Hay que tomar en cuenta, para la lectura de esta crónica, que aquí se relatan sucesos que tuvieron lugar en China durante el arco temporal que abarca desde noviembre de 2019 hasta los primeros días de 2020. La cronología es fundamental para saber que esta es una crónica libre de virus. En este sentido, he decidido tomarme una licencia poética con las abreviaturas AC/DC (que en algunas de sus acepciones suelen señalar una parte de la historia occidental según haya sucedido antes o después de Cristo) para introducir una nueva acepción, de modo que aquí “AC” o “DC” deben entenderse como antes o después del coronavirus.

La gran exposición que es motivo de esta crónica -en dos partes- fue montada e inaugurada A.C., es decir, antes de que a mediados de enero se diera a conocer públicamente el brote (hasta ese momento) de coronavirus desatado en en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei. Esta es por lo tanto una historia que no incluye necesariamente barbijos ni guantes descartables, ni un uso frecuente del alcohol en gel o de toallitas húmedas desinfectantes. Sucedió antes de cualquier emergencia sanitaria y del aislamiento social.

La inauguración de la bellísima “Villa artística 515” tuvo lugar cuando se podía hablar de otra cosa en relación con China. Lo cual pronto volverá a suceder. La Villa artística 515 continuará y dará que hablar en el futuro.

Todo comenzó cuando a mediados de 2019 me enviaron desde China una invitación a viajar a Beijing para recibir el “Special Book Award of China”, una prestigiosa distinción que el Ministerio de Publicaciones de aquel país entrega anualmente desde hace tres lustros para premiar dentro del mundo editorial y literario a quienes mejor difunden la literatura y la cultura chinas en otras lenguas. En mi caso, fue el resultado de edición y publicación en Adriana Hidalgo editora, de novelas y cuentos de escritores y escritoras contemporáneos como Ah Yi, Ge Fei o Lu Min, entre otros. Viajé a Beijing con mi compañera, la artista y curadora Cecilia Ivanchevich. Era nuestro segundo viaje a China, luego del que realizáramos, por una invitación anterior, entre agosto y septiembre de 2015.

Al mismo tiempo que quien firma estas líneas participaba de los intensos compromisos alrededor del Special Book Award, Cecilia preparó y montó dos exposiciones simultáneas, gracias a los buenos oficios del editor, escritor, docente universitario y librero argentino Guillermo Bravo, quien reside desde hace varios años en Beijing. Sendas exposiciones tuvieron lugar en dos librerías y espacios de arte: Mazi Books, en Beijing, y Milgotas, en la ciudad de Chongqing. Esta última librería está dirigida a dúo por la agitadora cultural local Hui Rao y por Guilermo Bravo, quienes usualmente promueven la cultura latinoamericana en China.

Ambas exposiciones, que Cecilia preparó y realizó con una envidiable capacidad de trabajo y en tiempo récord, consistieron en instalaciones de sitio específico para cada uno de los espacios. Y fueron inauguradas con pocos días de diferencia una de otra, durante la segunda quincena de agosto de 2019. Ambas generaron muy buenas repercusiones. En el caso de la inauguración en Milgotas, a la que acudió una pequeña multitud, incluyó una charla y proyecciones de Cecilia sobre su obra más reciente, especialmente sus exposiciones en la galería porteña Cecilia Caballero, en el Espacio de Arte Osde, en el Museo de la Universidad Nacional de Tucumán (en el marco de la última Bienalsur) y en el Centro Cultural Paco Urondo, de la Universidad de Buenos Aires.

Entre la gran cantidad de asistentes a la inauguración en Milgotas había varios especialistas en arte, como la curadora Xuan Xuan Du Ping, de activa participación en la vida cultural de Chongqing a través, entre otras instituciones, del DAC (Dimensions Art Center), una ONG que funciona como residencia internacional para artistas y críticos, centro de investigación y exposiciones de arte contemporáneo, dirigido por el joven artista He Jing, con la guía del académico Tu Zeng. Fuimos a conocer el DAC al día siguiente de la inaguración de Cecilia en la librería y quedamos muy impactados por el lugar y el trabajo que allí se hace.

A las pocas semanas de nuestro regreso a Buenos Aires, en septiembre de 2019, llegó una interesantísima invitación que suponía un tremendo desafío y el tercer viaje a China. Tal convite fue cursado por DAC y por el ensayista, poeta y curador Wang Lin. Se trataba de una invitación para una residencia de dos meses en el DAC de Chongqing, a partir de noviembre de 2019, para planificar una megainstalación en la Villa Artística 515, que sería inaugurada el 10 de enero de 2020 en la afueras de la ciudad de Dazhou, provincia de Sichuán.

La villa artística está emplazada entre las montañas Daba y el río Zhouhe y forma parte del gran complejo histórico de antiguos refugios antiaéreos y arsenales desde que en la segunda Guerra Mundial, China trasladó su capital a Chongqing por tratarse de un sitio estratégico y geográficamente protegido, para la defensa contra la invasión japonesa. Desde entonces y hasta hace pocos años, esa fue una zona afectada al uso militar (el número “515” corresponde al del regimiento allí establecido) que ahora se abre al mundo para ser transformada en un lugar de paz, dedicado al arte y la cultura. La coordinación de esta ciudadela artística está a cargo del académico Deng Xu.

La exposición inaugural, curada por Wang Lin, lleva el título “Local-Internacional” e incluye a 77 artistas: 66 chinos y 11 extranjeros. Cecilia fue la única invitada de América latina. Los demás extranjeros son europeos, canadienses y coreanos.

La Villa artística 515 cuenta con cuatro mil metros cuadrados para exposiciones, que se reparten entre salas tradicionales distribuidas en dos edificios; y espacios no tradicionales, tales como una enorme gruta natural y una cueva profunda, cavada al lado de la gruta. La villa también incluye hotelería, gastronomía y residencias para artistas e investigadores. Todos estos espacios están repartidos en el contexto de un plácido paisaje de montaña y naturaleza exuberante, con una amplia parquización, en donde se distribuyen, como parte de la exposición inaugural, una serie de obras de gran escala, emplazadas al aire libre.

A Cecilia le propusieron realizar una megainstalación dentro de la cueva, ocupando 35 de los 66 metros de la caverna, mientras que en los restantes 30 metros fueron invitados a realizar obras otros tres artistas: Zhang Yiang, Xiao Deng y Tang Yong.

Cecilia llegó a Chongqing durante la última semana de noviembre para establecer su base logística y operativa en el DAC. Un par de días después, ya terminando el mes, se trasladó 270 kilómetros, hasta Dazhou, para ir por primera vez a la cueva de la villa artística.  Esta crónica continuará…