En sus largos y fecundos 127 años de vida, el fútbol argentino jamás interrumpió un campeonato al cabo de su primera fecha. Y es por eso que la fugaz Copa de la Superliga ocupará un sitio en la historia: fue el torneo más breve de todos los que se han jugado en nuestro país. Hubo ocho interrupciones anteriores. Pero ninguna sucedió tan pronto. Y por un suceso de fuerza mayor externo al deporte, como esta pandemia de la Covid-19.

De hecho, hacía 50 años que una competencia oficial de la AFA no llegaba a su fin. La Copa Argentina de 1970 quedó inconclusa porque Vélez y San Lorenzo, los dos finalistas, nunca encontraron fecha disponible para definirla, ni siquiera en 1971. El miércoles 3 de marzo de ese año en la cancha de Atlanta, habían empatado 2-2 el primer partido. Pero como el domingo posterior comenzó el campeonato Metropolitano, ya no hubo lugar en el calendario para disputar el desquite. Y como por entonces, la Copa Argentina no otorgaba plaza para la Libertadores (solo iban los campeones del Metro y el Nacional), la intervención de la AFA que por entonces ocupaba Raúl D’Onofrio (el padre de Rodolfo, actual presidente de River) no se preocupó en hacer jugar esa revancha y dejó vacante ese título de campeón.

La primera copa que dejó de jugarse data de 1910. Doce equipos (siete de Buenos Aires y cinco de Rosario) participaban de la Copa de Honor de la Municipalidad de Buenos Aires, cuyo ganador enfrentaba al campeón uruguayo de la Copa Cousenier. Quilmes, Estudiantes de Buenos Aires, Gimnasia Esgrima de Buenos Aires y San Isidro debían jugar las semifinales. Pero en agosto de ese año, como las asociaciones de los dos países rompieron relaciones tras un partido entre ambos seleccionados, se decidió interrumpir esa copa y dejarla inconclusa.

Más serio fue lo que pasó en 1919, cuando la Asociación Argentina de Fútbol expulsó a 14 de los 20 equipos que jugaban su campeonato, y éste no pudo terminar. Esos 14 clubes (entre los que se encontraban River, Racing, Independiente, Platense y Tigre) fundaron ese mismo año la Asociación Amateurs Argentina constituyendo la segunda escisión histórica del fútbol argentino (la primera se dio entre 1912 y 1914). Boca se quedó en la entidad madre y un año más tarde, en 1920, ganó su primer título en Primera en un campeonato de apenas seis participantes.

En 1920, tampoco terminó la Copa Estímulo por el retiro de Banfield, uno de los finalistas. La Asociación Argentina declaró el título desierto y años después, Huracán, el otro finalista, reclamó que se lo reconociera campeón. Se lo concedieron y así fue que logró su primer título. En 1931, el campeonato de la Asociación Amateurs Argentina (la entidad que había surgido de la fusión de 1927) quedó trunco por la desafiliación masiva de los 18 clubes que en mayo de ese año, instauraron el ciclo profesional.

La Copa Adrian Escobar de 1946 que jugaban los siete primeros clasificados del campeonato de Primera A en partidos de sólo 40 minutos duración, se interrumpió en 1947 antes de que River, Racing, San Lorenzo y Estudiantes disputarán las semifinales. La Copa de la Competencia Británica de 1948 terminó tras los octavos de final por la huelga de futbolistas de ese año. Y la Copa Competencia de 1952 (en la que participaban equipos de Primera A, Primera B y de las ligas de Córdoba, Mendoza y Tucumán) se canceló antes de los octavos de final previstos para el 8 de agosto en señal de duelo por el fallecimiento de Eva Perón, sucedido dos semanas antes.

Todos estos torneos fueron detenidos en avanzado estado de disputa, por lo general a raíz de problemas políticos del propio fútbol. Jamás, por hechos ajenos e imprevistos como una pandemia mundial. Y mucho menos al cabo de una primera fecha. Con el tiempo, nadie se acordará de la Copa de la Superliga. Pero su lugar en la historia, igualmente está asegurado.