El último informe del Centro para la Integración Socio Urbana (CISUR), titulado Once años menos: desigualdad en la vida y la muerte en los barrios populares, puso en números una realidad que durante años se percibía pero pocas veces se medía con precisión: vivir en un barrio popular en la Argentina implica vivir menos.

Según el relevamiento, la esperanza de vida en estas zonas es de 61 años, mientras que en la media nacional se ubica entre 70 y 72 años. La diferencia -de once años-no responde a factores biológicos sino a desigualdades estructurales: falta de acceso a servicios básicos, precariedad habitacional, ausencia de sistemas de salud cercanos, mayor exposición a accidentes o violencias y trabajos más riesgosos.

Son bastante dolorosos los datos que salen a raíz de este informe. Lo que marca el informe es que la media de vida en barrios populares es de aproximadamente 61 años y en la media nacional es alrededor de 70 o 72 años. Entonces ahí vemos que tenemos una brecha de desigualdad en los barrios populares en el tiempo de vida de la gente”, explicó en la 750 el director de Desarrollo e Integración Productiva en el CISUR, Luis "Pato" Porzio.

El diagnóstico para él no es algo abstracto ni estadístico. Es experiencia cotidiana: “Yo vivo en un barrio popular de Mar del Plata y son cosas que vemos todos los días. En los barrios se nota mucho que envejecer es un privilegio.”

El informe -que recopila datos de defunciones, causas de muerte y acceso a servicios en villas y asentamientos- señala, además, una mayor proporción de muertes por causas evitables y una fuerte incidencia del desempleo estructural en la expectativa de vida. Porzio lo describe en primera persona: “Nuestra ciudad viene hace muchos años siendo la capital de desempleo a nivel nacional. Tengo 30 años y soy trabajador de la economía popular. Desde los 18 años trabajo en una cooperativa de construcción.”

Y agrega un dato que va más allá del empleo: la desigualdad no sólo se mide en ingresos o en acceso a servicios básicos, sino en tiempo de vida. “Este es un informe bastante crudo y un poco lo que buscamos es que gran parte de la sociedad vea que las desigualdades también te llevan a vivir menos. La desigualdad sociourbana también se mide en años de vida, no solamente en cuestiones habitacionales.”

En Mar del Plata, señala, el panorama laboral refleja esa trampa social: “Hoy gran parte de la sociedad se está reinventando para poder subsistir porque el empleo formal no llega a abrazar ni siquiera a la mitad de la población. En Mar del Plata, una de las grandes ofertas laborales que hay es trabajar en el puerto, y hoy el puerto está atravesado por una crisis, entonces lamentablemente las opciones de trabajo cada vez son más complejas.”

El estudio del CISUR concluye que la política pública -o su ausencia- define cuántos años puede vivir una persona según el barrio donde nace. Porzio lo resume con crudeza: en la Argentina, la desigualdad no sólo excluye, acorta la vida.