La historieta tiene en Rosario avatares cruciales, mire si no. Tres novedades distintivas, diferentes: el nacimiento de Términus Libros, la (aparente) conclusión de antología Quimera, y terror exportado a Italia.

Con Términus Libros, la revista de ese nombre conoce una renovación expansiva. Se trata de un proyecto de tres títulos, ganador en la convocatoria de Espacio Santafesino (Ministerio de Innovación y Cultura). El primero está disponible y deriva de una de las series notables que publicaran: Rip Van Hellsing, con guión de la dupla Enrique Barreiro/Hernán Ferrúa y dibujos de Enri Santana.

Rip Van Hellsing tuvo su origen en Italia, y su dibujante está sumamente agradecido por la edición local, en cuya tarea sobresale Bruno Chiroleu. El libro se presentó en Buenos Aires, de donde Santana es oriundo, así que tuvo que vencer el pudor, dice, y firmar ejemplares. "Todo empezó con Enrique Barreiro, él tenía unos plots hechos por Ricardo (su hermano, el guionista fallecido en 1999), charlamos y le encontramos atractivo al personaje, ¡que es albino!, por eso empieza sus aventuras de noche", aclara Santana mientras ríe. "Los dos teníamos contacto con Aurea Editoriale, les propusimos 12 páginas por mes y luego 8 más, con pequeñas historias, que son las que salían en Términus. El libro recopila el otro material. Es una historieta que gustó mucho. Ahora estamos en contacto con editoriales de Rusia, algo totalmente loco".

 

 

El pulso dramático de Santana es ejemplar, se trata de un dibujante de claridad compositiva y vértigo narrativo. "Me formé mucho con los videoclips de los '80, donde te tiraban una música y la imagen te contaba otra historia, con ritmos acelerados. Tuve un muy buen maestro que fue (Carlos) Meglia, con quien empecé como asistente de Cybersix en el número 13, ¡buen número! Él me tiró muchos tips de narración, de composición, de blancos y negros. Cuando empecé a dibujar guiones de Carlos Trillo y Viviana Centol me fui armando de un estilo, algo que es la semilla de todos los artistas argentinos, yo también quería tener el mío".

Rip Van Hellsing dispara acción a diestra y siniestra. Leer este libro es una lección de narrativa, de una concepción formal que le distingue. "Yo pienso la página completa y en lo que quiero contar, ahí es cómo surge una narrativa ágil y clara. Soy un gran frustrado del cine (risas), en donde la narrativa es la misma, hay planos, ángulos, es narrativa y dinamismo al mismo tiempo. Además, me gusta mucho el ritmo de la línea, que te lleva a que veas lo que yo quiero", concluye Santana, y adelanta estar trabajando en "una nueva nevada en Buenos Aires, porque hay tiempos jodidos por estos lados, nuevas invasiones, y está bueno ver qué pasa después de una buena nevada".

En otro orden, el sello local Rabdomantes ya tiene un catálogo importante, entre la difusión de nuevos valores y el rescate de material pretérito. La punta de lanza la significa revista Quimera, que alcanza por estos días los cinco números y luce portada del prestigioso Salvador Sanz. Sobre lo hecho y el porvenir, se explaya su editor César Libardi: "Quimera me permitió conocer un montón de autores, hubiese sido difícil de otra manera. A medida que se fue abriendo la participación, cada número insumía entre 15 y 20 personas a las que coordinar. En relación al esfuerzo, editás cinco libros en uno al hacer una antología, tenés que estar al tanto de muchas cuestiones. En comparación, editar un libro es relativamente sencillo, hay menos piezas móviles. Por una cuestión de gusto personal la quisiera seguir publicando, pero el esfuerzo es mucho. Además, con el libro al autor se le puede pagar un porcentaje más elevado".

 

El sello local Rabdomantes ya tiene un catálogo importante, entre la difusión de nuevos valores y el rescate de material.

 

El sostén de las publicaciones es un ardid que los editores sobrellevan, ya que la situación económica obliga a pensar alternativas, y lo cierto es que la sabiduría que se adquiere se reparte. Es un aspecto sustancial, porque no se trata de competencia sino de colaboración, un rasgo seguramente aportado por la experiencia vivida durante los '90, cuando la industria se deshizo y la historieta sobrevivió entre fanzines. En este sentido, Libardi comenta que "si uno se guía por la producción de material parece que tenemos un mercado de cincuenta mil lectores, pero la realidad es otra. Está el gusto de poder publicar y de apostar a los autores. Además, ellos se quedan con todos los derechos, para que puedan colocar su trabajo en Europa o en alguna editorial independiente de Estados Unidos".

En cuanto a la financiación, el editor señala que "la preventa está resultando muy efectiva, es una ayuda muy importante. Si el año pasado servía como un anticipo de la venta real, ahora marca que efectivamente uno no salga con un rojo de la imprenta, o que esa pérdida sea recuperable en la venta". Entre las próximas novedades de Rabdomantes figuran un libro de historietas bélicas, el segundo volumen de Mute (Damián Connelly y Gabriel Luque), Esquizomedia (Maxi Falcone) y la primera de las colaboraciones con la editorial cordobesa Atmósfera: se trata de Psicocandy (Connelly y Nicolás Brondo), encargada de inaugurar el universo "Ojo eléctrico", que albergará varios títulos más.

Entre las posibilidades de trabajo se refería el mercado exterior. Éste es el destino que conoce el libro Horror Argentino, recientemente editado por el sello italiano Segni d'Autore, cuyo responsable, Carlo Bazan, se encarga allí de señalar: "Un gran autor argentino finalmente en Italia". Se refiere a Carlos Barocelli, el pincel que ilustra dos historias terroríficas, repartidas entre la imaginería de Víctor Gaite y Jesica Aran. A Gaite el lector lo recordará por la tira El Pollo Palacios, mientras que Aran se distingue por su trayectoria audiovisual: ya tiene a punto Pájaros negros, la serie policial que ganara en uno de los concursos del Incaa. A su vez, Aran es parte sustancial de la Escuela de dibujo que lleva el nombre de su mentor, Barocelli, cuyos cursos están a punto de recibir el reconocimiento ministerial de la provincia.

 

 

Horror Argentino es para Barocelli el primero de sus libros para esa editorial. El siguiente será Betty Zane, en la línea de su admirado Hugo Pratt. "Supuestamente tuvo aceptación, ya que el editor también tiene una librería", cuenta el dibujante. "Enseguida estuvo en Amazon, en webs de venta, pasó a estar rápidamente disponible en varios lugares, y hasta estuvo presente en el festival de Angoulême, donde el editor hasta me consiguió un pase libre en caso de poder asistir", completa Aran.

La historia de Aran incluye licantropía y un amor dolido, inspirados por la canción "Les jours tristes", de Yann Tiersen. "De esa canción surgieron unas escenas, y Carlos me pidió agregar unas páginas más. Por consejo suyo le comencé a dar contexto; fue así que lo situé en Francia, en el siglo XVI. Si tuviese que dirigir una película de terror no me sentiría segura, pero Las horas tristes no sé si es de terror", manifiesta la guionista. Los climas que respira la historia la ratifican, un logro compartido con el hacer magistral del dibujante. Vale destacar que esta historieta, si bien en blanco y negro, puede leerse en el número 2 de revista argentina La Snob.

La dupla está ahora detrás de un nuevo proyecto. "Será sobre la temática de Atlantis, durante la guerra fría, con elementos del vuelo 19 que desaparece en el Triángulo de las Bermudas. Hay unas seis páginas escritas, la idea es hacerlo y mandarlo a alguna editorial", dice Aran. "Una especie de Hellboy, donde encuentran a una niña atlante que tiene poderes...", agrega Barocelli. Y explica que "la historieta complementaria con Gaite (La Casta Brasov) es parte de un viejo proyecto, que se iba a ver por la web. Habíamos hecho algo que nos gustaba, sobre la Primera Guerra, con vampiros, pero quedó trunco. Luego lo completamos para editorial Thalos, a pedido de Rubén Meriggi, y lo coloreó Adriana de los Santos". Una publicación que es un acto de justicia, también, para uno de los guionistas ilustres que tiene esta ciudad.