Hasta ahora, 2019 había sido el año más importante en la carrera de Trueno, consagrado como el freestyler más relevante de la escena local con los campeonatos en la Red Bull Batalla de los Gallos y la liga Freestyle Master Series nacionales. “Yo soy el que rapea frío / Vos el que se va caliente”, le acotó a Papo en la batalla final de la FMS en el Movistar Arena, como abreviación del contexto escénico del rapero, que cumplió la mayoría de edad hace unos días y ya está anticipando su primer disco con dos simples, el tema Atrevido y el freestyle Azul y oro.

En una charla íntima con su colega, amigo y referente Dtoke, que conduce It’s a Trap, por Oktubre FM, el MC explicó algo sobre el cambio de actitud que lo llevó hasta el lugar que ocupa. “Mi manera de pensar cambió un montón. Cuando entré a FMS, no batallaba hacía un año. Me dije: ‘Voy a disfrutar, voy a fluir, ya fue’. Los minutos virales salen porque estoy muy cómodo arriba del escenario, disfrutando del momento, flotando en la base, olvidándome de ganar, de perder”, contó.

Se vio eso en el Luna Park, para la final nacional de la Batalla de los Gallos, donde fue el tapado que se cargó las candidaturas de Stuart y los hermanos Mansilla (MKS y Wolf). Lo mismo para FMS: “Siempre fui bastante freestyle en la manera de hacer todo. Me enteré un día antes de que podía salir campeón de FMS. Y en Red Bull pensaba que podía ganar cualquiera. El que se levanta en su día, gana”, sentenció.

 

La garganta donde nacen los truenos

“Fluir”, “flotar”, “viral”. Son todos términos representativos de su tiempo y espacio. Trueno fue ganándole terreno a Mateo Palacios Corazzina, o simplemente Mateo Palacios, nombre con el que se insertó como youtuber siendo apenas un nene. Desde entonces, su vida pública creció en modo viral hasta subir, literalmente, a lo más alto del mundo: su primera sesión junto a Bizarrap (la #6 de BZRP) es el video de freestyle más visto del planeta, con más de 92 millones de plays. Superando, por ejemplo, a Eminem. Y aquella final de 2017, junto a Underdann en el 2 versus 2 frente a Klan y Replik, sigue siendo una de las batallas más épicas de El Quinto Escalón, y fue visitada en YouTube más de 35 millones de veces.

En ese caldo de influencers nada desde muy chico, con una exacerbada y hasta maniática popularidad. Una legión de “mateístas” se propaga por los campos virtuales y se corporiza cada vez que el joven Mateo se presenta en cualquier formato, para celebrarle hasta el más mínimo gesto. Pero también están los que quieren facturárselo a cada paso: son quienes aducen que las “morras” y “básicas” son una amenaza para los valores del rap, discuten la contaminación de la escena, y aseguran que Trueno está sobrevalorado.

“Arrancaste como un niño prodigio y te topaste con un paredón de cítricas. ¿Cómo encontraste el camino para salir de eso?”, le preguntó Dtoke en It's a Trap. “No lo sé, amigo“, contestó Mateo. “Tenía 14 años, pensé que me iban a amar todos, pero me decían ‘agrandado’, ‘pendejo de mierda’. Me chocó un montón, no era lo que me esperaba. Seguí para adelante, conviviendo con eso, entendiendo cómo es el público. Hay que fijarse quién dice lo que dice”.

 

La importancia de ser un guacho atrevido

Así como en 2019 usó la suerte a su favor, al aprovechar los retiros de Wos y Dani para volver del descenso y salir campeón de FMS, Trueno, que quiere ser más rapero que freestyler, se planteó tener un 2020 diferente. Para eso puso pausa en las competencias y movió fichas hacia la música. Atrevido fue el primer adelanto de su LP debut, que no llegó a publicarse para su cumpleaños debido a la pandemia. “Ñeri tu bloque me conoce, lo sé / Tiro las guns aunque quemo roses / Si Trueno gana festeja La 12 / Yo soy del bajo, vos no sé”, propone. Fue casi un anticipo del segundo corte, el ultra-bostero Azul y oro, un dancehall con arreglos de guitarra española dedicado a su barrio, La Boca, donde advierte: “Yo soy del barrio de la LB / Azul y oro nada en los pies / Cuidao donde te metés / Porque acá los ratis pasan de a 3”.

Wos, que ganó competencias y se dedicó a la música, le entregó los dos trofeos a Trueno en 2019. El de La Boca parece andar tras sus pasos. Pero Wos fue en su momento una joven promesa que había alcanzado la madurez antes que el resto, que podía bajar línea con estilo, atendiendo al cómo y al qué por partes iguales. Trueno, que por ahora hace uso y abuso del flow, el doble tempo y las muletillas, se la juega más por el cómo. “Las canciones son un freestyle súper perfeccionado. Adquirí un montón de poderes en las batallas, y cuando me senté a escribir de nuevo, era otro”, le dijo a Dto.

“Me encontré a mí mismo, encontré a los productores que tenía que encontrar, y el sonido que quería. Tengo el peso de un montón de gente que me está escuchando, y si quiero, puedo hacerla fácil, cantar trap, decir que tengo fierros, que tomo drogas. Vende, nos vemos, corta. Sé quién soy, sé lo que quiero mostrar y lo que quiero reflejar en los wachines. Y es rap, amigo”.