Desde Rosario

Un grupo comando atacó ayer a tiros con fusiles FAL al utilitario del Servicio Penitenciario en el que trasladaban a los tres sindicados autores del asesinato de Claudio “Pájaro” Cantero: Luis “Pollo” Bassi, Facundo “Macaco” Muñoz y Milton Damario. La peor parte la llevó Macaco quien terminó con un tiro que ingresó por el glúteo, aunque dos penitenciarios también fueron heridos en su piernas. Un cuarto lastimado resultó ser un pasajero de un micro de Rosario Bus, que avanzaba por la mano contraria. La ferocidad del ataque quedó evidenciada con las primeras imágenes de la Trafic que fue atravesada por los disparos de fusil: siete proyectiles que ingresaron por el costado derecho y dejaron una forma de flor en la chapa al salir por el lado izquierdo de la camioneta. Las balas también hicieron explotar la cubierta derecha delantera del vehículo que sin embargo pudo seguir su marcha hasta el hospital de Baigorria. El ataque fue coordinado por al menos dos vehículos: un VW Bora color negro se puso al costado derecho del vehículo penitenciario, mientras una camioneta Amarok blanca sostuvo el ataque desde uno de los puentes de la autopista Rosario-Santa Fe, a la altura de Granadero Baigorria. Una camioneta de custodia del Grupo de Operaciones Especiales (GEO) intercambió disparos con el Bora durante más de un kilómetro.

Tras el ataque -ocurrido pasadas las 18- Muñoz fue internado en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria mientras los dos penitenciarios fueron llevados al Hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo. Se trata del oficial Oscar Gómez y el ayudante 2º Marcos Andreani, quienes oficialmente están “fuera de peligro”.

En tanto un micro de Rosario Bus, que une Puerto San Martín con Rosario, y que circulaba por la mano contraria, recibió un disparo en la última ventanilla del lado izquierdo, que provocó heridas a un pasajero. El joven fue asistido por su padre hasta que el pasaje completo descendió en el kilómetro cero de la autopista, frente a un destacamento de la Policía de Seguridad Vial. El joven fue internado en el Hospital Alberdi.  

Antes del ataque, la fiscal Cristina Herrera había pedido 22 años de prisión para Pollo Bassi, como instigador de la muerte del ex líder de Los Monos. “No se trata de un mandato, sino de una persuasión”, dijo. También solicitó pena perpetua para los dos presuntos autores materiales, Damario y Macaco; y seis años para Osvaldo “Popito” Zalazar, por tenencia de armas. 

“Las pruebas alumbran la oscuridad en la que ocurrió el hecho”, dijo Herrera, que enumeró cada uno de los elementos. Reiteró que el homicidio fue “con alevosía”, porque los acusados tomaron a Cantero por sorpresa, cuando estaba alcoholizado, desarmado, orinando en un portón a 40 metros del boliche Infinity Nigth, de Villa Gobernador Gálvez, la madrugada de mayo de 2013. Además, habló del móvil y consideró que fue parte de una “guerra de bandas”, que terminó con varias vidas, tras la muerte de Cantero. Las defensas negaron los hechos achacados a sus clientes y dijeron que solo hay indicios. El próximo lunes se conocerá el veredicto.

Durante casi tres horas, la fiscal mencionó cada una de las pruebas con las que considera haber dado por acreditados los delitos. Los acusados pasaron dos semanas de audiencias, sentados en el banquillo, con custodios de armas largas y encapuchados, a su alrededor.

Herrera recordó que aquella noche Cantero salió con sus amigos. Comenzó tomando algo en una estación de servicio, de ahí se fue al boliche Yamper y luego salieron hacia Villa Gobernador Gálvez, en su auto, a toda velocidad. Al llegar, Cantero no pudo estacionar frente al boliche, donde lo hacía siempre, porque había cajones de bebidas. Dejó el auto a pocos metros, en el portón de una empresa, se bajó a orinar y cuando volvía, comenzó la “lluvia de balas”. Una le dio en el corazón.

La fiscal recordó que Lisandro Mena –amigo de Cantero– resultó gravemente herido aquella noche. “Tenía la mandíbula fracturada por una bala en la cara, pero pidió irse del hospital y firmó el alta voluntaria. Estaba aterrorizado. El había visto el rostro de los autores: Muñoz y Damario. Hubo una muerte, y él era el único testigo. Nunca fue citado a declarar”, dijo sobre los inicios de la causa, que estuvieron a cargo del fiscal Enrique Paz.

A Mena lo mataron en diciembre de ese año, frente al casino. Su voz fue llevada a las audiencias por su hermana, Yamila, y por Lorena Verdún, madre de los hijos de Cantero. Ambas declararon que estaban juntas con Mena cuando éste les reveló que había visto a los tiradores. “Lloraba y me decía que había visto quién fue, pero que tenía mucho miedo. Se agarraba la mandíbula para hablar. Me dijo que eran Macaco Muñoz y Milton Damario, que los vio bien”, declaró Verdún.

Para la fiscal, Bassi fue quien instigó el crimen con integrantes de su banda. “Esto se da a partir de transferencia de ideas. No se trata de un mandato, sino de una persuasión como jefe. El tenía una ascendencia en la banda y les brindaba protección. Había que matar a un Cantero. Había que mandar a los mejores, y con las mejores armas, para no fallar. Fue una clara emboscada. Lo encontraron servido, regalado y aprovecharon para el cometido que Bassi los mandó a cometer. A traición y sobre seguro. Se trataba de la banda que le disputaba el poder”, dijo.

Lo que ocurrió después en la autopista explica en parte que pudo haberse tratado de una venganza de Los Monos.

Alberto Gentilcore
Damario, Macaco y Bassi.