El Gobierno nacional y el porteño llegaron a un acuerdo por el que se permitirá que las cooperativas porteñas de cartoneros circulen por la Ciudad exclusivamente para retirar material reciclable de las grandes cadenas de supermercados. Para esto, tendrán que tramitar un permiso  y seguir un protocolo para el tratamiento de los residuos. El visto bueno llegó luego de arduas tratativas. Por un lado, el Ministerio de Espacio Público porteño se oponía a dejar movilizarse a los cartoneros por la pandemia mientras que el Ministerio de Ambiente nacional remarcaba que se debía buscar una respuesta a la situación social de los cartoneros que no podían trabajar y era necesario darles una alternativa antes de que la situación se desmadre. Finalmente, se elaborará un protocolo para que la circulación sea ordenada y la manipulación de los reciclables tenga plazos que impidan la difusión del virus.

La tensión entre el parate económico, que golpea con más fuerza a los sectores pobres, y la necesidad de mantener el aislamiento para que no se descontrole la velocidad de las transmisiones del coronavirus se viene viviendo en cada decisión del Estado. Como detalló este diario , para las clases populares, las condiciones para el aislamiento son muchos peores y la crisis económica se vuelve igual o más acuciante que no enfermarse.  En particular, para los que trabajan como cartoneros o recicladores el aislamiento representó un freno completo a sus ingresos. Las cooperativas porteñas que forman parte del circuito formal del Gobierno de la Ciudad continuaron cobrando el salario complementario, que representa algo así como el 50 por ciento de sus ingresos. Claro que esto no es suficiente.

Desde distintos sectores, entre ellos los dirigidos por Juan Grabois, comenzaron a reclamar para que existiera un protocolo que les permitiera seguir trabajando, dado que se trata de una actividad de subsistencia que no puede permanecer frenada por meses. En diálogo con este diario, Grabois planteó que se trata de más que eso: "La covid visibiliza que los cartoneros y recicladores prestan un servicio esencial en términos ecológicos e industriales, brindando insumos básicos para los sectores de alimentos y medicación". "Esto refuerza la necesidad de garantizar un salario social y derechos laborales para los 200 mil cartoneros y recicladores que hay en el país. No sólo recuperan el descarte para ganarse el pan diganmente sino que representan una alternativa ecológica para el tratamiento de residuos y un eslabón fundamental para la economía circular", remarcó el dirigente de la CTEP.

Negociaciones

Desde el Ministerio de Ambiente, que conduce Juan Cabandié, comenzaron las tratativas para buscar un acuerdo entre las cooperativas y los grandes generadores de residuos, que son -sobre todo- las cadenas de supermercados. Pero se toparon con un obstáculo: el Gobierno porteño no habilitaba el movimiendo por la Ciudad. La ministra de Espacio Público, Clara Muzzio, tuvo numerosas llamadas en las que planteaba que la crisis sanitaria era prioritaria y argumentaba que desde el Ministerio de Salud porteño no recomendaban la circulación de cartoneros. "Esto es un tema sanitario, no de higiene urbana", advertía. Remarcaba que no era posible reabrir los puntos verdes, donde se manipula basura, porque las condiciones eran aún más peligrosas de lo que ya son habitualmente. Sí había planteado que continuara la recolección mecánica, que no implica manipular directamente los residuos.

Desde el Gobierno nacional, en tanto, insistían en que si no se les daba una solución organizada, el peligro era que las familias salieran por la suya, con un mayor peligro para sí mismas. Las negociaciones continuaron en esa tensión entre la necesidad de las economías informales y la crisis de la pandemia.

En el interin, mientras las cooperativas insistían con la necesidad de volver a trabajar, las papeleras presionaban para importar más papel de rezago. De hecho, Cabandié visitó hace poco una cooperativa en Luján y se encontró con que tenía sobreestock, pese a los reclamos de duplicar la cuota de importaciones que hacían las papeleras. Y los grandes supermercados, mientras tanto, buscaban mandar todo al CEAMSE a enterrar sin tratamiento. 

Acuerdo

Finalmente, el lunes llegaron a un acuerdo entre Nación y Ciudad -que se anunciará formalmente en los próximos días- para que movilicen las cooperativas de cartoneros porteñas y retiren los materiales de los supermercados. Por ahora, las cooperativas bonaerenses no están incluidas en el acuerdo. "Desde el Ministerio de Ambiente de Nación, y desde la secretaría de Control y Monitoreo ambiental, veníamos impulsando dentro del marco de la cuarentena darle espacio a los recolectores urbanos para que puedan recuperar material potencialmente reciclable, sin que ello suponga circular por las calles sin protección alguna", destalló a este diario el viceministro de Ambiente, Sergio Federovisky.

"Por eso, finalmente, con el Gobierno de la Ciudad acordamos que se va a habilitar, tal como veníamos pidiendo, que los grandes generadores -fundamentalmente, las grandes cadenas de supermercados- dispongan de esos residuos potencialmente reciclables y que no los envíen al relleno sanitario de manera directa. Y que el Gobierno de la Ciudad permita circular con una autorización previa para ir a buscar esos residuos a los grandes generadores y de ahí a los puntos verdes, que empezarían a estar abiertos. Se cumpliría allí el protocolo de 72 horas de no manipulación del material previo a ponerlo a disposición para la comercialización", indicó el secretario de Control y Monitoreo Ambiental.

"Para nosotros es un logro, porque implica no solo respectar el aspecto sanitario de la emergencia sino también el aspecto socioeconómico. Y al mismo tiempo supone tener oferta de material reciclable, principalmente cartón, de modo que las empresas papeleras no deban seguir recurriendo a importación desmedida de material, siendo que hay un stock local. Eso apoya la economía circular y permite reducir el costo de las importaciones y la fuga de dólares", remarcó el funcionario nacional.