La industria audiovisual no para de acumular malas noticias. La última es que la ficción Separadas, que emitía El Trece a las 21.30 hasta que se decretó la emergencia sanitaria por el coronavirus, finalmente no volverá a grabarse. Si bien en su momento se había anunciado que la tira regresaría una vez que se levantara el aislamiento obligatorio preventivo, Polka le avisó al elenco que la tira diaria fue cancelada definitivamente por “razones económicas”. Incluso, fuentes de la productora señalaron que la situación es tan delicada que Polka “o cierra o se achica”. Detrás de esta decisión, sin embargo, se esconde una negociación que marcará el futuro de la industria ficcional argentina, de cara al día después de la pandemia. ¿Cuánto hay de realidad y cuánto hay de estrategia empresaria detrás de la situación que vive la mayor productora de ficción del país?

La crisis económica que la industria arrastraba y que la pandemia profundizó es innegable. Según fuentes del mercado televisivo, los ingresos publicitarios por la pandemia se derrumbaron en abril un 55 por ciento en la comparación interanual. La parálisis total en la producción de ficción ante la covid-19 afectó seriamente a la comunidad televisiva de ficción, cuyos ingresos dependen de que los capítulos de sus programas salgan al aire. Separadas era hasta el 19 de marzo, cuando se emitió su último episodio, la única ficción de producción nacional al aire de la TV abierta argentina. Y será la última por un largo tiempo.

“La estructura de Polka solo puede sostenerse si tiene una tira diaria continuamente al aire”, le explicó a Página/12 una fuente de la productora, que detalló que cerca del 65 por ciento de los ingresos de Polka provenían de este tipo de producciones y el resto de series semanales. Hace dos meses que la compañía no tiene producto diario al aire. No entrega el capítulo, no le ingresa dinero.

Claro que más allá de las razones económicas objetivas para discontinuar Separadas, es imposible no sospechar que detrás existe una decisión política de no “rescatar” ni a la ficción ni a la productora ni mucho menos a sus empleados. De hecho, el Grupo Clarín -que es el principal accionista de Polka, con el 55 por ciento del capital accionario en su poder- no inyectó capital para abonar los sueldos de los empleados de la productora, como sí lo hizo con otras de sus empresas en crisis en el sector de la comunicación, como El Trece, TN o FM 100. “El grupo le soltó la mano a Polka”, se resignó un ejecutivo de la productora, en la que Adrián Suar mantiene un 27 por ciento de las acciones y Fernando Blanco el restante 18 por ciento.

Basta repasar lo que sucedió en los últimos meses para constar esa percepción. Desde el comienzo de la crisis, Polka tuvo problemas para pagar los salarios de sus 400 empleados (300 de planta permanente y alrededor de 100 contratados): los de marzo los abonó en cómodas cuotas y los terminó de pagar recién el último día hábil de abril. Y la empresa se acogió al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), para que la Anses le pague a los empleados el 50 por ciento de sus haberes de abril. Lejos estuvo el Grupo Clarín de hacerse cargo de la crisis financiera de la productora para cumplir con la obligación de abonar el sueldo de sus empleados.

¿Por qué el multimedios no inyectó capital o solicitó un préstamo para pagar sueldos de Polka? Esa es la pregunta que todavía no tiene una respuesta cierta. Es posible, sin embargo, tejer varias posibilidades. La primera es que en un contexto de retracción de la TV abierta, Clarín decidió dejar de poner plata en una compañía riesgosa financieramente y de resultados inciertos económica y artísticamente. Tal vez haya allí la decisión de dejar de producir tira diaria para El Trece porque el negocio ya no les cierra. Otra posibilidad es que se quiera convertir a la situación de Polka en el caballito de batalla para que la industria audiovisual argentina modifique sus regulaciones y dinámicas productivas. Esto es: presionar para flexibilizar el convenio colectivo del trabajo que rige a la actividad, un viejo anhelo empresarial en el rubro. Vale decir que las dos posibilidades no son excluyentes.

La pandemia, en todo caso, aceleró los tiempos de una decisión que internamente se analizaba desde hace tiempo. Y también una discusión que seguramente se dará -no sin tensión- entre todos los actores del mercado audiovisual argentino. ¿Cómo seguir produciendo ficción post pandemia en Argentina?

Por lo pronto, desde la productora aclararon que los contratos artísticos del elenco de Separadas, que vencían a fin de julio, “se negociarían y se pagarán”. Además, es un hecho de que cuando se levante el aislamiento preventivo volverá a grabarse la segunda temporada de El tigre Verón, a la que le falta cerca de 15 días de rodaje para finalizar los capítulos estipulados. Será la única ficción que este año estrenará canal 13, que apuesta toda sus fichas al regreso en junio de Showmatch, el ciclo de Marcelo Tinelli que se hará con el presupuesto que haya y en las condiciones que la covid-19 lo permita.