En una reunión en la Casa Rosada que coordinó el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, los equipos de ministros del gobierno porteño y el bonaerense acordaron mantener tal cual la cuarentena en el AMBA luego del lunes, al tiempo que endurecerán los controles en el transporte público y privado, con el objetivo de restringir todo lo posible el traslado entre las dos jurisdicciones. Con esa idea, quienes pertenecen a actividades no esenciales deberán reempadronarse y obtener un nuevo certificado con código Qr que los habilite a trasladarse. Con un importante salto de los contagios -que ayer ascendieron a 648 casos en el país-, casi todos concentrados en la región metropolitana, el transporte y la situación en los barrios humildes son las dos cuestiones que concentran la atención de los funcionarios de cara a la extensión de la cuarentena que el presidente Alberto Fernández anunciará el sábado.

La reunión de ayer en la Casa Rosada fue continuación de la del miércoles en Olivos, donde estuvieron el presidente Alberto Fernández, el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. Quienes participaron de las dos aseguraron que la de ayer fue menos tensa. El planteo es reiterativo en los últimos días: la Provincia está en contra de la flexibilización de la cuarentena en Capital, porque entiende que será sólo cuestión de tiempo para que la propagación de casos que se registran en las villas porteñas se traslade a los barrios humildes del GBA, donde habitan cientos de miles de personas.

Fue lo que se discutió el miércoles en la residencia presidencial y continuó ayer. Un funcionario del gobierno bonaerense, el viceministro de Salud Nicolás Kreplak, declaró antes de que inicie la reunión en la Casa Rosada que era necesario que la Ciudad volviera para atrás en la decisión de abrir comercios no esenciales, lo que sirvió para marcar un poco el clima que rodeó al encuentro. La Provincia machaca en la idea de que en esos comercios trabajan bonaerenses y que el peligro está localizado en el ida y vuelta diario. Pero los funcionarios porteños sostienen que hasta ahora esa idea no se verificó en los hechos, que ni siquiera se incrementó demasiado el uso del transporte público. Por eso se resisten a la idea de volver atrás con la apertura decidida en la última prórroga de la cuarentena. 

Junto a Cafiero, por el lado de Nación estuvieron en el encuentro en el Salón de las Mujeres de la Casa Rosada los ministros Ginés González García (Salud), Sabina Frederic  (Seguridad) y Mario Meoni (Transporte), la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, y el asesor presidencial Alejandro Grimson. Por Provincia, estuvieron el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, los ministros Daniel Gollán (Salud), Sergio Berni (Seguridad) y el subsecretario de Transporte, Alejo Supply. De la Ciudad, particiaparon el vicejefe y ministro de Seguridad, Diego Santilli, el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, Fernán Quirós (Salud), Juan José Méndez (Transporte) y María Migliore (Desarrollo).

Resuelta la continuidad de la cuarentena en los mismos términos, la cuestión a tratar quedó centrada en el transporte, que tuvo como principal punto de acuerdo "la necesidad de reforzar los operativos de control, tanto físicos como tecnológicos, para el transporte público y privado, con especial rigurosidad en la circulación interjurisdiccional", según se comunicó.

La cuestión tiene su complejidad. Hay poco más de cinco millones de certificados de circulación emitidos entre la provincia -que tiene más de cuatro millones- y la Ciudad, con poco menos de un millón. La idea es obligar a reempadronar a aproximadamente la mitad de esos permisos, que pertenecen a actividades no esenciales. Una vez tramitado el nuevo certificado, se habilitaría un código Qr que se podría imprimir o llevar en el celular para facilitar el control en los accesos que volverá a endurecerse, como en el inicio de la cuarentena. Otras ideas que manejaba el Ministerio de Transporte, como limitar el uso de la tarjeta SUBE, por ahora no se pondrán en práctica. Sí habrá más controles para los autos, para los colectivos y en los trenes, principalmente en las estaciones. 

La otra cuestión que se consensuó fue la coordinación de los equipos que trabajan en el plan Detectar en los barrios vulnerables de la Capital y de la Provincia, donde se va en busca de los casos sospechosos para aislarlos y evitar los contagios en un contexto de hábitat precario. Dada la focalización de los casos, los tres gobiernos intensificarán las tareas en estos barrios con testeos y distribución de los elementos de higiene como alcohol y lavandina. 

Esta tarde, Alberto Fernández junto a Cafiero, González García y Vizzotti se reunirá con los expertos sanitaristas en Olivos, un trámite que cumple puntualmente antes de decidir cada prórroga. A esta altura, ya es posible en buena medida anticipar lo que se conversará allí. Los médicos son partidarios de permitir cierta flexibilización del aislamiento, por lo que hay que imaginar que avalarán que la Ciudad siga con el permiso para que las salidas recreativas de los chicos y que recomendarán un seguimiento todo lo estricto que sea posible en villas y barrios vulnerables. Salvo Chaco, que volvió a registrar un número importante de casos y adelantó la prórroga del aislamiento, en el resto del país la situación parece controlada.