Encontrar un paquete de cigarrillos es una odisea, pero hallar marcas o tipos específicos es directamente una misión imposible. “En el interior ya no quedan, sólo hay en Capital y el Conurbano, pero el stock se va a terminar esta semana”, adelantó a PáginaI12 Adrián Palacios, titular de la Unión de Kiosqueros (Ukra), que agrupa 100 mil negocios en todo el país. Con el desabastecimiento comenzaron las ventas racionadas y la especulación en los precios, y algunos comercios ya venden el atado a 500 pesos.

Desde la industria tabacalera explicaron que la falta de cigarrillos se debe a que las empresas no producen desde el 20 de marzo, cuando comenzó la cuarentena. “Hasta ahora se vino distribuyendo lo que estaba estoqueado, pero las firmas ya no cuentan con stock y tampoco queda producto en la calle”, indicaron fuentes del sector.

A principios de abril, Eduardo Medina, titular de la Cámara de Kiosqueros Unidos, dijo a este diario que ya no se encontraba stock de las dos principales marcas. En ese momento, la Unión de Kiosqueros le envió una carta detallando el problema a Jefatura de Gabinete. A mediados de mes, se comunicaron con el gobierno de la Provincia de Buenos Aires para solicitarle la fabricación y distribución de los cigarrillos, dado que en ese territorio se encuentran las plantas industriales. El desabastecimiento fue alertado también por estaciones de servicio y distribuidores.  

También hace tres semanas la Cámara de la industria del Tabaco (CIT) le envió una carta al Gobierno en donde alertó por los faltantes y solicitó la reanudación de la producción “en forma inmediata”. Calculan que cerca de un millón de personas vive de la actividad, desde la fase primaria hasta el último eslabón comercial. “El faltante de cigarrillos perjudica a toda la cadena de valor en su conjunto”, dice el texto, firmado por los presidentes de Massalin Particulares y British American Tobacco.

La producción primaria fue una de las actividades exceptuadas, siento Jujuy, Salta y Misiones las provincias más fuertes. Para seguir este camino, la industria presentó protocolos de seguridad, que incluyen: personal mínimo para desarrollar las tareas, transporte privado para los 600 empleados que deberán movilizarse y división en distintos turnos para evitar aglomeraciones.

Los kiosqueros estiman que la producción tabacalera podría ser una de las exceptuadas a partir del 10 de mayo. “Estamos esperando el anuncio del Gobierno, ante la necesidad de los consumidores, pero también de los negocios”, opinó Palacios. Desde el momento en que reabran las fábricas, el abastecimiento en los comercios puede llevar 48 horas para Capital y el Conurbano. “Pero para normalizar todo el país se requiere una semana”, estiman desde la industria.

Desde el sector industrial estiman que la venta de cigarrillos representa hasta el 50 por ciento de la facturación en 100 mil comercios del país, porcentaje que creció al 80 por ciento por la cuarentena. Además, aseguran que por cada día que no operan las tabacaleras, se pierden 700 millones de pesos en recaudación para el Estado, dado que el 80 por ciento de venta al público corresponde a impuestos. Por otro lado, consideran que fomenta el comercio ilegal de cigarrillos, con contrabando y falsificación.

Sobre los aumentos desmedidos en los precios, la Unión de Kiosqueros recibió denuncias por estos comportamientos en 4 provincias y aseguran que no avalan ningún tipo de suba. El atado más caro puede llegar a costar 195 pesos, pero hubo denuncias por valores de más de 500 pesos.