Juliana Marcús, socióloga e investigadora del Instituto Gino Germani, insistió con que los datos fueron obtenidos al comienzo de la cuarentena y podrían cambiar. De hecho tienen previsto repetir la encuesta con los mismos grupos en distintos momentos del ASPO, la última será cuando se levante, para profundizar y evaluar los cambios.

--¿Qué dato les llamó la atención?

--Aparte de preguntar sobre usos, preguntamos por frecuencias. En compras por internet, el mayor porcentaje dijo que compraba igual que antes. Y un 45 por ciento pide menos que antes, eso se relaciona con que mucha gente cocina más que antes. Al mismo tiempo un 28,8 vio disminuidos sus ingresos por hogar, un 37,5 no disminuyó y el resto no percibe ingresos. Entonces también puede haber una correlación con no pedir comida. Pero en ninguno de los casos aumentó el delivery ni la compra por internet, que quizás está en el imaginario nuestro.

--¿Cómo se reconfiguraron los espacios domésticos y exteriores?

--Vemos espacios intersticiales, entre el afuera y el adentro. El ASPO vacía el espacio público suspendido para el encuentro, y esos encuentros se recrean en el espacio virtual, que aumentó mucho y también en los espacios exteriores: se recrea en el espacio intersticial como balcones, terrazas. Algunos se empezaron a recuperar y a conectar con el vecino desde estos espacios; mientras que antes eran más decorativos. Eso tiene que ver con cómo se reconfiguran y reapropian espacios domésticos al tener que estar las veinticuatro horas en casa. Se reconfiguran los espacios para ser más habitables, para que dentro de tu hogar puedas estar más cómoda, con una experiencia urbana. Hay montones de pequeñas prácticas, pequeños movimientos, como correr un mueble, una mesita… todo esto lo estamos complementando con entrevistas en profundidad.

--¿De qué modo se dan los cambios sociales?

--Los cambios sociales o de cómo se valoran ciertos espacios, no son inmediatos. Lo podemos ver en hábitos que estamos dispuestos a modificar y cuáles no. No se estaría dispuesto a cambiar los más vinculados a prácticas profundas. Los cambios sociales y culturales son lentos. Una pandemia no va a cambiar de la noche a la mañana esas prácticas y al mismo tiempo profundiza las desigualdades. A veces se dice que vamos a ser más solidarios cuando termine. No, hay ciertas cuestiones que no cambian.