El 1° de julio de 1990, un director técnico desconocido dentro del ambiente futbolero tomaba las riendas de Newell's Old Boys. El hombre en cuestión era Marcelo Bielsa, quien aspiraba a dar sus primeros pasos en la máxima categoría en el club del cual era hincha, tras haberse coronado con la reserva. Así las cosas, antes de iniciarse como entrenador profesional, el indómito rosarino que colgó los botines cuando contaba apenas con 25 años aprendería, merced a una dedicación absoluta, a comprender la evolución de las complicaciones de juego y a percibir el talento, para convertirse así en formador de futbolistas. Más temprano que tarde adoptaría la velocidad como  referencia ineludible tanto desde la perspectiva ofensiva como defensiva. Muy elogiado en la actualidad por el español Pep Guardiola, crónica de quien carga con el apelativo de "Loco" sobre sus espaldas, y que en apenas un semestre sacó campeón a uno de los equipos más representativos de Rosario.

Un día después de que Sergio Goycochea, inesperado atajador de penales, se convirtiera en el héroe de la Selección que sacó a Yugoslavia del Mundial de Italia en la calurosa Florencia, el por entonces ignoto Bielsa daba a sus dirigidos las primeras indicaciones en una invernal mañana de Rosario. 

El precedente que hacía poco había dejado José Yudica, quien dos temporadas atrás sacó campeón a Newell's, y alcanzó también la instancia final de la Copa Libertadores 1988 que coronó a Nacional de Montevideo, no lo intimidaba. 

Atrás quedaba definitivamente su exiguo currículum como defensor, donde -sólo por citar un par de ejemplos- llegó a ser compañero de equipo de Jorge Valdano y Américo Gallego. Tuvo su debut en Primera en un año bisiesto, el 29 de febrero de 1976 en el Parque Independencia, cuando Newell's cayó 1-2 ante River Plate.  

Asimismo, Bielsa fue integrante de la Selección argentina que obtuvo la medalla de bronce en el Preolímpico de 1976 en Recife, Brasil, con un plantel que -a pedido del entrenador César Luis Menotti- tuvo la particularidad de estar conformado en su totalidad por jugadores de Newell's.

Una lesión lo sacó de las canchas durante una larga temporada, lo que forzó su salida del club de sus amores en 1978 para ser transferido a Instituto de Córdoba. Luego de participar en 16 compromisos con la Gloria, y en una verdadera muestra de carácter, decidió rescindir su contrato tras perder su puesto de titular en el equipo.

Un año después sería fichado por Argentino de Rosario, donde anotó oficialmente el único gol de su carrera. En dicho club, y mientras estudiaba el Profesorado de Educación Física, se retiraría de la actividad. Tenía apenas 25 años, ya asomaban los esbozos de una genuina excentricidad y con el tiempo se granjearía el mote de "Loco". Por supuesto, ya había decidido que sería entrenador.

Bielsa comenzó su carrera como DT del seleccionado de la Universidad de Buenos Aires, integrado por estudiantes que practicaban deportes en forma amateur. Llegó a probar a más de mil jugadores. El mojón que tuvo el equipo bajo su conducción fue empatarle a la reserva de Boca. Pero en 1982 renunció al cargo cuando fue convocado por Newell’s para trabajar con las divisiones inferiores. Su iniciación tuvo la fortuna de ser supervisada por Jorge Griffa, un grande de la docencia que como jugador había tenido una larga carrera en el equipo rojinegro y posteriormente triunfó en España vistiendo la casaca del Atlético Madrid.

Precisamente a Griffa se dirigió un treintañero Bielsa cuando sintió que estaba listo para dirigir. Pero fue el propio maestro quien moderó su entusiasmo y lo llevó a ir más despacio. Así, como una esponja, el impulsivo Bielsa fue absorbiendo conocimiento en cada fase de su propio proceso de aprendizaje. Y consolidó su capacidad innata para trabajar sin descanso cada una de las facetas que creía importantes del juego.

Todo el personal del club, desde la secretaría técnica encabezada por Griffa hasta la señora del quiosco y sus chupetines, fue parte esencial y permitió a Bielsa ser instruido para ser formador de futbolistas. Y un entrenador orientado a la máxima competición que llegó a moldear a unos jovencísimos Batistuta, Balbo y Dezzotti, que devendrían luego figuras internacionales.

A medida que Bielsa maduraba, con él germinaban los futuros protagonistas de las gestas del club. Nombres como Pochettino, Berizzo, Martino, Llop, Gamboa, Darío Franco, Boldrini, Alfredo Berti y Ruffini, entre otros, conformaron la gran legión de futbolistas que definirían el estilo del rojinegro a inicios de la década del '90.

Al frente de la Tercera División de Newell's, Bielsa obtuvo el campeonato en 1988, lo que llevó a que sea considerado para dirigir al primer equipo. Finalmente había llegado la oportunidad de plasmar lo aprendido luego de horas y horas de arduo trabajo.

Bielsa debutó en la fecha 1 del torneo Apertura 1990 con una victoria 1-0 ante Platense, con gol del Tata Martino. Y en un electrizante final mano a mano con River, llegaron empatados en puntos a la última jornada. Los por entonces conducidos por Daniel Passarella cayeron 2-1 ante Vélez, mientras que los rosarinos empataron 1-1 en su visita ante San Lorenzo (abrió la cuenta Ruffini; igualó Zandoná para el local) y se quedaron con el campeonato. "¡Newell's, carajo!", fue el grito de desahogo de quien a esa altura ya era conocido por sus singulares métodos de entrenamiento.

Desde finales de 2009, el club decidió honrarlo y el Coloso del Parque fue rebautizado como estadio "Marcelo Bielsa". Hace algunos días, en este presente que lo tiene al frente del Leeds y con chances de ascender a la Premier League, señaló: "Mi deseo es que la industria del fútbol no descubra que puede prescindir de los espectadores". ¿La conclusión? A Bielsa podrán cargarle el sambenito de "Loco"... pero de tonto no tiene siquiera un pelo. 


Una huella en el camino

* Bielsa es el técnico más exitoso de la historia de Newell's, ya que ganó dos torneos de Primera División (la temporada 1990-91 y el Clausura 92) y fue subcampeón de la Copa Libertadores, donde cayó ante el San Pablo de Telé Santana. Tras la derrota 6-0 ante San Lorenzo en la fase de grupos de dicho torneo continental, la leyenda dice que unos hinchas lo fueron a increpar a su casa. El Loco salió con una granada en la mano y les dijo: "O se van, o la tiro". 

* Luego de su paso por Atlas y América de México, en 1997 retornó a la Argentina para dirigir a Vélez, que venía de ciclos exitosos de la mano de Carlos Bianchi y Osvaldo Piazza. Un año después conseguiría el campeonato de manera holgada, pese a la ríspida relación que mantenía con algunos de los jugadores del plantel, en especial con el paraguayo José Luis Chilavert.

* Tras dirigir unos meses al Espanyol, en julio del '98 renuncia para conducir al seleccionado argentino. Y al año siguiente convoca a otro "Loco", Martín Palermo, quien en un encuentro ante Colombia por la Copa América que se disputaba en Paraguay llegó a errar tres penales. Después del mal trago en Corea-Japón con la Mayor, Bielsa se colgó la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. 

* Luego de participar en el Mundial 2010 al frente de la selección de Chile, al año siguiente firmó contrato con Athletic Bilbao. En 2012 causaría sensación entre la afición vasca, ya que llegó a disputar dos finales: Europa League (perdió 3-0 ante el Atlético Madrid) y Copa del Rey (cayó por el mismo resultado ante el Barcelona de Lionel Messi). Fue el último técnico que dirigió al Athletic en el antiguo estadio de San Mamés.

* Tuvo dos pasos por Francia: primero al frente del Olympique de Marsella, donde era habitual verlo durante los partidos sentado sobre una heladera de camping. En 2017 se haría cargo del Lille y duró menos de un año. En el medio fue contratado por Lazio, pero dos días después el inefable rosarino dimitió antes de asumir, pues la directiva del club italiano no fichó a ninguno de los siete jugadores que le habían prometido.

* En abril de 2019, como conductor del Leeds, tomó una decisión polémica en un encuentro ante el Aston Villa, al ordenar a los suyos que se dejaran hacer un gol por fair play, ya que el Leeds ganaba con un tanto marcado mientras un rival pedía atención. De ese modo, a su equipo se le esfumó la chance de ascender directamente.