Si hay un animal que parece concentrar todo lo negativo en el imaginario colectivo es el murciélago. Ahora a mano para culparlo por la llegada del coronavirus a la especie humana, como pasó en Perú, donde una turba temerosa y prejuiciosa intentó quemar una colonia de esos animalitos, con la idea (equivocada) de que de esa manera se prevenían de un posible contagio de la Covid-19

Se demuestra, una vez más, que la información falsa es dañina. La verdad es que, contrariamente a lo que dicen las fake news, no está demostrado que el coronavirus haya saltado de un murciélago a una persona. Así como la verdad sobre los murciélagos es otra, distinta a la que dicen los prejuicios y mitos. 

En la antigüedad los chinos y los mayas, "los tenían como símbolos de cosas más positivas, por ahí símbolos de fertilidad y cuestiones por el estilo, pero después han surgido determinadas cuestiones que han llevado en la mayoría de las culturas a asociarlos con algo negativo", explicó a Salta/12 la licenciada en Biología Yanina Bonduri, que integra la delegación Salta del Programa de Conservación de Murciélagos de Argentina (PCMA), entidad que viene tratando de difundir y educar sobre la importancia de esta especie en el equilibrio natural. Y también tratando de hacer reflexionar sobre la amenaza que representa para el animal la ignorancia humana. 

Bonduri reconoció que no sabe qué fue lo primero que llevó a que se los considere negativos, pero esta claro que tiene que ver con el desconocimiento. "Hoy en día hay muchísima información y es de fácil acceso para todo el mundo, pero a veces no nos tomamos el trabajo de informarnos bien", lamentó.

Yanina Bonduri

“De hecho, no habla de murciélagos y a la gente lo primero que se le ocurre es un vampiro", como se denomina a los hematófogos, que se alimentan de sangre. Este tipo representa un ínfimo porcentaje dentro de la diversidad de murciélagos. Hay 1.400 tipos en todo el mundo, de las cuales solo tres son hematófogos "o comúnmente llamados vampiros". Además, "el 70% de las especies son insectívoras y cumplen roles importantes desde el control biológico de insectos de poblaciones que pueden ser o vectores de enfermedades o plagas de cultivos”.

Otro dato que habla de la persistencia de la desinformación es que los tres tipos hematófogos son originarios del continente americano. "No son originarias de lugares donde se originó, por ejemplo, el mito de Drácula. Así que fijate como una mala información lleva a la otra”. 

Además, los hematófogos no viven en las ciudades, prefieren las zonas rurales, donde tampoco atacan a las personas, sino que se alimentan de sangre de mamíferos grandes como vacas y caballos. 

La mala fama 

El PCMA es parte de la Red Latinoamericana para la Conservación de los Murciélagos (RELCOM), que hoy incluye programas de conservación en 23 países de América Latina y el Caribe. Su misión es garantizar la persistencia de especies y poblaciones saludables y viables de murciélagos en Latinoamérica y el Caribe, y lograr que en todos los países se conozca y aprecie su importancia.

“Una de las principales amenazas a la conservación de los murciélagos tiene que ver con el desprecio de la gente, la mala prensa que tienen, la mala fama, las ideas erróneas, los mitos, el asociarlos con Drácula, con personajes de ficción, asociarlos con enfermedades también. Además que por ahí la gente los considera feos, desagradables y demás, y eso lleva muchas veces a matarlos sin justificación", detalló Bonduri, quien se preocupó en destacar que "hay formas amigables de resolver conflictos", como cuando un murciélago entra a una casa. 

Tadarida brasiliensis, Salta. 

En cuanto al coronavirus, recordó que no hay certeza sobre cómo se produjo el salto de la enfermedad de una especie animal a las personas humanas. Pero, en todo caso, si se transmitió desde un murciélago, eso pasó en otro continente, "o sea que nuestros murciélagos no pueden ser fuentes de esa enfermedad". Y, por otro lado, un dato importante a la hora de distribuir responsabilidades, "la enfermedad se distribuyó a causa de las personas, no de los animales, los responsables de la propagación de la enfermedad somos las personas y hoy la fuente de contagio para nosotros son otras personas, no los animales silvestres, y de hecho nosotros podemos ser una fuente de contagio para nuestra fauna silvestre de una nueva enfermedad, que pueda poner en riesgo incluso su conservación". Por esto incluso hay recomendaciones en el mundo académico para no manipular animales hasta tanto no se controle la pandemia, para evitar un posible contagio.

Los 41 de Salta 

“En el mundo hay 1.400 especies o tipos distintas de murciélagos, son el segundo grupo de mamífero más diverso después de los roedores, en cuanto a cantidad de especies y también, en cuanto a diversidad de hábitos alimenticios y de roles ecológicos que cumplen", explicó Bonduri.

Los hay nectívaros, como los especializados en polinizar la flor del agave, la materia prima para elaborar el tequila. En Salta también hay polinizadores. 

De los 1.400 tipos, 67 viven en Argentina y de ellas, 41 viven en Salta, junto a Misiones la provincia más diversa en murciélagos. “Tenemos toda la diversidad también de hábitos, la mayoría son insectívoros pero tenemos especies frugívoras, que comen frutos y dispersan las semillas y que son por lo tanto importantes regenerando y manteniendo los bosques y la flora nativa". Las dos especies nectívaras "polinizan flores e intervienen en la reproducción de las plantas y en el mantenimiento de la diversidad". Y depredadores, un murciélago carnívoro que se alimenta de otros animales pequeños como ranas u otros murciélagos; hay un par de especies que comen peces, los murciélagos pescadores, y los hematófagos. Entre éstos hay dos variedades, la común, que se alimenta de sangre de mamíferos grandes, y otro más raro, que se alimenta de sangre de aves. 

La diversidad también es amplia en cuanto a tamaño. En Salta, van desde el tamaño de un pulgar hasta el carnívoro que "tiene aproximadamente 90 centímetros de envergadura de ala”. 

Y cubren todo el territorio provincial. Los carnívoros y piscívoros viven en el Chaco salteño y las Yungas. Los polinizadores tienen su hábitat en las Yungas. Y otros prefieren la vida urbana. “Los murciélagos son la principal fauna silvestre que tenemos asociada a las ciudades. En Salta tenemos registrados entre nueve y once especies distintas de murciélagos que viven en la ciudad capital y que son todas insectívoras. Más en los márgenes de nuestra ciudad, que está rodeada de naturaleza, por ejemplo, en San Lorenzo, se pueden encontrar murciélagos frugívoros". 

Una amenaza sobre otra 

Bonduri contó que se interesó por los murciélagos porque es una especie que carga con la "amenaza particular" vinculada a su "mala fama" que se suma "a las otras amenazas que son generales para todos los grupos de organismos, que tienen que ver con la pérdida de hábitat, con el cambio climático, con la introducción de especies exóticas y demás”.

“Parecía interesante poder contribuir. Aparte, una vez que uno los va conociendo descubre que son animales sumamente maravillosos, fantásticos desde un montón de puntos de vista para un biólogo sobre todo ¿no?, desde la diversidad de roles ecológicos que tienen, como han evolucionado sus hábitos, las estrategias que tienen para poder sobrevivir son muy llamativas. Incluso nos pasa mucho que cuando damos charlas que por ahí la gente al principio es como uy qué asco", pero después "siempre queda alguno fascinado con alguna cosa".

¿Y cómo los ven los chicos? “Cuando ven las fotos y las imágenes siempre dan un poquito de impresión, aparte la típica que nos pasa con los chicos es que empiezan a ver quién es quién, se empiezan a nombrar entre ellos, pero siempre tienen mucha fascinación y preguntan un montón. Los más chiquitos, al estar más libres de información que tenemos los adultos en la cabeza, o de estas estructuras o complejos o prejuicios que se nos van metiendo a medida que uno crece, son los que menos rechazo tienen”.

Salud para todes 

Bonduri pidió dejar sentado en esta nota "que la gente sepa que no hay un riesgo sanitario en la medida en que no haya un contacto estrecho con la fauna silvestre en general, no solamente los murciélagos son fuente posible de enfermedades zoonóticas, sino también otros animales, incluso que son más simpáticos o más comunes en la fauna, como puede ser un loro, que transmite psitacosis, por ejemplo. En la medida en que uno no tenga un contacto estrecho con la fauna silvestre, no los esté manipulando, no hay ningún riesgo de contagio de enfermedades, eso es lo más importante".

Una fuente de riesgo de estas enfermedades zoonóticas es el tráfico de animales silvestres para mascotismo. Y también el avance humano "sobre los hábitats naturales, ahí es cuando se da este contacto estrecho de la fauna con nosotros", por lo que "cuidar el ambiente, no extraer fauna silvestre para mascotas, vacunar a nuestros animales, hacer una tenencia responsable de nuestras mascotas de nuestros animales domésticos, contribuye a cuidar también de nuestra salud". Y en este sentido recordó que hay un concepto "de una sola salud que habla de que la sanidad animal, la salud humana, son interdependientes y están relacionadas con la salud del ambiente, que una cosa depende de la otra, o sea no puedo cuidar de la sanidad animal si no cuido la salud del ambiente y no puedo cuidar la salud de las personas si no cuido la sanidad de los animales tanto domésticos como silvestres y si no cuido el ambiente".