Hace 37 años se llevaba a cabo el concierto benéfico más importante de la historia. El Live Aid fue organizado por el líder de Boomtown Rats, Bob Geldof, y su principal objetivo era ayudar a combatir la hambruna en África. Dió origen al Día Mundial del Rock. 76 estrellas del rock y el pop a nivel internacional se presentaron en dos escenarios simultáneos situados en el Estadio Wembley (Londres) y en el John F. Kennedy Stadium (Filadelfia), en un acontecimiento único que dejó un puñado de performances memorables en la galería histórica de la música y que sellaron el vínculo sinuoso entre rock y solidaridad. El éxito fue tal que el evento marcó al 13 de julio como el Día Internacional del rock

Live aid 1985: bandas que participaron del festival 

Led Zeppelin, Bob Dylan, Paul McCartney, Mick Jagger, Keith Richards, Eric Clapton, Queen, Black Sabbath, The Who, The Beach Boys, David Bowie, Elton John y Sting fueron algunos de los artistas que desfilaron en los escenarios de las dos ciudades aquel 13 de julio de 1985, con shows que hasta el día de hoy siguen circulando en redes y llegan a oídos de las nuevas generaciones. Los números del evento: hubo 200 mil espectadores en total, se recaudaron 100 millones de dólares y el concierto fue seguido en 72 países a través de la televisión.

Pero además de los consagrados de los años 60 y 70, la grilla incluía a las ascendentes estrellas pop del momento como Madonna, U2, Wham!, Duran Duran, Spandau Ballet, Tears for Fears, Boy George o Paul Young. Y entre las alianzas más memorables sobre el escenario figuran la de David Gilmour con Brian Ferry; Sting junto a Branford Marsalis y Phil Collins; este último con Led Zeppelin; George Michael y Elton John; Dylan con Ron Wood y Keith Richards; o Paul McCartney con Pete Towshend y David Bowie en una versión de “Let it be”.

Hubo postales para el recuerdo como la actuación de un revitalizado Queen en el Live Aid –considerada una de las mejores presentaciones en vivo de una banda de rock–, y también algunos bochornos como la decepcionante actuación de Led Zeppelin, que según sus propios miembros fue “la peor en su historia”, o el triste deambular de un Boy George que atravesaba uno de sus picos de adicción a la heroína.

En ese entonces ya había algunos antecedentes de esta relación entre rock y solidaridad: el Concierto para Bangladesh de 1971 organizado por George Harrison o el Concierto para los Refugiados de Kampuchea de 1979, donde Paul McCartney intentó reunir a Los Beatles sin éxito. Pero Live Aid contó con una grilla de artistas nunca vistos en un encuentro solidario y fue seguido por una cantidad de público inusual para un concierto de rock.