“Mirá Macri, tenés que respetar a todo el pueblo, no se puede gobernar sólo para los ricos, queríamos un cambio pero no la pérdida de la posibilidad de tener una vida digna, como está sucediendo”. Este fue el mensaje que dedicó al Presidente la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, al llegar a la plaza y frente al palco donde la activista feminista Liliana Daunes y Nilda Eloy, sobreviviente de la dictadura, comenzaban a leer el documento del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ) y las agrupaciones de izquierda. “Nuestra cita es con la memoria rebelde que rinde homenaje a nuestros 30 mil compañeras y compañeros detenidos-desaparecidos, a sus sueños de un país sin opresión ni explotación, ratificando el compromiso y la unidad en la lucha contra la impunidad de ayer y de hoy, y por los derechos de los trabajadores”, enunció Daunes.

La cabecera tardó dos horas en caminar desde Salta hasta 9 de Julio. Con paciencia, sostuvieron la bandera que rezaba “son 30 mil, fue un genocidio” y carteles con los lemas “fuerza docentes” y “reincorporación ya en AGR” María del Carmen Verdú (Correpi), Mirtha Baravalle (Madres de Plaza de Mayo LF), Victoria Moyano Artigas (Ceprodh), Claudia Ferrero (Apel), Nicolás del Caño, Myriam Bregman, Claudio Dellecarbonara y Christian Castillo (FIT-PTS), Néstor Pitrola, Gabriel Solano, Vanina Biasi, Guillermo Kane y Jorge Altamira (FIT-PO), Juan Carlos Giordano (FIT-IS), Patricia Walsh, Héctor Heberling, Manuela Castañeira, Vilma Ripoll y Alejandro Bodart (Izquierda al Frente) y Claudio Lozano (Unidad Popular), además de familiares de los desaparecidos Roberto Cristina, José Poblete y Ana María Martínez y miembros del Serpaj con pancartas exigiendo la “aparición con vida de Jorge Julio López”. El escritor Osvaldo Bayer también participo en un tramo de la marcha

Mientras esperaban se hizo paso por Avenida de Mayo el camión de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, junto a diputados, sindicalistas y otros referentes kirchneristas, a quienes les gritaron “Milani, basura, vos sos la dictadura”, por el ex jefe del Ejército general César Milani, preso por delitos de lesa humanidad. Fue el único momento de tensión entre ambos sectores movilizados.

Ya en la Plaza de Mayo, hubo emoción cuando quienes leían las consignas evocaron la memoria de dos históricos luchadores de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos, Adriana Calvo y Enrique Fukman, y un fuerte grito de ¡presente! cuando nombraron a Luciano Arruga y otros desaparecidos en democracia. 

“Estamos aquí enfrentando la política de ‘reconciliación’ de Macri. La negación del genocidio busca limpiar al Estado de su responsabilidad en los crímenes contra el pueblo”, dice el documento. El extenso texto invocó “cárcel común a los genocidas, derogación de las leyes antiterroristas, no a la criminalización de la protesta, libertad a Milagro Sala y a todos los presos políticos, absolución de los petroleros de Las Heras, no al gatillo fácil y a la baja de la edad de imputabilidad, derogación del DNU contra los inmigrantes, prisión a los responsables de la masacre de Once y a Sobisch por el crimen de Fuentealba, basta de femicidios, ni una menos, a igual trabajo igual salario, no la represión de Macri y los gobernadores, los despidos y tarifazos; paritarias sin techo y no al pago de la deuda externa”. No pudo ser que hubiera una única marcha, pero desde el aire parecía una sola que copó el microcentro, haciendo retumbar entre los vacíos edificios “a dónde vayan los iremos a buscar” a los genocidas.