El mexicano Edgardo Codesal se aseguró un lugar en la historia del fútbol argentino, aunque como uno de sus villanos más destacados, tras dirigir la final del Mundial de Italia 1990, en la que Alemania (por entonces denominada Alemania Federal) se impuso por 1-0 gracias a un penal pitado por el ex árbitro sobre el final del encuentro.

Este sábado, Codesal, nacido en Montevideo pero nacionalizado mexicano, revivió alguno de sus recuerdos de aquella definición y le dedicó algunas palabras a Diego Armanado Maradona, capitán de aquel equipo que llegaba por segunda vez consecutiva a la final del torneo más importante de fútbol.

"Me duele que haya argentinos que todavía me sigan tratando mal. Tengo un gran cariño con el pueblo de ese país, lamento que algunos sean así. Hasta el día de hoy, recibo mensajes como que mis hijos y mis nietos se mueran de coronavirus para que me vean sufrir", confesó el mexicano en diálogo con el programa radial uruguayo Tirando Paredes.

En cuanto al cruce de Roberto Sensini a Rudy Völler que derivó en el cobro de penal, Codesal consideró: "El penal de Sensini no está en discusión. Hay dos situaciones: anatómicamente, fue a marcar a Völler de la manera más difícil, era casi imposible evitar el contacto con la pierna derecha. Después, también le apoya el antebrazo en la cintura".


"Hubo un par de jugadas similares. Una de (Sergio) Goycochea cuando se lanza a buscar una pelota con los pies y la de (Gabriel) Calderón. Fueron accidentes, en aquel momento sólo se podían cobrar faltas si había intención. En estos casos, fueron faltas involuntarias, no estaban reglamentadas", opinó Codesal sobre dos jugadas dentro del área que también derivaron en polémica, pero no tuvieron cobro.

En tanto, a la hora de opinar sobre Maradona, Codesal no intentó ocultar su resentimiento: "Podría haberlo expulsado por insultar durante el himno pero fui entendiendo y manejando la situación. También cuando eché a (Pedro) Monzón porque vino, me dijo que le estaba robando y era mandado por la FIFA".

"Vi a Maradona hacer cosas en la cancha dignas de mi admiración y mi respeto. Yo mismo vi cómo tenía el tobillo como un balón. Como jugador fue de lo mejor pero afuera es una persona desagradable. Una de las peores que conocí en mi vida", sentenció el tristemente célebre ex juez.