Esta semana se dispararon los contagios en hogares de niños, niñas y adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires, que registran 54 casos de covid-19 en cinco establecimientos que dependen del gobierno porteño. El miércoles se confirmó que 26 de los 29 niños que viven en el hogar conveniado Apapachar, en el barrio de Mataderos, dieron positivo para el Sars-Cov-2. En tanto ya se habían registrado contagios en otros cuatro dispositivos de cuidado para chicos que atraviesan situaciones de alta vulnerabilidad, en la población alojada como en trabajadores, en los hogares Curapaligüe, Nuestra Señora del Valle, el Pronats (adolescentes mujeres) y Vallecito. En este contexto, organizaciones que protegen los derechos de la niñez alertaron sobre la "gravedad" de la situación, y denunciaron que faltan protocolos específicos y personal, y que hay “demoras en los testeos".

En la Ciudad hay 35 hogares, entre los que gestiona de forma directa el Gobierno porteño y aquellos conveniados con la dirección General de Niñez y Adolescencia (DGNyA), destinados al alojamiento de niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad. Este miércoles, según informaron a este diario voceros del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, se confirmaron los resultados de los hisopados efectuados el lunes pasado a los niños alojados en uno de los centros que tiene convenio con la Ciudad, el hogar Apapachar, donde se activó el protocolo luego de que se identificara el contagio de una trabajadora del hogar.

Pero a diferencia de los casos anteriores registrados en los otros cuatro hogares, donde los afectados fueron trasladados a distintos centros sanitarios, en este caso, según explicaron los voceros, "el Ministerio de Salud, en articulación con el Cesac Nº 13, dispuso el aislamiento de los 26 niños y niñas dentro del hogar, con la contención de un equipo especializado, una pediatra, y seguimiento permanente de la autoridad sanitaria del Cesac". Mientras que los tres niños no contagiados "fueron alojados en la casa de la directora del Hogar, autorizados por el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes", dijeron, y agregaron que los casos "son leves y asintomáticos".

Desde Hogares en Red, que agrupa a más de 20 instituciones, dijeron que "desde que comenzó la pandemia los chicos están en aislamiento, y los hogares hemos tomado más medidas de prevención que las que fue dando el Ministerio de Salud de la Ciudad. Nosotros impulsamos el mayor control posible en el ingreso del personal, porque entendíamos que por las características del funcionamiento de los hogares con chicos de corta edad era difícil cumplir con las medidas de distanciamiento social. El problema es que no hemos logrado que se discuta cuál es el criterio de contacto estrecho en los hogares, y que a partir de de estos contagios se va a tener que discutir".

Po otra parte, las organizaciones del colectivo Infancia en Deuda solicitaron la intervención al gobierno porteño ante "la gravísima situación que enfrentan niñas, niños y adolescentes que viven en dispositivos de cuidado", y exigieron un protocolo específico para realizar testeos de coronavirus y denunciaron faltas de recursos y personal.

Dana Borzese, directora de Doncel, organización que integra Infancia en Deuda, dijo a Página/12 que "con la pandemia se puso en evidencia el déficit preexistente en el sistema de cuidado alternativo de la niñez", y en ese sentido señaló que "se sabía que, al igual que los geriátricos, los hogares eran una bomba de tiempo y se reaccionó tarde".

Y agregó: "No se tomaron medidas para fortalcer los equipos de trabajo, pese a que hay mucho personal licenciado por integrar los grupos de riesgo o estar en aislamiento. Falta implementar un plan Detectar, como se hizo en los barrios vulnerables, para tener una detección permanente, es decir, falta un protocolo específico para estas instituciones". Además, señaló que "falta articulación entre el Ministerio de Salud y la dirección de Niñez para resolver este tema. Es una situación de riesgo que había que anticipar y refleja la falta de atención que hay con relación al cuidado y protección de los derechos de estos niños que son los más vulnerables de la Ciudad".

Borzese advirtió también que "hay un retroceso en los derechos de estos niños y niñas que tienen que poder seguir estudiando. Eso requiere conectividad y equipamiento, que tampoco se les provee".

Por su parte, la directora de Niñez, Adolescencia, Género y Diversidad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y presidenta de la APDH, María Elena Naddeo, dijo que "el problema en los hogares es el ingreso del personal, y se debieron aumentar las medidas de bioseguridad con mejores elementos de proetcción", y en ese sentido señaló que "el gobierno de la Ciudad y el Ministerio de Desarrollo Humano han sido poco rigurosos en el control, seguimiento y supervisión, así como también en la dotación de recursos económicos y materiales". Y remarcó, al igual que Borzese, la falta de articulación entre los ministerios de Salud y Desarrollo: "No se tomaron las previsiones necesarias y las políticas han ido detrás de los hechos. Hay demoras en las respuestas, aunque cuando llega es de calidad. Pero llega tarde".