La Copa América que iba a comenzar este viernes con organización conjunta entre Argentina y Colombia y que fue pospuesta para el mismo período del año próximo por la pandemia de coronavirus, se convirtió en una ilusión otra vez postergada para Lionel Messi, quien persigue cada vez con más aceleración un título con el seleccionado nacional, y por eso reconoció que fue "un duro golpe" para él enterarse de su aplazamiento.

"La Copa América iba a ser una gran ocasión para mí este año y estaba extremadamente emocionado de competir en ella de nuevo. Fue duro cuando supe que sería pospuesta", confesó sin tapujos el capitán del seleccionado nacional, en una presentación virtual de la empresa Adidas que lo patrocina.

Messi vive como una frustración no haber podido levantar un trofeo con la camiseta celeste y blanca del seleccionado mayor, luego de haberlo hecho con el sub 20 en Holanda 2005 y el olímpico en Beijing 2008, y esta obsesión se le hizo carne después de las caídas sucesivas en las finales del Mundial de Brasil 2014 y la Copa América de Chile 2015.

Esos dos reveses, ante Alemania primero y Chile después, lo llevaron a él y a sus adláteres de la "Generación Lío" (Ángel Di María, Lucas Biglia, Ezequiel Lavezzi, Sergio Aguero, Javier Mascherano, Sergio Romero y Ever Banega) a manifestar constantemente durante la Copa América Centenario de Estados Unidos 2016 que esa era "la gran oportunidad" que estaban esperando.

"Esta vez no se nos escapa", les repetían una y otra vez a los periodistas enviados a esa cobertura en suelo norteamericano, y de hecho nuevamente estuvieron a nada, otra vez en una definición fallida por tiros penales frente a Chile, de consagrarse después del último título conseguido por Argentina 23 años antes, en Ecuador 1993. Messi cumplió 29 años en plena competencia y consideraba que en esa Copa América o en el por entonces todavía lejano Mundial de Rusia 2018 estaban sus grandes oportunidades de alzar un trofeo cada vez más ansiado.

Ya con 31, la experiencia en Rusia fue más negativa aún, y entonces las esperanzas de Messi, ya sin varios de los que lo habían acompañado en aquel sueño, como Mascherano y Biglia, empezaban a estrecharse un poco más. Pero casi como una bendición para la fe de Messi, el 13 de marzo del año pasado, la Conmebol aceptó la postulación conjunta de Argentina y Colombia para la organización de la Copa América, que luego terminaría oficializando el 9 de abril.

Allí el rosarino, pese a que la final se programó para jugarse en Colombia (el partido inaugural se disputará en Argentina), vio como una señal esta gran oportunidad de sumar ese primer título jugando la mayor parte de la competencia en suelo argentino.

Las cuentas del Lionel jugador daban justo, porque a pesar de ser junto al "Kun" Agüero el único sobreviviente que lo acompañaba desde el comienzo mismo de esta "Generación Plateada", la empatía con los protagonistas del recambio provocado por el otro Lionel, el entrenador Scaloni, avizoraban un futuro próspero en el derrotero hacia esa meta tan deseada.

Messi cumplirá 33 años el próximo 24 de junio. Por eso esta postergación la sintió como otra frustración, pese a que tendrá una nueva oportunidad dentro de un año (e inclusive en el Mundial de Qatar 2022), cuando vaya a realizarse la edición de 2021 entre el 11 de junio y el 11 de julio.

Santiago del Estero completará esta semana la programación de las luminarias Led de última generación del moderno Estadio Único que construyó expresamente para esta Copa América ahora postergada. El estadio Ciudad de La Plata, junto al Monumental de River Plate, el Mario Kempes de Córdoba y el Malvinas Argentinas, de Mendoza, serán los restantes escenarios argentinos.

Colombia presentará al Atanasio Girardot de Medellín, el Metropolitano de Barranquilla, el Pascual Guerrero de Cali y el Nemesio Camacho de Bogotá. En todos ellos jugarán los integrantes de la Zona Norte, que compondrán el seleccionado local, Brasil, Ecuador, Perú, Venezuela y el invitado organizador del próximo Mundial, Qatar.

Argentina será local en los escenarios de su país, componiendo la Zona Sur junto a Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia y el invitado Australia. Y allí estará Messi, cargando sobre sus hombros el peso que él mismo se autoimpuso de levantar una Copa con el seleccionado argentino.

Por lo pronto este sábado estará volviendo a jugar con su otro "gran amor" futbolístico, Barcelona, ante Mallorca, en el retorno de la liga española tras la pandemia de coronavirus. Será a puertas cerradas. Para abrir las otras, las que le permitan asirse a su primera Copa con la selección, deberá esperar otro año más.otro año más.