Los cursos de ingreso a las escuelas secundarias que dependen de la Universidad de Buenos Aires también se vieron afectados por la pandemia. Todos los años miles de chicos que salen de la primaria aspiran a ingresar al Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA), a la Escuela de Comercio Carlos Pellegrini (ECCP) y a las otras escuelas de la UBA. El curso de ingreso para estas instituciones dura un año lectivo y se caracteriza por ser muy exigente en cuanto a su forma de evaluación. El aislamiento social obligatorio hizo que el curso presencial se suspendiera y dejara a muchos chicos y chicas a la espera de lo que las autoridades decidan. La definición la tiene el Consejo Superior de la UBA que hasta el momento no barajó ninguna alternativa más que subir material a las páginas web de las escuelas para que los ingresantes vayan teniendo acercamiento con los contenidos que se evalúan. Esta situación también profundizó la brecha de desigualdad entre aquellos aspirantes que pueden costear clases de apoyo en institutos privados y aquellos que se preparan de forma individual.

"La verdad que el tema del curso de ingreso en las escuelas secundarias no se está discutiendo. Hace unos días tuvimos una reunión de la comisión de enseñanza media pero no se trató la cuestión", señaló a Página/12, el consejero superior por la minoría estudiantil, Santiago De Lojo.

"Lo único que hay por ahora es algún material subido de forma online en las páginas web de las escuelas pero el curso no se está haciendo de forma virtual. No hay un acompañamiento pedagógico virtual", indicó De Lojo.

Mariana Gottardo, también consejera superior del claustro estudiantil, se expresó en el mismo sentido: "No se empezó a discutir todavía. Con el tema de la pandemia está todo bastante lento. Hubo algunas sesiones virtuales pero las comisiones no funcionan de manera regular".

Antes de que se decretara la cuarentena, el curso de ingreso iniciaba en el mes de marzo y finalizaba a fines de noviembre. Los ingresantes tenían que cursar los sábados de forma presencial de 8 a 12.30. Todos los años, el total de inscriptos a cada escuela suele ser de 1500 alumnos y sólo ingresan alrededor de 450.

"En marzo tuvimos la primer clase del curso y ahí nos presentamos y nos contaron cuáles iban a ser los contenidos y las formas de evaluación. Después arrancó la cuarentena y ya no tuvimos más clases. Solamente cuelgan en la página del colegio tareas y material para descargar pero no tenemos clases virtuales ni fechas de evaluación", contó a Página/12, Delfina Carbajal, ingresante al Pellegrini.

La situación de la pandemia también puso al descubierto la brecha que existe en los estudiantes al momento de prepararse para el examen de ingreso. Mientras que muchos de ellos se preparan de forma individual, leyendo y haciendo las actividades del material obligatorio sin un acompañamiento virtual, muchos otros tienen la posibilidad de formarse en institutos privados con clases virtuales y apoyo pedagógico.

"Se abre una brecha muy importante entre los estudiantes ya que hay quien tiene la capacidad económica de pagar un instituto privado que sale alrededor de 10 mil pesos por mes y esos chicos tienen clases de apoyo de forma virtual y simulacros de exámenes. Pero después tenes el chico que no lo puede pagar y está en desventaja con respecto a ese chico que sí lo puede hacer", señaló el representante estudiantil del Consejo de Escuela Resolutivo (CER) del Pellegrini, Camilo Slavich.

En la misma línea, se expresó la presidenta del centro de estudiantes del Nacional, Tatiana Fernández Martí: "Sabemos que si bien puede haber chicos y chicas autodidactas, es cierto que los más privilegiados siguen pagando las academias y tienen una interacción a través de zoom y actividades más programadas".

Fernández Martí señaló que en el caso del Nacional las autoridades solo suben material todos los sábados pero no hay ningún tipo de interacción con los docentes. "Lo que sí funciona es el voluntariado que surge de la autogestión de los graduados y estudiantes que tienen la voluntad de hacerlo. Ahí hay una actividad mucho mas sostenida. Se realizan encuentros por zoom", afirmó.

"Yo me estoy preparando sola. Imprimo los ejercicios de matemática y los resuelvo sola. En Lengua me hacen leer algún cuento y responder preguntas. Tengo compañeros que están teniendo clases de apoyo en el Instituto Prepararte pero es caro", contó Martina Yao, ingresante al Nacional.

En tanto, Emilia, ingresante al Pellegrini, contó que se está preparando en un instituto privado: "Tenemos clases grupales por zoom y simulacros de evaluaciones para saber cuanto entendimos del tema. Ellos se enteran cosas de la escuela pero ahora no saben mucho lo que va a pasar porque no hay mucha información".