El equipo de investigaciones de la empresa Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA) desarrolló una herramienta propia para rastrear material genético del SARS-CoV-2 en la red cloacal, lo que servirá para monitorear el comportamiento de la pandemia a partir del virus que excretan los infectados. La técnica de detección, que verifica si aumenta o disminuye la concentración del virus en aguas cloacales, permitirá ejercer la vigilancias epidemiológica y generar alertas tempranas, al evaluar la dinámica de la infección en los líquidos residuales, especialmente en la fase de salida de la cuarentena. El método, que fue puesto a punto y validado en sólo dos meses, fue presentado al Ministerio de Salud de la Nación y al Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud ANLIS- Malbrán para efectuar estudios conjuntos, y este viernes será compartida por videconferencia a todos los operadores de servicios sanitarios del país.

La metodología de detección de fragmentos del ARN del virus en los líquidos que transporta la red clocal comenzaron a implementarse primero en Europa, en países como España y Holanda, y luego en Estados Unidos. Los estudios demostraron que si bien la presencia del virus es baja y no hay evidencia de que en esas cantidades tenga la capacidad de infectar a la población, según informa la comunidad científica internacional, su detección permite evaluar de manera indirecta cómo evoluciona la pandemia.

En este sentido, los investigadores de AySa desarrollaron la técnica y la estandarizaron para uso local. Tras una primera fase de desarrollo y puesta a punto, en menos de dos meses dejaron lista la herramienta cuyo uso va a permitir a las autoridades de Salud hacer un seguimiento epidemiológico en barrios o distritos, ver si la concentración del genoma del virus aumenta o no, y, así, poder tener un alerta temprana de la curva de infectados.

Alejandro Barrios, a cargo del proyecto y de la dirección Técnica y Desarrollo Tecnológico de AySA, dijo a Página/12 que "esta herramienta si bien es importante ahora, va a tener más importancia cuando se empiecen a flexibilizar distintas zonas para salir de la cuarentena al poder monitorear posibles rebrotes". Y agregó que están "armando distintas líneas de trabajo con el Ministerio de Salud y el Malbrán, y avanzando en lo que tiene que ver con compartir el desarrollo con el resto de Lationamérica, ya que somos los primeros en poner operativa esta herramienta en la región. Y este viernes en videoconferencia con el Consejo Federal de Entidades de Servicios Sanitarios (Cofes) vamos a compartirlo con el resto del país".

La metodología para detectar el virus implementada por la empresa, que brinda el servicio de agua a más de 10 millones de habitantes en el principal conglomerado urbano del país, es el método RT-q-PCR (PCR cuantitativa con transcriptasa reversa), y se aplica en muestras de líquido cloacal de plantas depuradoras y sistema de transporte cloacal.

Lo que se sabía es que los pacientes infectados eliminan el virus a través de sus excreciones, incluso antes de que empiecen los síntomas. Diversos estudios, internacionales y locales, entre ellos una investigación de la Universidad Nacional de Quilmes y del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) de Buenos Aires, constataron que el material genético del SARS-Cov-2 está presente en las aguas cloacales. Pero el problema fundamental a la hora de rastrear la presencia del virus es que los líquidos cloacales son una matriz compleja en la que hay material que interfiere y enmascara el virus. 

Por esta razón, "la preparación de la muestra es un punto clave en el desarrollo de la prueba. Cada muestra requiere mucho trabajo para que luego se pueda extraer el ARN del virus, que luego será analizado con el método PCR, la misma técnica que se utiliza en los estudios clínicos", detalló Barrios.

"La parte mas compleja del desarrollo es la preparación de la muestra. Una cosa es un hisopado y otra una muestra cloacal que lleva varias horas obtener y preparar. Hay una etapa de concentración y decantación hasta obtener un concentrado que es al que en una segunda etapa se extrae el material genético, a través de un kit comercial, incorporando distintos insumos para que tenga cierta pureza de material genético. En una tercera etapa se verifica esa pureza con un equipo que mide cuánto hay de material genético, cuánto de proteínas, de polisacáridos o de distintos elementos que hacen interferencia . Y si la muestra es válida, recién ahí se hace el PCR", explicó Barrios. "Si bien la técnica es la misma, esto tiene que adaptarse a cada zona", aclaró.