Desde la implementación de la cuarentena obligatoria en la Argentina, producto de la irrupción del nuevo coronavirus en la vida cotidiana, el tenis fue una de las actividades que habían quedado inhabilitadas por completo. La parálisis se extendió a lo largo del país hasta hace algunas semanas, cuando el sector empezó a reactivarse en varias provincias con el protocolo sanitario correspondiente.

Tres meses después del inicio del aislamiento, decretado a fines de marzo, la mayor parte del territorio nacional está casi liberada del virus. Las excepciones más rutilantes son la Ciudad de Buenos Aires y una gran porción de la provincia, zonas en las que la pandemia comenzó a propagarse de forma exponencial. Algunos distritos, sin embargo, pudieron avanzar a la llamada Fase 5 y lograron oxigenar la mayor cantidad de rubros gracias a la ausencia total de casos de covid-19. Entre ellos, Tandil, la capital nacional del tenis, donde hace una semana regresó la práctica de deportes individuales.

“Es muy emocionante volver a la canchas después de tanto tiempo. Los chicos tenían muchas ganas de pegarle a la bola y están disfrutando en el club, que es su casa. Lo sufrí bastante, la verdad; fue un momento muy duro, sin hacer lo que tanto me gusta. La cuarentena fue difícil pero ahora estoy feliz”, contó Marcelo Gómez, el formador de Juan Martín Del Potro, en diálogo con Página/12. El “Negro”, una eminencia del tenis en la ciudad, dirige la academia Tandil Tenis en el Club Uncas, que días atrás volvió a funcionar con los jugadores de competición.

La ciudad serrana llevaba más de un mes sin presentar contagios: apenas había tenido cuatro infectados al inicio de la pandemia y logró erradicarlos por completo. Es por eso que la familia del tenis pedía una apertura de la actividad, pero la incertidumbre se apoderó de la escena: “Canalizamos el momento con videollamadas. Tuvimos un psicólogo que nos recomendó mantener a los chicos ocupados en la parte física y también en la mental: estuvieron viendo partidos de jugadores parecidos a ellos y compartieron charlas con Pico Mónaco, Machi González, Diego Junqueira, Diego Schwartzman…”.

Marcelo Gómez, en su habitat natural, una cancha de tenis en Tandil.

Desde hace más de un mes, Tandil es una isla. Con alrededor de 130 mil habitantes, emergió como la antinomia de lo que hoy se vive en AMBA, la región del país con mayor presencia del virus. Varios de los mejores tenistas profesionales de la Argentina, en consecuencia, incluso llegaron a analizar varias semanas atrás la posibilidad de trasladarse a las sierras para regresar a los entrenamientos. Casi todos son residentes en Buenos Aires y cercanías, donde los clubes aún permanecen cerrados. Desde Schwartzman y Guido Pella, los dos mejores argentinos del ranking ATP, hasta Carlos Berlocq con su pupilo Andrea Collarini y Tomás Etcheverry, entre otros, llegaron a comunicarse en busca de alguna alternativa por la necesidad urgente de volver a las prácticas.

Ante las consultas, y en conjunto con Posta Natural, un lujoso hotel que cuenta con dos canchas duras de nivel internacional en las que suele hacer las pretemporadas el propio Del Potro, Gómez había pensado un protocolo que pudiera ser habilitado para los trabajos. Finalmente, días después, Tandil consiguió avanzar de fase y los trabajadores del tenis volvieron al ruedo, aunque sólo para sus habitantes.

Sin importar si aún es una posibilidad, en ese sentido no parece factible que ningún jugador pueda ingresar para entrenarse. Carlos Tevez, por caso, intentó entrar a la ciudad cuando supo que se podría jugar al golf, pero fue interceptado por los controles por no tener residencia local. De cualquier forma los deportistas olímpicos o con chances de participar en los Juegos de Tokio, entre los que se encuentran los mejores tenistas, ya cuentan con un permiso especial del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación para volver a las prácticas en el AMBA y en cualquier parte del país.

Como el Club Uncas y muchos otros establecimientos, Posta Natural también fue habilitado para la práctica de tenis. Allí volvió a los trabajos y a dar clases de tenis a tandilenses Alejo Prado, el jugador que suele asistir a Del Potro durante las semanas de preparación en las canchas rápidas del complejo: “Las sensaciones son muy positivas, empezamos de forma progresiva y esta semana vamos a cargar un poco más el cuerpo. Se hizo demasiado larga la espera, porque el tenis es un deporte en el que podés elegir no tener contacto con tu rival”.

Del Potro suele compartir entrenamientos con Alejo Prado, que ya volvió a practicar en Tandil.

Como a todo el mundo, el coronavirus modificó los planes del tandilense, quien suele jugar torneos por plata en Europa pero no pudo viajar. “Pensaba viajar en abril para los Interclubes pero la pandemia me mató. Tenía contrato en Francia, en Alemania y hasta alguna posibilidad en Suiza, pero me tuve que quedar. Y volver se hace difícil porque no hay hacia dónde proyectar, no hay ninguna fecha de competición”, le contó a este medio quien fuera sparring del noruego Casper Ruud camino al título en el último Argentina Open.

[email protected]