En una decisión que acompaña el momento histórico que vive la comunidad educativa, varias editoriales universitarias decidieron ofrecer en descarga gratuita todo o parte de los libros de sus catálogos. La iniciativa no sólo busca ayudar a pasar el tiempo en cuarentena, sino que también moderniza el acceso y las prácticas de lectura del alumnado y la sociedad en general; pone en valor la producción de textos académicos y literarios de las casas de estudios y difunde un hábito que seguramente llegue para quedarse.

Según datos de la Librería Universitaria Argentina, la Red de Editoriales Universitarias Argentinas (REUN) publica cerca de 2.oo0 títulos anuales, una cantidad que se extiende por más de 50 editoriales académicas de todo el país y alcanza cerca del 10 % del total del mercado de libros nacionales.

La investigación histórica, la crónica musical, el análisis de la obra de los grandes filósofos de la modernidad y la historia de la Constitución Argentina son algunos de los tópicos abordados por los textos que pueden descargarse en editorial.unc.edu.ar, la web del sello de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), que seleccionó 10 libros de su catálogo para ponerlos a disposición de la gente.

“La respuesta de la comunidad fue muy satisfactoria. Se quintuplicó el tráfico en nuestras redes sociales y nuestra página web, con un promedio de 200 descargas diarias. El libro más bajado es Yo estuve ahí... Testimonios sobre el rock en Córdoba, que compiló Carlos Rolando”, destacaron desde la editorial de la UNC.

Algo similar sucede en Eudeba, el sello de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que desde principios de la cuarentena puso a disposición un título por día para bajar de manera gratuita. “Ha tenido una gran repercusión, sólo el primer día se descargaron más de cuatrocientos libros, también creemos que puede ser un instrumento para aumentar el interés por la lectura digital”, afirmó el gerente general de la editorial, Luis Quevedo. El éxito de la propuesta impulsó a extender diez días la descarga de libros, contemplada en un principio hasta el domingo pasado.

Con 1.500 títulos totales en circulación y los múltiples campos abordados por sus autores —desde ciencias duras hasta libros infantiles—, Eudeba se define como “una editorial universitaria abierta a la sociedad con todo lo que ello significa”. “Hay muchos libros muy valiosos para lectores especializados o de interés general que no pueden encontrarse en los catálogos del sector por tener altos costos de preproducción y publicación con bajas tiradas”, subrayó Quevedo. Entre los títulos que han sido puestos a disposición del público hasta ahora, sobresalen Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira, de Roberto J. Payró, y antologías de José Martí y Sor Juana Inés de la Cruz.

Por su parte, plenamente abocada a la producción artística, la editorial Papel Cosido, perteneciente a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) tiene prácticamente todo su catálogo listo para ser descargado sin costo. En este caso, el sello se especializa en arte y educación, música, fotografía, artes audiovisuales, patrimonio y archivo, historia del arte, enseñanza y práctica, diseño industrial y diseño en comunicación visual. “Hemos tenido una excelente respuesta de la comunidad: las descargas de los libros en PDF aumentaron un 45 por ciento con relación a este mismo período del año pasado y también crecieron las visitas y las descargas de nuestras revistas”, afirmó Florencia Mendoza, directora de la editorial. Además de libros en diversos formatos, Papel Cosido edita diez revistas producidas por estudiantes, muchas de las cuales están convocando a autores que quieran sumarse a publicar en esta etapa de aislamiento preventivo.

Hay un libro para cada celular

En el conurbano bonaerense, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) liberó gran cantidad de textos y audiolibros: toda la colección de ensayos del Centro Maria Sibylla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales (CALAS) y seis audiolibros de obras indispensables de la literatura latinoamericana narrada por actores y actrices como Norma Aleandro, Claudia Lapacó y Jorge Marrale. Además, en la web de la editorial están disponibles para leer sin cargo los primeros capítulos de la mayoría de los libros lanzados por UNSAM Edita, el sello que nuclea las publicaciones de la universidad.

“Además, debido a la cuarentena, lanzamos una promoción especial para las colecciones Letras, de literatura extranjera, y Cuadernos de Cátedra, que son libros sobre diferentes temáticas para el uso en el aula, desde feminismo hasta biotecnología, pasando por filosofía y otras disciplinas”, indicaron desde la editorial.

En paralelo, la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) busca hacer más leve la necesidad de circular y, al mismo tiempo, dar a conocer la importancia de las publicaciones académicas. La Nueva Editorial Universitaria, cuyo catálogo incluye obras sobre Química, Física, Derecho y Ciencias Económicas y Sociales, liberó la totalidad de su catálogo, una cantidad considerable de material si se tiene en cuenta que se publican entre 70 y 100 títulos por año entre ediciones en ebook y físicas.

Satisfechos con la reacción del público que accede al material de la UNSL, desde la UNSL anticiparon: “Queremos incrementar nuestro material para niños y adolescentes y sacar por lo menos una o dos revistas de Ciencias con continuidad en el tiempo. También, a corto plazo, un libro de fotografías en papel, de buena a excelente calidad”.

Más abocados al ámbito de las Ciencias de la Educación, la editorial de la Universidad Pedagógica Nacional (UNIPE) publicó colecciones enteras de “Ideas en la Educación Argentina”, y parte de sus colecciones “Investigaciones”, “Actas y Ponencias” y “Herramientas”. Asimismo, la obra Historia de la Provincia de Buenos Aires (en coedición con Edhasa) y la revista digital Tema (uno) están también disponibles sin cargo.

Desafíos y posibilidades

La crisis desatada por la pandemia desafía a las editoriales universitarias: además del freno económico en todos los rubros, los sellos deberán acostumbrar a sus lectores a las modales de acceso virtual y valerse de esas herramientas para ampliar su público y su mercado.

Algunas de las editoriales consultadas por el Suplemento Universidad planifican ya su ampliación de fronteras virtuales y, con ellas, la transformación de su modelo de negocio. Desde el sello de la UNC, resaltaron: “En los próximos días anunciaremos un concurso de cuentos, con categorías, para garantizar una amplia participación de interesados que puedan aprovechar el tiempo en casa para crear y proponer”. Además, la editorial trabaja en una obra colectiva al estilo de la recientemente publicada Sopa de Wuhan, de Pablo Amadeo, docente de Comunicación Social de la UNLP, que incluye textos de los filósofos Slavoj Zizek, Judith Butler y Patricia Manrique, entre otros, pero elaborada por intelectuales y desde una perspectiva local.

Asimismo, Papel Cosido también trata de actualizar su plaza virtual: “Estamos trabajando en una colección de libros ilustrados infantiles, que empezó con Duerme negrito, ilustrado por Carlos Pinto y con música de Emiliano Seminara. Este libro — que en su segunda edición coeditamos junto con Pequeño Editor— tiene un código QR que lleva al video animado de la canción. El video está disponible en nuestra página web y estamos ajustándolo para publicarlo también en formato electrónico”.

En UNIPE, por su parte, reconocieron lo complejo del desafío, pero destacaron la importancia de hacer foco en lo que vendrá después de la crisis: “Queda mucho por hacer a nivel estructural y organizativo, pero sobre todo vemos que surgen nuevos materiales de interés para publicar y hacer llegar a la comunidad, como también para difundir más y mejor la producción que tenemos y analizar su impacto. Seguramente busquemos tener mayor presencia digital desde la bibliografía de nuestras carreras, pasando por repositorios y portales institucionales hasta, finalmente, volver a la red comercial de libros en papel”.

Desde Eudeba, Quevedo aseguró que pensar la innovación en el mercado es uno de los lineamientos de la editorial: “Siempre estamos considerando opciones y tenemos un programa digital desde 2010. En este momento estamos generando contenidos audiovisuales y transmediales, y pensando en cómo nuestra página, a través de la cual vendemos en todo el mundo, puede prestar mejores servicios a los lectores”. La institución tenía una frecuencia de 110 publicaciones anuales y otras tantas reimpresiones, y reconoce que esa cantidad se reducirá significativamente este año. Por ese motivo, mira a largo plazo este repentino parate y prevé una salida del túnel: “También pensamos que la educación a distancia, a la que ahora estamos obligados, se incrementará luego de la crisis y como su práctica será mucho más extendida, este desarrollo contribuirá también a generar nuevos lectores y prácticas digitales”.