Santa Fe tendrá un segundo hospital modular de los que construye en tiempo récord el gobierno nacional para atender la pandemia de covid-19. Al que se levantó en el predio del hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, se le sumará otro, de menores dimensiones y perfilado para población carcelaria. Será construido dentro de la Unidad Penitenciaria N°11 de Piñero.

Las negociaciones avanzaron al punto tal que la semana que viene autoridades nacionales y del gobierno provincial firmarán el convenio para la concreción de la obra. Todo lo referido al hospital en sí lo financia Nación, en tanto la provincia se encarga de la plataforma sobre la que se lo monta y hacer llegar los servicios básicos: cloacas, agua y electricidad.

El hospital se levantará dentro del predio de la cárcel de Piñero, "en un enorme espacio disponible atrás del área de gobierno de la unidad penitenciaria, no en la zona de los módulos carcelarios", explicó Walter Gálvez, secretario de Asuntos Penitenciarios de la provincia.

En el Ministerio de Gobierno que encabeza Esteban Borgonovo y del cual depende toda el área penitenciaria de la provincia no ocultaban la satisfacción por la aceptación del gobierno nacional. "Para nosotros es inédito, es una gran noticia. Piñero tiene alrededor de 2.000 internos y si bien tiene su servicio de salud con 12 médicos que trabajan en turnos rotativos, cuando se produce algún cuadro severo el preso debe ser trasladado hasta el subsuelo del hospital Cullen en Santa Fe, que es el único que tiene un área penitenciaria", indicó Gálvez.

"Imagínense lo que eso significa en cuanto a custodia y traslado. Más aún si se trata de un preso de alto perfil, que requiere medidas especiales. Por eso tener un hospital dentro de la unidad resolverá estas situaciones", sostuvo.

La complejidad de estos traslados por cuestiones de salud y todo lo que se pone en juego quedó evidenciada meses atrás cuando el subsecretario del Servicio Penitenciario, Héctor Acuña, solicitó autorización judicial para trasladar a Esteban Alvarado, considerado preso de alto perfil, para una intervención quirúrgica que la fiscalía no consideraba urgente y el juez terminó denegando. 

Al iniciarse la pandemia, el gobierno nacional lanzó los hospitales modulares de construcción rápida (se estima que unos 60 días) para reforzar los servicios de salud en los principales conurbanos del país. Al mismo tiempo, diseñó una serie de hospitales de menor envergadura en dos versiones, 24 y 48 camas, para asistir a las cárceles federales si se producían contagios puertas adentro.

En ese contexto fue que los funcionarios santafesinos se tiraron a la pileta para tratar de que Nación aporte uno a Santa Fe y específicamente a Piñero, ya que en el sur de la provincia no hay una sala en condiciones de atender a personas privadas de la libertad. La confirmación positiva llegó esta semana y la próxima se firmará el convenio y en 15 días se producirá el llamado a licitación. 

Aunque nadie lo diga, el aporte del hospital puede considerarse una forma de retribuir años y años que la provincia lleva alojando a los presos federales sin que Nación pague los costos de manutención, generando una deuda que acumula muchos millones.

El hospital a levantarse en Piñero tiene el perfil de atención para coronavirus e incluye camas de terapia intensiva y respiradores artificiales. Cuando la pandemia pase, las instalaciones y el equipamiento quedarán para el Servicio Penitenciario.

Actualmente la cárcel de Piñero cuenta con una sala médica equipada, pero no con la complejidad para resolver situaciones como intervención quirúrgicas, heridas serias o que demanden suturas.

La idea inicial es que esa sala siga funcionando con perfil clínico y cuando se presenten situaciones, como puede ser la necesidad de una sutura, se atiendan en el hospital modular. Lo que no está aún definido es si será el modelo de 24 o el de 48 camas.