El especialista Pedro Cahn advirtió hoy que "el gran problema" de la utilización del barbijo como medida de prevención ante el coronavirus "es que la gente se confía y empieza a relajarse con lo importante, como mantener distancia o lavarse las manos", y recordó que el insumo es realmente "imprescindible para el personal de salud".

"Los barbijos hoy están indicados para las personas que tienen síntomas (fiebre, tos o estornudos) y para el personal de salud", dijo Cahn, integrante del Comité de Expertos que asesora al Ministerio de Salud de la Nación, consultado acerca de la decisión de algunas provincias y ciudades del país de establecer el uso obligatorio de barbijos en la vía pública.

En ese Comité, según informó, "todavía no se ha debatido si habrá alguna recomendación sobre los barbijos para cuando termine el aislamiento", agregó que “es importante entender que cada personal de salud que se enferma no sólo es un recurso menos en el plantel, porque su recuperación puede demorar hasta un mes, sino que además en su periodo asintomático puede transmitir el virus a otros pacientes que no tenían Covid-19".

El director de la Fundación Huésped aseguró que "el uso indiscriminado de barbijos está llevando al mundo a una especie de guerra, donde hay gobiernos como el de Estados Unidos que van y ponen plata al pie del avión a distribuidores que tenían que entregar la mercadería a otros países o estados europeos que se roban los barbijos entre sí".

Consultado sobre diferentes recomendaciones para confeccionar "barbijos caseros", Cahn explicó que "no tienen ninguna efectividad demostrada, quizás sirvan para que si alguien tiene el virus no lo transmita, pero tampoco se sabe; entonces puede ser un aporte o puede dar una confianza excesiva que haga que la gente baje la guardia".

"El gran problema que tiene cualquier tipo de barbijo es que la gente se confía y empieza otra vez a tocarse la cara, se lava menos las manos, no respeta la distancia. Entonces hay una sensación mágica, las personas sienten que están como vacunadas y no es así", aseveró.

El especialista agregó que “hay que saber utilizarlos, colocarlos y retirarlos para no tocar las partes que puede estar contaminadas".

Hoy, la OMS ratificó que sigue recomendando el uso de barbijos "a las personas que están enfermas y las que cuidan a una persona enferma en el hogar" y a los trabajadores de salud.

"Las máscaras médicas (barbijos quirúrgicos) deben ser priorizadas para los trabajadores de la salud en la primera línea de la atención", sostuvo durante la conferencia el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien reconoció que el insumo "escasea a nivel mundial ".

La comunidad científica, mientras tanto, debate en torno a si el uso de los barbijos es un medida eficiente para impedir que las personas asintomáticas transmitan el virus, y también se discute si para aquellas personas sanas es un medida que evitaría el contagio, en caso de confirmarse que el virus también puede encontrarse en "microgotas", lo que aún está en debate.

"Más allá de estos debates, lo que sabemos es que el distanciamiento físico es lo más afectivo, con o sin barbijo", aseguró Cahn, quien concluyó: "Lo que necesitamos es mantener el equipo de salud activo. Hay una estimación de decenas de millones de equipos de protección personal que vamos a precisar cuando llegue el pico de la epidemia. Entonces si la gente empieza a usar el barbijo de cualquier manera lo que va a pasar es que cuando necesiten un médico no lo van a encontrar porque no vamos a tener barbijos para que se protejan".