos momentos de cuarentena, una psicóloga de la institución lo contiene vía whatsapp. 

Carina planteó que no entiende cómo en la Fiscalía aún no identificaron a los policías y, respecto a Tolaba, contó que le informaron "que estaba con carpeta médica" y que no habría estado en la represión. En la causa judicial, están interviniendo la abogada Andrea Medina y el abogado Rubén Corimayo, detalló la madre.

Para colaborar con Luciano y su familia se les pueden donar alimentos, leche, pañales XXG, medicación, gasa, solución fisiológica y productos de higiene y limpieza. El teléfono para coordinar la entrega es el 3874108380.