El descalabro desatado por la pandemia, que se monta sobre una situación de crisis que se arrastra de los últimos dos años, tiene un costo social y económico que es todavía difícil de dimensionar. Abundan datos y relatos vinculados a la caída de la actividad productiva y empeoramiento de las condiciones sociales. Pero aun en este contexto, hay nichos que en términos relativos quedaron mejor posicionados e incluso un puñado de francos ganadores.

La venta física en locales a la calle está en una situación de crisis en el interior del país y de desesperación en el Area Metropolitana de Buenos Aires. Según los datos de la Cámara de Comercio, han cerrado unos 16 mil comercios de distintos rubros y unos 26 mil comercios en AMBA. En la Ciudad de Buenos Aires, la cantidad de locales que se ofrecen en venta o alquiler subió un 200 por ciento en la comparación anual.

En el otro extremo está el e-commerce, uno de los grandes ganadores de la pandemia. Las empresas que mayor proporción de sus ventas se canalizaban vía web viene surfeando mejor la crisis y en la posición de privilegio están las plataformas de venta online, con Mercado Libre a la cabeza. La empresa de Marcos Galperín está en el puesto 37 entre las más ganadoras del mundo con la pandemia, según el Financial Times. También resultaron obvios ganadores las empresas de delivery, como Rappi y Glovo.

El sector de producción de bienes de consumo masivo, como alimentos, higiene personal y artículos de limpieza viene manteniendo las cantidades vendidas, aunque algunos productos mejoraron en detrimento de otros. Por ejemplo, la empresa Unilever aumentó su producción de jabones para manos y productos para desinfección de superficies y desarrolló una nueva línea de alcohol para manos bajo la marca Rexona.

En alimentos y bebidas, se verificó un aumento de la demanda de productos para cocinar en el hogar, como harina, huevos y aceite. Por ejemplo, la firma Morixe advierte que gran parte de sus ventas de harina en bolsa dirigida a las panaderías ahora se canaliza en el paquete de 1 kilo. También se produjo una mejora de las ventas de latas de conservas, snacks y vino. 

Según datos del sector de supermercados, la venta de galletitas subió medida en cantidades un 31 por ciento interanual, mientras que en pescadería el avance es del 43 por ciento. La venta de alcohol avanzó 48 por ciento y de productos de pinturería, un 62 por ciento. Si bien no son grandes ganadores, quedaron en términos relativos mucho mejor parados que la comida que se consume fuera del hogar. La crisis en el sector de restaurantes y cafeterías no tiene precedentes históricos y es noticia diaria el cierre de locales en el AMBA, lo cual tiene un efecto muy negativo en el empleo, ya que es un sector muy demandante de mano de obra.

Un nicho que recibió un fuerte impulso es instrumental médico y particularmente la producción de respiradores artificiales. Las pymes cordobesas Tecme SA y Leistung SA vendieron más de 3500 respiradores al Ministerio de Salud y al Instituto Malbrán y facturaron más de 2500 millones de pesos. A esas firmas también se le abrieron mercados de exportación. La demanda del sector público también aumentó exponencialmente en mascarillas, camisolines, cofias y guantes, entre otros. 

En el sector de la construcción, el desarrollo de nuevos proyectos y obras grandes quedó muy afectado, especialmente en el AMBA. Sin embargo, el rubro de reparaciones registra cierto impulso. “La gente está en su casa y consume menos afuera, con lo cual tiene un mango más, en los casos en donde no se ha deteriorado el ingreso. Además tiene tiempo, así que se ve un aumento de la demanda de materiales en corralones para reparaciones hogareñas”, explica a Página/12 Mario Galizzi, titular de Apyme Santa Fe.

En esa línea, Román Queiroz, presidente de la Federación de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), indicó a este diario que “hay fábricas de muebles para el hogar que están funcionando relativamente bien en Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Jujuy. También se está vendiendo bien la madera para arreglar los techos de las casas. Los aserraderos de Misiones tienen mucha demanda de madera de pino para muebles del hogar. De todas maneras, cabe aclarar que las mueblerías siguen cerradas en el AMBA, con lo cual allí sigue todo muy parado”.

Otro de los rubros que se suele ubicar como ganador relativo es la electrónica. Sin embargo, Federico Hellemeyer, titular de Afarte, la cámara que nuclea a las empresas radicadas en Tierra del Fuego, aclara que “hay un aumento de la demanda de notebooks y tablets que no impacta sobre la industria, porque ya no se producen acá”. “En producción local, aires acondicionados no cambió mucho y televisión y celulares se incrementó un poco el consumo, pero no llega a corregir la caída de la demanda del canal comercial. Este año vamos a terminar con un nivel de producción por debajo de 2019, que fue el peor año de la última década”, indica Hellemeyer.

Un sector que está expectante es bicicletas y motos. “Tanto bicis como motos se está moviendo, aunque hay fábricas que ahora deben volver a cerrar en el AMBA. De todas maneras, hay expectativas porque la movilidad que se viene va a hacer más uso de nuestros productos y menos del transporte público”, indicó Daniel Tigani, director de negocios de la Cámara Industrial de la Motocicleta, Bicicleta, Rodados y Afines.