Una de las carreras universitarias más afectadas por la suspensión de las actividades presenciales es la de Medicina , por la imposibilidad de avanzar en el proceso de enseñanza y aprendizaje sin clases prácticas. Y entre los más perjudicados de esa carrera están, en particular, los alumnos más avanzados, los que en estos meses tenían que concluir sus estudios. En el caso de la UBA, el último año de la carrera se denomina Internado Anual Rotatorio (IAR) y consiste fundamentalmente en la práctica hospitalaria en diversas áreas de la medicina. Por la pandemia y el aislamiento social, el IAR se suspendió y cientos de estudiantes se quedaron sin chances de graduarse. En ese contexto, y para subsanar en parte el problema, la Facultad de Medicina de la UBA resolvió que los estudiantes del IAR puedan participar del Voluntariado Detectar, en los barrios de la Ciudad para la detección de casos de coronavirus. 

Con el voluntariado, que la facultad estableció mediante un convenio con el gobierno porteño, los alumnos podrán acreditar horas prácticas y, a la vez, participar de la lucha sanitaria contra el coronavirus. Ya hay más de 300 estudiantes del IAR participando del voluntariado.

"Se publicó una resolución en la que se establece que el voluntariado va a ser considerado como horas acreditadas del IAR para que los alumnos que están en esa instancia puedan avanzar con el último tramo de la carrera", explicó a PáginaI12 Carlos Damín, médico toxicólogo y secretario general de la Facultad de Medicina de la UBA.

Las actividades que los estudiantes llevan a cabo en el marco del voluntariado son la carga de datos en historias clínicas electrónicas y la realización de fichas epidemiológicas; el relevamiento de listados de contactos estrechos con casos de covid-19 a través de entrevistas telefónicas; y la búsqueda activa de contactos estrechos: puerta a puerta realizando entrevista y toma de temperatura y triage en el dispositivo. Los estudiantes no realizan hisopados.

"Yo me anoté en el voluntariado básicamente porque necesito trabajar y para eso necesito recibirme y tener el título. Estoy yendo al Polo Educativo de María Elena Walsh de la la Villa 31", contó a este diario Malena Schargorodsky, estudiante del IAR. "Tal vez no es la mejor manera de aprender, ya que no son las prácticas académicas que solíamos tener, pero creo que es una herramienta útil", señaló.

La decisión de la facultad fue criticada desde distintos sectores, por un lado porque no se contempla un estímulo económico para los estudiantes, y por otro, porque muchos alumnos no pueden participar por distintas circunstancias. 

Bárbara también es estudiante del IAR pero no se sumó al voluntariado por motivos laborales. "Yo no me pude anotar porque justo trabajo en el horario que se hace el voluntariado. Pero también hay muchos estudiantes que tampoco lo pueden hacer ya que viven con sus familiares y el voluntariado implica una exposición y un riesgo. Entonces este voluntariado no es una solución para todos. Es sólo para aquellos que pueden participar pero en el medio quedamos muchos sin poder avanzar", dijo, exponiendo los límites de la decisión.