"Hoy, mientras afuera la ciudad nos grita quedémonos en casa, este apocalipsis donde somos protagonistas me obliga a una desnudez no programada: no estoy preparado para estar a solas conmigo", se lee en un pasaje del último texto de la dramaturga y directora uruguaya Marianella Morena. Texto filosófico escrito de un tirón en una madrugada y en plena cuarentena. Las salas de teatro ya habían cerrado en el país vecino cuando la autora llegó a una conclusión: "El teatro está dentro nuestro. No necesitamos edificios para que suceda".

Con esta premisa creó el proyecto "Teatro en casa". Comenzó a distribuir aquél texto en primera persona -titulado Conductas en cuarentena- a actores y actrices, junto a un instructivo personalizado para desarrollar la escena en algún rincón de la casa. En el canal de YouTube Teatro En Casa y la cuenta de Instagram del mismo nombre (@teatro_en_casa) ya se pueden ver cuatro materiales de artistas del Uruguay: las actrices Lucía Trentini, Noelia Campos y Mané Pérez y la bailarina Rosina Gil, quien dio un giro a la propuesta desde su disciplina. La idea de Morena -una de las dramaturgas contemporáneas más destacadas de su país- rápidamente llamó la atención en distintos puntos del mundo: la evalúan en Perú, Japón y Finlandia. En cuanto a la Argentina inició conversaciones con Andrea Bonelli y Nacho Gadano.

"Originalmente pensé usar textos de otros. La peste, de Camus; releí el Decamerón. Pensé en Ensayo sobre la ceguera y en relatos de Poe. Todos textos relacionados con pandemias y pestes. Pero descarté la idea porque tenían lenguajes alejados o una oscuridad densa por momentos. En un momento dije, 'tá, lo voy a escribir yo'", relata a Página/12. Morena transita la cuarentena en un departamento en la Ciudad Vieja (Montevideo) junto a su hijo, su nuera y dos gatas -"una que tengo hace tiempo y otra que recogimos hace poco de la calle"-. Puso punto final a Conductas en cuarentena a las 4 de la madrugada. Eran cinco páginas que se redujeron a dos. Es "más que nada una reflexión filosófica", determinada "no por el formato, sino por la dificultad y la circunstancia" e inspirada en resonancias de voces ajenas. "Trato de ser una especie de satélite, receptor, catalizador de lo que viven y sienten otros", se define la artista, que trajo al último FIBA Naturaleza trans.

El eje del texto es "el encuentro con uno a solas". Recorre imágenes, emociones y sensaciones que pueden aflorar en el contexto de aislamiento doméstico. La desaparición de los otros que solían sucederse en el ascensor, la calle, el colectivo, la panadería, el kiosco. El exceso de intimidad. El encuentro con "los inventos del yo", es decir, "todas las construcciones que uno tiene para el amigo, la pareja o el ámbito social". La emergencia, en el encierro, del "yo" más auténtico. La poca capacidad de la que se puede disponer para pasar horas y horas en soledad. Los encuentros en la virtualidad. "Uno sabe que afuera hay un mundo, pero ahora no se puede usar. Ahora el mundo somos nosotros", sentencia Conductas.... En los hogares de las intérpretes, los videos bajan a la cotidianidad la carga conceptual de la palabra. 

Un mismo virus, un mismo mundo, una misma consigna

Este es el lema de "Teatro en casa". El video más largo supera por poco los cinco minutos. Los cuatro están filmados con celular, "sin edición ni luces" en un único "plano acotado", e intentan captar el espíritu de "la experiencia doméstica". Con el paso de los días Morena notó que los instructivos personalizados se tornaban demasiado rígidos y comenzó a entregar uno general que propone una serie de búsquedas, como "mínimo espacio, máxima expresión". Da libertad a los actores para fragmentar y desordenar el relato. "No es cine ni video, no sé qué es. La propia producción generará el lenguaje", aclara. En cada uno de los casos encara la tarea de dirección, ya que se activa un ida y vuelta con los artistas que le hacen llegar los audiovisuales.

Las cuatro intérpretes que han participado hasta ahora ofrecieron versiones diferentes. La primera en sumarse fue la bailarina Rosina Gil , quien formó parte del elenco estable del Ballet Nacional del Sodre e integra el staff del Cirque du Soleil. El sello de su versión es que ella llevó el texto al cuerpo: no recurre a palabras. Eligió como escenario su baño y abrazó la consigna de lavarse las manos, teniendo en cuenta que ahora es un "acto de supervivencia". Mientras su cuerpo se sacude de muchas maneras ante un lavamanos vuelto objeto escénico suena "G-song", de Terry Riley, por Kronos Quartet. "Este acto que antes hacíamos casi de forma automática ahora tomó mucha más intensidad, responsabilidad y ansiedad diría yo. Y eso fue lo que quise trasmitir en mi improvisación, que comienza desde un lavado común y corriente de manos y va increscendo hasta llegar a un lavado frenético de nuestros miedos. Al terminar nos miramos al espejo y nos damos cuenta de nuestra vulnerabilidad como especie e individuos aislados", explica.

La actriz, directora, dramaturga y cantante Lucía Trentini habla desnuda desde la ducha y domina la desesperación entre gotas de agua que mojan la pantalla. Noelia Campo , actriz de teatro y cine con presencia en televisión, pronuncia el monólogo atrincherada debajo de una mesa ratona. En diálogo con este medio, confiesa que al principio se "quedaba atrancada" a la hora de filmarse. "Porque creo que, así, llegás al público de una forma más íntima. Entra a tu casa, porque la única escenografía es tu casa, tus muebles, el lugar que escogiste... el teatro es más protector", compara. Respecto del proyecto en su totalidad, sugiere: "Esta es una forma de entregar un objeto artístico que cumple con algunas de las funciones del teatro: la transformación, la reflexión, el pensamiento, las emociones, los sentimientos. Y la catarsis. Es un aporte para la gente que está en la casa en esa especie de locura que se nos forma en la cabeza y el corazón por estar aislados". En los últimos días apareció el video de Mané Pérez , quien dice el texto desde detrás de la ventana de la cocina, con guantes de goma y la televisión prendida.

En Facebook, el pasaje del teatro a la virtualidad suscita visiones encontradas. "La cultura está en nosotros. No está en el mundo, está adentro. Lo vimos en las manifestaciones de los balcones en Italia y España. Aparece una necesidad de vincularse, de que no se rompa el encuentro social y cultural", postula la directora. Testigo y víctima del "derrumbe de los sistemas de producción conocidos", respondió a una "necesidad física" para la elaboración de "Teatro en casa": "Me lo pidió el cuerpo. Los artistas siempre estamos en la línea de precariedad de la actividad. Esto tiene dos caras, una desventaja y una ventaja. El límite con la economía y la supervivencia, y a la vez una capacidad reactiva y creativa. Todo sale del mismo lugar. Hay muchas formas de privilegio. Mi situación económica no es nada buena... pero mi ventaja ante otras personas es ésta: no necesito que nadie me diga cómo reaccionar creativamente".

La autora, que vio suspendidas las giras de sus espectáculos Ella sobre ella y Naturaleza trans debido al coronavirus, agrega: "Está bueno vivenciar algo más allá de la economía y de la salud, porque si no nos reducimos y empobrecemos. Es un retroceso que podríamos tener como sociedad. Somos seres culturales. No puede desaparecer de la noche a la mañana todo un sentido de construcción sensible". Según ella, esta etapa está pariendo "una forma de estar con el otro, otra forma de presente, de convivio". Así lo sintetiza: "Aunque el convivio no sea físico, hay uno espiritual, sanitario, higiénico, conceptual, en este colectivo global que es el mundo. Estamos todos juntos y separados. Ese punto me pareció rico para aprovecharlo y experimentar".