Por octava vez consecutiva, el Bayern Múnich se coronó otra vez campeón alemán, tras derrotar este martes de visitante por la mínima al Werder Bremen con un gol de Robert Lewandowski, el artillero del certamen con 31 anotaciones.

Si bien los bávaros comenzaron la temporada con muchos altibajos -incluido el cese de un DT-, en la parte final no dejaron espacio para las dudas y lograron prolongar su hegemonía.

El Borussia Dortmund fue el principal competidor del octacampeón, y había hecho una ofensiva con la llegada de Julian Brandt, Thorgan Hazard y Mats Hummels, que había dejado el club bávaro.

Para compensar las idas de Arjen Robben y Franck Ribery, el Bayern fichó a Lucas Hernández, Benjamin Pavard, Michaël Cuisance y Fiete Arp; a última hora, incorporó a Ivan Perisic y a Philippe Coutinho.

En la décima jornada, el Bayern fue goleado 5-1 por el Eintracht Fráncfort y precipitó la destitución de Niko Kovac. Hans-Dieter Flick asumió el cargo en principio como interino, y el equipo tuvo una gran reacción al derrotar 4-0 en la siguiente jornada al Dortmund.

Después vinieron dos derrotas consecutivas, contra el Bayer Leverkusen y el entonces líder Borussia Mönchengladbach y el Bayern cayó al séptimo lugar, la peor clasificación que tuvo a lo largo de la temporada, con siete puntos menos que el Gladbach. Se habló entonces de que los rivales le habían perdido el respeto al múltiple campeón alemán.

Sin embargo, después no volvió a perder y sólo cedió puntos en un empate sin goles ante el Leipzig cuando ya era líder con cuatro puntos de ventaja sobre el Bayern. El Gladbach era segundo y el Dortmund, cuarto.

En la segunda ronda el Leipzig y el Gladbach tuvieron un fuerte bajón y la disputa por el título se convirtió en una lucha entre el Bayern y el Dortmund. Pero el campeón asumió el liderato a falta de 14 jornadas para que terminase la Bundesliga y no lo volvió a soltar.

El parate forzado por la pandemia tampoco afectó a los bávaros, que tras el regreso siguieron sumando sus partidos por victorias. De hecho, las dudas se disiparon cuando en el duelo a domicilio contra el Dortmund, que estaba cuatro puntos por debajo, el Bayern se impuso 0-1, con un gran gol de Joshua Kimmich.

Este martes ante el Bremen todo quedó consumado. Ahora al Bayern de Flick le queda la final de la Copa de Alemania, que jugará el 4 de julio contra el Leverkusen, y lo que queda de la Champions League, en la que ganó en esta temporada todos los partidos que disputó.