“Estoy terminando varios trabajos que tenía a medio hacer, alguna traducción, he grabado 37 horas de un curso de derecho penal, corregido un libro que está a punto de salir como ebook, me mantengo en contacto con casi todo el mundo, reaparecen personas en internet preguntando cómo estoy que hacía años no veía, en fin, en lo personal no me quejo demasiado”, dice el juez Raúl Zaffaroni sobre su propia cuarentena. El martes, además, tendrá una reunión virtual con sus compañeros de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El organismo interacional difundió una declaración sobre las alertas que la pandemia y el aislamiento provocan para el cumplimiento de los derechos humanos. El desafío de propiciar que los estados respeten y promuevan el derecho a la salud, pero también que en nombre de esa protección no se vulneren otros derechos es un equilibrio no tan sencillo de encontrar a veces. “En cada emergencia debemos estar atentos, por suerte los argentinos estamos preparados para controlar”, sostiene, en alusión a la medida del Gobierno de la Ciudad que buscaba multar a loa mayores de 70 que salieran a la calle sin autorización.

--¿Cuáles son los principales desafíos y peligros para la vigencia de los derechos humanos respecto a la pandemia?

--Una situación de emergencia es siempre ocasión para toda clase de racionalizaciones de múltiples violaciones de derechos humanos. Es necesario equilibrar lo que hace al derecho a la vida, a la salud, a la alimentación, a la preservación del trabajo, a la igualdad y a la intimidad de las personas, teniendo cuidado de que no se aproveche ese difícil equilibrio para filtrar pretextos para legitimar intereses sectoriales y mezquinos. No podemos ignorar que todo totalitarismo tuvo como Celestina discursiva a la necesidad y, ante todo, la necesidad de ‘protegernos’, es decir, el paternalismo. En función de eso y para acabar en genocidios, convirtieron a todo el derecho penal en administrativo, o sea, en derecho de policía.

--¿Cuál es el límite, teniendo en cuenta que se trata de preservar la salud?

--Se trata siempre de un juico de racionalidad en función de proporcionalidad, entre el ‘bien’ que se obtiene y el que se sacrifica. Los totalitarismos sobredimensionan el que se obtiene y subestiman el que se sacrifica, haciéndonos creer que nos salvan de un ‘mal absoluto’ a costa de un sacrificio ínfimo. Lo más trágico es que nunca nos salvaron de esos ‘males’, porque desaparecieron por otras razones, dejaron de ser ‘males’ o lo siguen siendo sin que nadie los resuelva hasta el presente. Se trata de la mayor estafa en que recae la humanidad, algo así como si todos los días volviera a comprar la ‘máquina de hacer dólares’. Por eso, en cada emergencia debemos estar atentos, me gustó mucho la reacción contra los excesos con que nos amenazó el gobierno de la Ciudad. Los argentinos no pasamos en vano la dictadura, aprendimos y seguimos siendo sensibles a estos excesos, salimos a la calle con el 2 x 1 masivamente, estamos preparados para controlar, por suerte. La memoria sigue viva.

--¿Cómo evalúa la respuesta del estado argentino frente a esta situación?

--En general es muy positiva; basta ver lo que está sucediendo en los países que minimizaron la cuestión o demoraron medidas, para confirmar que va por el buen camino. Como toda obra humana, no será perfecta. Cuando esto pase será cuestión de evaluar detalles y sacar experiencia.

--Desde la Corte IDH pueden tener una visión regional ¿Hay situaciones en algunos países que preocupen más que otros? ¿Brasil, Ecuador, otras situaciones menos conocidas?

--Sí, las noticias que nos llegan de Ecuador son demasiado preocupantes, lo mismo de Brasil, no quiero arriesgar opinión acerca de otros países. Lamentablemente, en esto como en otras materias, no disponemos de recursos materiales para llevar a cabo un monitoreo de toda la región. Supongo que la Comisión Interamericana tendrá un panorama más completo.

--Podría intervenir la Corte (si hubiera alguna presentación) o algún otro órgano judicial porque un Estado pone en riesgo la salud de la población por no tomar medidas recomendadas internacionalmente?

--Sí, la Comisión puede disponer medidas cautelares y también solicitar a la Corte medidas provisionales, que tienen valor vinculante, o sea, que obligan a los Estados.

--Algunos gobiernos y también sectores empresariales intentan presentar una dicotomía entre salud y economía ¿Es una falsa opción o no?

--La economía es para el ser humano y no el ser humano para la economía. Por ende, se plantea una opción falsa. La verdadera opción es entre los intereses de un totalitarismo financiero que es responsable de la pandemia, porque con su brutal destrucción de los equilibrios ecológicos ha fabricado varios virus y este también y, por otro lado, Estados que seriamente se ocupen de la vida y derechos de sus habitantes.

--Esta situación está afectando a muchas personas en sus derechos económicos y sociales ¿Qué salida imagina a esta situación? ¿Cómo evalúa la respuesta que hasta el momento tienen los estados en la región y el mundo?

--Las respuestas son dispares, pero lo cierto es que para paliar la situación y para remontarla después es necesario modelos de Estados que redistribuyan riqueza en alguna medida y, en el nivel global, que se revierta la concentración de riqueza que provocó el totalitarismo financiero con su promesa de ‘derrames’ que nos llevarían al supuesto Paraíso ‘neoliberal’. Se llegó al límite, ‘esto no se sostiene’, como señaló el Papa Francisco en la Laudato si hace cinco años. La disparidad de las respuestas depende de cómo se responda la siguiente pregunta: ¿Estamos del lado del 1% de la raza humana que concentra riqueza, o del 60% más pobre que dispone del equivalente a eso para morirse de hambre?

--Mencionó la idea del gobierno de la Ciudad para establecer sanciones a los mayores de 70 años que salgan sin autorización ¿Cree que era discriminatoria?

--Las medidas con que nos amenazó el gobierno de la Ciudad no sólo eran discriminatorias y paternalistas, sino también ilícitas, porque conforme a las Constituciones Nacional y de la Ciudad y de todo el mundo civilizado, ningún ejecutivo puede crear contravenciones ni delitos por su cuenta. Los adultos tenemos el deber de tomar todas las medidas que debe tomar toda la población, no más ni menos. Sabemos que somos vulnerables, pero también por nuestra edad lo somos si comemos o bebemos lo que no debemos, pero no por eso el gobierno de la Ciudad nos va a controlar si comemos dulces o salados o si tomamos más de una copa de vino, ni puede venir a contarnos las pulsaciones en la cama, por si cometemos un exceso sexual. Eso es paternalismo y discriminación etaria pura, dos cosas sobre las que debemos cuidarnos: somos vulnerables, pero ante todo seguimos siendo personas como los demás, que nadie quiera tirarnos al altillo para “protegernos”.

--¿Cuánto le preocupa el empoderamiento de las fuerzas de seguridad ante la necesidad de un mayor control en la población?

--Es obvio que se debe evitar y sancionar cualquier exceso. Lo hemos advertido en la declaración de la Corte. El peligro existe, pues toda razón valedera puede tomarse como pretexto para disciplinar, vigilar, meterse en la intimidad, reprimir y controlar. De toda forma, no dejamos de usar los cuchillos para comer, por más que sabemos que pueden cortar.

--¿Qué medidas deben tomarse para garantizar derechos de personas más vulnerables, como quienes están en situación de calle o privados de su libertad?

--Lo de las personas en situación de calle es complicado, pero en ningún caso se las puede privar de libertad, creo que hay que asistirlas como mejor se pueda. En cuanto a los presos, es urgente bajar la densidad de las prisiones a un 70 u 80% de su capacidad normal. Estamos frente a un peligro de hecatombe. No lo decimos únicamente la Corte y la Comisión, sino también la OMS, la relatora de derechos humanos y el subcomité de la tortura de la ONU, el comité de la Cruz Roja Internacional, etc. Los Estados que no lo hagan y dejen producir lo que en caso de omisión es inevitable, no sólo incurrirían en responsabilidad internacional, sino que sus autoridades podrían ser imputadas por abandono de personas con resultado de muerte masiva de presos y personal, o sea, un crimen de lesa humanidad.

--La Corte Interamericana también advirtió sobre la violencia contra las mujeres. En Argentina se conocen todo el tiempo casos de femicidios y el ailsamiento dificulta las denuncias de violencia

--Obviamente, la convivencia en espacios reducidos y cerrados incrementa la conflictividad intrafamiliar, era un resultado previsible. No sólo los femicidos, es muy probable, diría que casi seguro, que también aumenta el maltrato de niños. Deben agilitarse los mecanismos de denuncia, pero lamentablemente sabemos que con eso no resolvemos todo.

--Cristina Kirchner, como cabeza del Senado, pidió a la Corte que se expida sobre las evetuales sesiones virtuales del Congreso. ¿Tiene opinión acerca de cómo debería resolver el tribunal?

--Creo no equivocarme si digo que se trata de una cuestión política no judiciable, o sea, que en función de la separación republicana de los Poderes, ni la Corte ni ningún juez podría entrometerse en lo que es exclusivo de otro poder del Estado. Ni el Legislativo puede decirle a la Corte que se reúna o no virtualmente o que los jueces hagan o no audiencias virtuales, ni la Corte ni ningún juez se lo puede decir al Legislativo. Son incumbencias propias de cada Poder del Estado, que cada uno las resuelve como mejor entiende y el otro no puede dictarle reglas. Si la Corte resolviese de esa manera, quedaría claro que en el futuro no sería viable ninguna objeción a una ley en base a la forma en que el Congreso decidió sesionar, con lo cual, en este aspecto se otorgaría seguridad a las leyes que se sancionen y, por otra parte, se resaltaría el respeto a un principio republicano fundamental desde Montesquieu en adelante.