Empuje de la obra pública para mejorar la infraestructura en barrios vulnerables y abaratar costos logísticos, organización de la economía popular, reforma tributaria en favor de la producción y de la exportación, impulso al sistema crediticio para la producción, estimular el ahorro en moneda local y apoyo al sistema de compre argentino son algunos de los puntos mencionados por especialistas en relación a la política económica que debe guiar la etapa de la “pospandemia”. 

Frente al anuncio de intervención y proyecto de ley para la expropiación de Vicentin, Fernando Porta, investigador de la Universidad de Quilmes y pensador del desarrollo nacional, consideró que "la decisión tiene contenido estratégico importante. Es una empresa testigo en el mercado cambiario y en la cadena de comercialización. Es importante para reformar la dinamica del capitalismo argentino en favor del crecimiento sostenido". 

En tanto, Victoria Giarrizo, del Centro de Economía Regional y Experimental, resaltó la importancia de que la intervención sea eficiente en términos de gestión empresarial.

El encuentro virtual fue organizado por la Fundación Friedrich Ebert y también contó con la presencia de Natalia García, Directora Nacional de Políticas Públicas Productivas de la Secretaría de Comercio; Daniel Schteingart, director del Centro de Estudios para la Producción; Diego Coatz, economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA). 

“Para salir adelante como país y poder exportar lo suficiente necesitamos políticas productivas que mejoren nuestra productividad. Pero por otro lado también necesitamos políticas para generar empleo e incluir a la mayor cantidad de gente posible. Tenemos que entender a las políticas productivas a partir de estos dos planos”, consideró Marta Bekerman, directora del Centro de Estudios de la Estructura Económica (CENES) de la Facultad de Economía de la UBA. 

Porta consideró que “a nivel nacional, el impacto recesivo es tremendo, pero no afecta a todos por igual. Hay sectores con caídas superiores al 30 por ciento pero también otros que tienen crecimiento moderado. Es decir que la pandemia agrega un grado más de heterogeneidad a lo que ya teníamos. Lo mismo sucede en términos laborales y de ingresos. Creo que la reactivación va a ser más en forma de L que en forma de V, porque no están dadas las condiciones para una rápida recuperación”. 

A la hora de pensar la etapa posterior a la pandemia, Porta resaltó que “hay que trabajar sobre la organización de la economía popular para que estos sectores tengan activos económicos y no sólo una idea de supervivencia. Y hay una serie de misiones irrenunciables: la salud en una estrategia de igualación de las condiciones de acceso y de mejora general; la urbanización de las villas y de los barrios populares y una política amplia de soluciones habitacionales”.

Natalia García, Directora Nacional de Políticas Públicas Productivas de la Secretaría de Comercio, explicó que la gestión de la dependencia se centró durante la pandemia en garantizar el acceso a bienes esenciales a precios razonables. “Más allá de ciertas dificultades, no hubo grandes problemas de abastecimiento y se lograron estabilizar los precios de la economía. Cuidar el salario real es central para que los problemas no se profundicen”, dijo García. 

En relación a la “agenda de largo plazo”, mencionó que “los eslabones intermedios tienen mucho poder sobre eslabones primarios en las economías regionales. En frutas y hortalizas, la idea es generar precios de referencia y transparentar la cadena de comercialización. Por otro lado, hay fuertes desafíos en la mejora competitividad genuina”.

A la hora de ver qué políticas pueden impulsar una recuperación posterior a la pandemia, Victoria Giarrizo subrayó que “se viene una economía de bajo consumo, lo cual obliga a fortalecer la salida exportadora. La obra pública debe ir dirigida a bajar los costos logísticos, por ejemplo, hacia el sector ferroviario y puertos. Hay que hacer un ajuste de costos que no puede pasar por bajar salarios, porque se necesitan los mejores salarios que podemos pagar. El segundo frente de la obra pública debe ser la inversión en barrios vulnerables”. 

“Otra gran reforma necesaria es la tributaria, para la cual es un buen momento porque en términos fiscales ya se rompió todo y no complica tener uno o dos puntos más de déficit. Para competir con importados, el componente fiscal es fundamental. Se perdió tanto y el problema es tan grande que sería buen momento”, agregó. Giarriozo 

Por su parte, Coatz consideró que "va a ser necesaria una tasa muy atractiva para los que ahorran, para evitar la dolarización, y al mismo tiempo una tasa competitiva para que las empresas tomen créditos. Pero tenemos un sistema financiero muy chico y con muy poca capacidad de respuesta, por lo cual se va a requerir ingeniería y creatividad".