En el negocio de los medios de pago digitales, la cuarentena y el boom de las transacciones electrónicas obligan a apurar el lanzamiento de nuevos proyectos para intentar capturar un mercado en expansión. En este caso, son los bancos lo que decidieron dar un nuevo paso en su estrategia de códigos de pago rápido tipo QR para competir contra el gigante del sector, Mercado Pago, que en los meses de aislamiento junto a MercadoLibre registró un crecimiento exponencial.

Este jueves las principales entidades bancarias privadas presentaron ante la Comisión Nacional de Valores la empresa Play Digital S.A. Se trata de un emprendimiento liderado por el Banco Galicia, el BBVA y el Banco Santander y tiene por objetivo armar una infraestructura de pagos QR similar a la de MercadoPago. Los tres bancos invitaron además al resto de entidades financieras a sumarse a este proyecto con el objetivo de aumentar la cantidad de usuarios que podrán pagar con los códigos rápidos levantados (o sea generados) a través de esta nueva plataforma.

La idea de los bancos es reeditar el modelo del adquirente Prisma pero con nueva tecnología. Desde los noventa hasta 2018 (cuando se vieron obligados a vender la firma por problemas de monopolio), los bancos manejaron los pagos con tarjeta de débito y crédito y la instalación de los Pos de lectura de los plásticos. El objetivo de las entidades bancarias ahora es avanzar hacia un esquema similar pero aprovechando el auge de los códigos QR (los que resultan mucho más sencillos de instalar en los comercios y permiten a los clientes pagar directamente desde el celular).

La diferencia es que en este terreno de pagos digitales los bancos juegan de atrás. Durante años aprovecharon el control de Prisma sin tener que invertir en nuevas tecnologías para poder mejorar y facilitar la experiencia de pago de los usuarios.

Este comportamiento se observó también con las aplicaciones para celular de los bancos, que en la mayoría de los casos tienen una interfaz poco amigable y no generan el incentivo necesario para que los usuarios prefieran digitalizarse en lugar de ir a los bancos.

El problema no es necesariamente cultural vinculado a individuos que le temen a la tecnología y prefieren seguir operando a través de las ventanillas de los bancos. Se trata también de la falta de dinamismos de los bancos para aggiornar la oferta de servicios.

La forma más simple de observarlo es a través del lanzamiento de algunos productos de inversión en las principales billeteras virtuales del mercado. Desde que estas empresas incorporaron a sus aplicaciones un módulo de inversión de los saldos disponibles se triplicaron la cantidad de cuentas comitentes (o sea de inversión) de la Argentina. Esto ocurrió en los últimos dos años.

El lanzamiento de una infraestructura de pagos digital liderada por los bancos marca un cambio de tendencia en el sector financiero. Las entidades se sienten amenazadas por el crecimiento sin interrupciones de las empresas Fintech (es decir las firmas de tecnología que brindan servicios financieros) y buscan recuperar posiciones.

La disputa principal es contra MercadoPago, que en los últimos años los fue corriendo del negocio de los gateways (tecnología para leer las tarjetas de crédito cuando se compra por internet) y ahora avanza además en quedarse con el saldo disponible de las cuentas.