Fue profuso el hacer de Carlos José Pérez, “Charlo”. Vivió ochenta y cinco años. Tocó piano, guitarra, violín y bandoneón. Cantó como un barítono. Actuó en cine. Lo prohibió la Fusiladora por peronista. Y mató mil de langa nomás, con su moño mariposa. Pero en algo se destacó más: la creatividad. De él son las bien melodiosas músicas de “Pinta brava”, “Ave de paso”, “Rencor”, “Sin lágrimas”, “Horizonte” y “Tu pálida voz”, entre otras. Por todo esto -y más, claro-,  no le habrá sido fácil a Agustín Fuertes hacerse cargo de su obra. Visitarla, evocarla y cantarla noventa años después de generada. “Yo no lo busqué… él ya estaba ahí”, dispara el cantor ante Página/12. Estaba y está en Charlo (así, a secas), disco que Aqcua acaba de subir a las agitadas plataformas virtuales de la era Covid 19. “Siempre me llamó la atención su figura, sus composiciones y su interpretación. Un genio, ¿no? Por eso, lanzarme a esta aventura fue un gran desafío, una responsabilidad enorme”.

El cantante del simpático y extinto dúo Fuertes-Varnerín se valió de la Orquesta Victoria para retomar y reformar doce piezas del artista pampeano. “La verdad es que las piezas de Charlo tienen mucha riqueza melódica, además de un especial uso de los cromatismos, por lo que el desafío fue encontrar el balance entre una perfecta afinación y una interpretación que no remarque demasiado esos cromatismos… que la melodía no quede demasiado explícita, quiero decir”, enfatiza Fuertes que, claro, delegó en Alejandro Drago (arreglador y pianista de la Orquesta) los arreglos de los temas. “Empezamos con los que a mí criterio eran los 'indiscutibles'”, señala Fuentes, pensando en “Sin lágrimas” y “Tu pálida voz”. “Y a ese repertorio le fuimos sumamos arreglos que la orquesta ya tenía en carpeta. Con los muchachos de la orquesta nos conocemos mucho y la dinámica me es muy familiar. En la interacción con ella, siempre trato de darle espacio a los detalles del arreglo, como un contracanto de violín o alguna frase en particular”.

Observando el repertorio, el líder de la milonguera Tango Velvet siente orgullo especial por “Tango de la ausencia”, porque fue un tema que el mismo Charlo (a cuya pluma pertenece en letra y música) nunca pudo grabar dado que, cuando intentaba cantarlo con gente alrededor, lo paralizaba la emoción. “La grabamos solo en piano y voz, y la considero un gran homenaje a Charlo, porque encierra algo tan íntimo de él, algo que lo emocionaba más que otras piezas”. Otro es “Cobardía”, tango de 1932 al que Luis César Amadori vestiría con una letra desgarrada. “El tema se arregló como vals. Fue una decisión que tomó Alejandro porque pensaba que era un tango muy trillado”, detalla el cantor, que intercaló su voz con las de Noelia Moncada en “Llámame” y de Esteban Riera en “El viejo vals” (estrenado por el mismo Charlo con la orquesta de Francisco Canaro, en 1931).