El presidente Alberto Fernández recibió el unánime respaldo de los sectores empresarios, del campo y de la CGT para la propuesta de renegociación de la deuda, que ayer ingresó en su etapa de negociación más dura con una carta de advertencia del ministro de Economía, Martín Guzmán, a los acreedores, que deben dar su respuesta esta semana. "Estamos buscando una solución para siempre, que dure, y que no nos postergue más, que no nos haga retroceder", explicó el Presidente en la reunión en Olivos. El apoyo se extendió hacia la estrategia de aislamiento social llevada adelante para contener la pandemia, que hasta el momento arrojó muy buenos resultados. Si bien hubo algunos matices, como menciones a la inflación y la necesidad de atraer inversiones, los empresarios se mostraron de acuerdo con lo realizado y hubo coincidencias en que la salida de la cuarentena deberá ser progresiva. Una idea que se planteó es que en la próxima prórroga, más que seguir habilitando actividades, habrá que establecer cuáles quedarán prohibidas.  

Algo que destacaban en el Gobierno fue el nivel de representación que tuvo la convocatoria y la uniformidad del respaldo, sin voces disonantes. El ministro Guzmán hizo una exposición sobre su propuesta de renegociación de la deuda, en la que destacó el diálogo previo y el respaldo internacional que tuvo, una referencia al aval del FMI. También el apoyo político de parte del Congreso y de los gobernadores. "Estamos en una situación con mucho ruido, es muy importante que estemos juntos en este momento delicado", indicó. 

Remarcó que se trataba de un oferta "muy razonable", pero que hay fondos de inversión que tienen la idea de no negociar ahora y esperar que la economía mejore, tal vez con la ilusión de que asuma en el país de nuevo una fuerza política más proclive a sus deseos. "Queremos volver a darle confianza al peso argentino, quiero que se recree un mercado de capitales donde los argentinos confiemos en nuestras empresas, para eso necesitamos resolver el tema de la deuda", argumentó el ministro. 

Los empresarios coincidieron. Lo escuchaban el titular de la UIA, Miguel Acevedo; de la Sociedad Rural, Daniel Pelegrina; de la Asociación de Bancos, Javier Bolzico; de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi; de la Cámara de Comercio, Jorge Di Fiori; y de la Cámara de la Construcción, Iván Szczech. La delegación de la CGT estuvo encabezada por sus secretarios generales Héctor Daer y Carlos Acuña, y los integrantes de la mesa directiva Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, Armando Cavalieri, Víctor Santa María, José Luis Lingeri y Antonio Caló.

Hubo una frase de Gabbi que llamó la atención. "Nadie hizo tanto por el mercado de capitales en estos 45 días como usted ministro, ha habido confianza en el mercado en pesos", aseguró el mandamás de la Bolsa. También hubo elogios para la actividad del BICE y para las medidas tomadas para proteger a las Pymes. Tanto el titular de la Rural como de la Asociación de Bancos plantearon su preocupación por la inflación y por la necesidad de políticas que atraigan inversiones. "Hay que generar confianza, porque la platá está y la van a traer", aseguró Pelegrina. "Todos coincidimos en que caer en default sería un catástrofe", comentó luego Di Fiori. Daer planteó que acompañaban la idea de "no someter" a la sociedad para cumplir con los acreedores. En definitiva, empresarios y sindicalistas expresaron su respaldo para la negociación.  

"Esta mesa demuestra la vocación de estar juntos", se entusiasmó el Presidente, que calificó como "histórico" el acuerdo que empresarios y CGT firmaron la semana pasada, que estableció que los trabajadores que se encuentran suspendidos por la cuarentena cobrarán el 75 por ciento de su salario y no serán despedidos. Adelantó que en cuanto el Congreso reanude su actividad enviará el demorado proyecto de creación del Consejo Económico y Social que integrarán todos los participantes del encuentro de ayer, junto a otros dirigentes. 

Cuarentena

La reunión fue convocada especialmente para tratar la cuestión de la deuda, pero inevitablemente continuó hacia la cuarentena, el tema que hoy preocupa a todos. Alberto Fernández resaltó el reconocimiento que existe en el mundo acerca de la seriedad de cómo Argentina enfrentó el problema. Comentó en varios tramos los diálogos que había mantenido con mandatarios europeos como Angela Merkel, Giuseppe Conte, Emmanuel Macron y Pedro Sánchez, intercambiando experiencias sobre las medidas adoptadas. "La diferencia con ellos son miles de muertos", destacó el Presidente. Además de Guzmán, lo acompañaron el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y el jefe de asesores, Juan Manuel Olmos. 

Llamativamente, dado que se encontraba ante buena parte del establishment local, esbozó su idea de que de la pandemia surja un capitalismo menos especulativo. "Siento que podemos hacer las cosas de otro modo en Argentina, no tiene sentido que el ingreso se concentre en tan pocos, el capitalismo se queda sin consumidores, pensemos con otra lógica donde todos ganen", planteó. "Todo va a cambiar después de esto, la historia quiso que seamos la generación para cambiar, no desaprovechemos esta oportunidad, somos la generación a las que nos tocó manejar esta crisis", completó en el mismo tono. Tanto empresarios como sindicalistas comentarían luego que el mensaje del Presidente había sido "muy bueno". 

Fernández insistió que ahora se debe ir hacia una salida ordenada de la cuarentena, manteniendo las precauciones. "No podemos perder todo el esfuerzo, el virus sigue estando en algún lugar, es un virus siniestro con una capacidad de contagio tremenda", advirtió. Una idea que quedó dando vueltas, en la que el Gobierno comenzará a trabajar, es que para la nueva prórroga de la cuarentena que termina este domingo, más que habilitar algunas nuevas actividades directamente habría que establecer cuáles son las que están prohibidas. Es decir, todo lo que no esté en ese listado vetado se entiende que se puede hacer, obviamente cumpliendo con los protocolos sanitarios.