El índice de precios al consumidor que se conocerá el jueves se ubicaría nuevamente por debajo del 2 por ciento, según prevén las consultoras. De hecho, el Banco Central informó el viernes que las proyecciones brindadas por los privados para la elaboración del Relevamiento de Expectativas de Mercado arrojaron una inflación promedio de 1,7 por ciento en mayo. En tanto, hay distintos pronósticos sobre lo que sucederá en el segundo semestre. Para algunas consultoras, la desaceleración será "transitoria". El promedio de las variaciones mensuales esperadas entre mayo y noviembre de 2020 será de 3,1 por ciento mensual, según el REM. Mientras que para otros economistas las proyecciones continuarían a la baja.

La inflación continuó en desaceleración debido al impacto que provocó el coronavirus en la actividad económica. Además, continúan congeladas las tarifas, el dólar oficial registró leves subas y los alimentos, con fuerte incidencia en el IPC, se encuentran bajo la política de precios máximos. Para la consultora OJF, el aumento de precios fue de 1,3 por ciento, y registra un crecimiento del 11,3 por ciento para los primeros cinco meses del año. “Las categorías que mostraron las subas más significativas fueron equipamiento del hogar, 5,2 por ciento, e indumentaria, 3,4 por ciento”, dice el informe de OJF. 

“Todos los rubros estuvieron debajo del nivel general, salvo alimentos y bebidas, y equipamiento y mantenimiento del hogar, por la recomposición a las empleadas domésticas”, aseguró Juan Ignacio Paolicchi, economista de Eco Go, que estimó para mayo una inflación del 1,3 por ciento. El costo de la canasta básica de alimentos subió 5,4 por ciento en mayo, según el relevamiento en 17 productos que realiza Héctor Polino de Consumidores Libres. Las mayores subas se dieron en productos de almacén y frutas y verduras. En tanto, para la consultora Focus Market, entre los productos que más subieron en mayo se encuentran los huevos, jabón en barra, salchichas, harina y manteca. Se trata de un relevamiento realizado en 682 productos.

Segundo semestre

La inflación estará apenas por encima del 11 por ciento para los primeros cinco meses del año pero las consultoras estiman que podría volver a acelerarse. El REM proyecta que este 2020 se ubicará en 43,3 por ciento, por lo que en los próximos meses deberá ubicarse muy por encima de los valores de los últimos dos meses. Cabe aclarar que la inflación fue una de las pocas variables que no modificó la pandemia. En el REM de febrero, antes de la llegada del coronavirus, el REM proyectaba 40 por ciento anual.

Uno de los motivos sería la vuelta de las paritarias. “Aunque el aumento del desempleo y la profundización de la recesión atenuarían las demandas de recomposición del poder adquisitivo de los trabajadores, las actualizaciones salariales probablemente tendrán lugar una vez superada la pandemia. La cuarentena pospuso y aminoró las tensiones provenientes del frente salarial, pero no las eliminó”, dice un informe de Ecolatina. En tanto, desde Eco Go apuntan a las restricciones cambiarias para las empresas, establecidas por el Banco Central, que dispuso que las compañías que hubieran operado en la compra venta de títulos públicos deberán esperar 90 días para acceder al mercado oficial de cambios. “Hacia delante, las mayores restricciones, van a ir derivando gradualmente en un impacto sobre la inflación, dado que el costo de reposición de la mercadería importada se empezaría a valuar al tipo de cambio paralelo en lugar de al oficial”, indicó Paolicchi.

En tanto, Jorge Carrera, vicepresidente del Banco Central, anticipó que las consultoras volvieron a bajar las proyecciones de inflación de 2020 a 38,7 por ciento. “Si no aparecen eventos disruptivos, podría ser aun menor”, indicó. Entre las razones, enumeró: la alta capacidad productiva, la caída en la actividad, las menores presiones sobre la demanda, los precios regulados y las negociaciones salariales. Respecto a la emisión monetaria, afirmó: “En lo inmediato se aprecia una ralentización notable de la velocidad de circulación del dinero, pero de todas formas el Banco Central tiene todos los instrumentos disponibles para retirar la liquidez que considere excedente cuando sea necesario”.

Por su parte, el economista Mariano Kestelboim, afirmó que la aceleración de la inflación “solamente podría producirse con un marco apremiante en el frente externo, que obligue al Banco Central a depreciar significativamente el peso”. Por el contrario, anticipa que el año cerrará con superávit comercial, “lo cual confirma la eliminación de cualquier chance de hiperinflación, como muchos analistas pensaron cuando el Gobierno estableció controles de precios, amplió el gasto público y la emisión monetaria para paliar el impacto de la pandemia”.