El joven oranense Ramón "Hormiga" Quiroga entrena en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) y tiene una beca de la Secretaría de Deporte de la Nación, con eso comparte un departamento en Buenos Aires junto a su hermano, Jesús Ramón Quiroga, también deportista.

Los días de cuarentena no son fáciles porque “cortan mucho el alto rendimiento”, pero “me la paso entrenando en el departamento con mi hermano", contó El Hormiga, el apodo que le pusieron en Orán por su color de cabello. 

El joven de 22 años integra la selección Argentina de boxeo amateur y es medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y en los Sudamericanos Odesur, celebrados en 2018 en la ciudad boliviana de Cochabamba.

Su hermano tiene 20 años y se dedica al tenis, “entrena con un equipo de acá (por Capital Federal), pero también está muy difícil en el encierro, así que nos la pasamos haciendo ejercicios”.

Hormiga contó que hace mucha parte física y técnica en el departamento, “mucha sombra sobre todo”, mientras espera que se levante la cuarentena para volver a entrenar en el CeNARD.

El boxeador se estaba preparando para “la clasificación de los Juegos Olímpicos” de Tokio, que finalmente se postergaron un año debido a la pandemia que azota al mundo entero.

Su primer objetivo eran los torneos clasificatorios continentales, que inicialmente se iban a desarrollar en el mismo CeNARD, del 26 de marzo al 3 de abril, pero que fueron pospuestos, “en principio hasta el 18 de abril”.

Quiroga es consciente de todo lo que le ofreció el deporte en su vida, ya que salió de un contexto de pobreza hace cuatro años en la ciudad de Orán, de la que nunca se olvida. “Los pibes deben estar sufriendo sin poder ir al gimnasio, aunque sé que todos están entrenando en sus casas, haciendo lo posible y esperando con todas las ganas para lograr su meta”. 

Aunque agregó que “no es lo mismo, porque uno en sus casas no tiene todos los elementos, pero hay que ingeniárselas para hacer ejercicios y no perder los objetivos que se propusieron”.

La promesa salteña está ternada para los premios Firpo que entrega la Unión de Periodistas de Boxeo de la República Argentina y consagra a los mejores boxeadores de cada categoría del país. Se realizará en principio, y si los cuidados por el Covid-19 así lo permiten, el próximo 18 de mayo en CABA.

La vida de los que llegar 

Mientras tanto, en la ciudad de Orán, decenas de jóvenes siguen los pasos de Ramón Quiroga, llegan de barrios humildes y muchos de ellos intentan salir del consumo problemático y las tentaciones del “trabajo fácil” que ofrece una frontera caliente como la de Aguas Blancas, a un paso de la ciudad más grande del interior de la provincia.

Juan Carlos Videla, el “Mendo”, fue el entrenador del Hormiga desde los 14 años y quien lo llevó a Mendoza a entrenar con Pablo Chacón.

Videla se lamentó porque hoy no se puede entrenar debido a que “el gimnasio del complejo municipal está cerrado por el coronavirus”.

En su gimnasio entrenan unos 30 jóvenes, de los cuales “15 están en competencia”. El profesor dijo que todos tienen una rutina para realizar en sus casas y “todos los días mandan fotos o videos entrenando”, pero reconoció que el aislamiento complica mucho, “las realidades son complicadas y este lugar los puede ayudar para que no terminen en la delincuencia o en el consumo”.

El mendocino radicado en Orán “hace más de 30 años”, aseguró que “en la frontera se pueden meter en cualquier cosa turbia, se hace dinero fácil y rápido y pueden caer presos. Por eso da miedo que en esta situación dejen el boxeo o el colegio”.

En ese contexto, el boxeo, “como cualquier deporte, puede sacar a los chicos de situaciones duras, a los que yo tengo les inculco para que estudien o sigan trabajando”. "Hay que bancarlos para que sigan, a lo hora que puedan, en general es a la noche y lo hacemos así porque el boxeo es una forma de salir”.

Videla sostuvo que a Orán, como a Salta, “les falta un lugar que pueda incluir a los pibes, como un centro de rendimiento con pensión, porque acá hay un montón de chicos con muchas condiciones pero se van a Mendoza o no pueden seguir porque viven muy lejos de los gimnasios”.

“Era un problema”

A el Hormiga, Videla le enseñó a boxear y también sobre "la vida” desde los 14 años. “Lo trajo el hermano más grande para sacarlo de los problemas, porque se habían quedado solos con su mamá”, recordó el profesor ante Salta/12.

Al principio “el Hormiga era un problema, yo le decía que se ponga las pilas y estudie, pero él se quería ir a la frontera a hacer dinero fácil para mantener a su mamá”. Pero a los 15 “el pibe se prendió con todo, era tan bueno que ganaba peleas a lo loco”. Eso generó que se esforzara cada día más, “entraba a las 14 en el gimnasio y por ahí se quedaba hasta las 12 de la noche entrenando”.

El profesor de boxeo sostuvo que gracias a sus condiciones y que “por suerte salió de todo lo feo que lo rodeaba”, Quiroga demostró todo su potencial, “en Salta se quedaban sorprendidos por la polenta que tenía”.

Por eso el mismo Videla se contactó con Pablo Chacón, cuando el Hormiga cumplió los 18 años. “Apenas peleó ya lo sorprendió y se quedó con él”, dijo orgulloso su maestro: “salió campeón de la vendimia en marzo de 2016 y de ahí no paró más”.

Videla dijo conocer muy bien a la familia de Quiroga, y por eso siente mucha felicidad por oel momento que viven, “mirá que ha andado, él sin papá y siempre para adelante. Cada vez que viene es como si estuviera en su casa con nosotros”.

Y agregó que el joven boxeador “es un faro para los otros pibes que entrenan, siempre les hablo a los chicos, y antes a él, para meterles en la cabeza que estar en el seleccionado es lo máximo y una escuela para lo que vendrá en el boxeo profesional”.