“Es un tema que nos preocupa”, señaló el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en referencia a la disponibilidad de camas de terapia intensiva en los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires. Durante la conferencia de prensa tras el comienzo de la nueva etapa de la cuarentena en la Ciudad, el Jefe de Gobierno aseguró que tienen previsto incorporar “entre 45 y 50” camas al sistema hospitalario, que este martes alcanzó una ocupación del 72%. Sin embargo, la Asamblea de Residentes y Concurrentes de la Ciudad de Buenos Aires asegura que “el sistema de salud de la Ciudad no está preparado” y que “los números no se condicen con la realidad del Hospital".

La Asamblea, que ya había realizado un primer relevamiento hace dos meses , volvió a consultar a los trabajadores de los 20 hospitales de la Ciudad que atienden pacientes con coronavirus, esta vez para relevar la cantidad de camas disponibles en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI). “Según pudimos saber no hay 400 sino 275. No es lo mismo la cantidad de respiradores que la de camas en UTI. Para abordar a un paciente grave no se necesita solamente un respirador, sino también monitores de control, bombas de infusión continua y el personal capacitado para la atención”, señaló a este diario Rocío Rodríguez, referente de la Asamblea, y advirtió que “los números no coinciden con las realidades de los centros de salud”. En el centro de salud donde ella trabaja, uno de los que reciben pacientes con coronavirus, hay 23 respiradores, sin embargo, cuentan con sólo 6 camas de terapia intensiva.

Por su parte, en el Hospital Ramos Mejía actualmente cuentan con “19 camas de terapia intensiva, de las cuales 16 están ocupadas”, señaló a Página/12, este martes, Claudio Gómez, enfermero del Hospital. “La normalidad a la que quieren volver los sectores de la oligarquía de la Ciudad es una normalidad en que el sistema de salud se destruye y abandona, como hizo el Gobierno porteño en los últimos cuatro años”, advirtió Gómez y agregó que “la flexibilización de la cuarentena nos va a traer problemas porque ya estamos al borde del colapso”.

Según información del Ministerio de Salud porteño, hasta este martes al mediodía se encontraban ocupadas 290 de las 400 camas de terapia intensiva destinadas a pacientes con coronavirus, es decir, un 72% de ocupación en los Hospitales del sector público, de los cuales hay cuatro –el Hospital Argerich, Fernández, Muñiz, y Santojanni- que son “de primera derivación”, por la complejidad de los pacientes. En cuanto a los centros de aislamiento, entre pacientes leves y casos sospechosos, hay 3.140 personas alojadas en 50 hoteles y en el Centro de Resguardo Costa Salguero.

“Hay una rotación constante entre los hoteles de aislamiento y el Hospital, porque ya no se espera el tiempo que se esperaba antes para dar las altas”, señaló Mayra Coatz, referente de la Asamblea y trabajadora en el Hospital Argerich. El problema del cambio de protocolo, según explicó la profesional, es que “no se tiene en cuenta la condición de aislamiento del paciente cuando se le da el alta”. En este sentido, Rodríguez afirmó que, en muchas ocasiones “los pacientes llegan tarde y se van precozmente”, y explicó que “la flexibilización de la internación hace que los pacientes empeoren porque no es lo mismo estar en un hotel de aislamiento que en una cama de Hospital donde tenés un monitoreo continuo”.

En el Hospital Argerich, parte del “anillo rojo” del sistema hospitalario de la Ciudad, hay aproximadamente 40 camas de terapia intensiva. “El problema es que se cuentan las camas de las salas de shock room y de las guardias, pero una cama con respirador no es lo mismo que un espacio en UTI”, aclaró Rodríguez.

Reclamos en el Hospital Rivadavia

Este martes, los trabajadores del Hospital Rivadavia, otro de los centros de salud que recibe pacientes con coronavirus, realizaron un acto en reclamo por las condiciones del centro de salud, la calidad de los insumos de protección personal y la falta de personal para la atención de los pacientes. Además, la comunidad del Hospital recordó a José Aguirre, el enfermero que murió hace un mes , tras contagiarse de coronavirus. “Hace años que las salas de internación se transforman en depósitos y oficinas. Si hay menos camas tienen que contratar menos personal”, explicó Liliana Roman, instrumentadora quirúrgica del Hospital y delegada de ATE, y advirtió que “las condiciones siguen siendo las mismas y las consecuencias también”.

Esta semana las autoridades del Hospital Rivadavia inauguraron 10 camas en el pabellón Cobo, que se había cerrado en 2004 por obras de remodelación. “Recién en 2018 empezaron con algunas obras, pero todavía la mitad del edificio está abandonado”, relató Roman, y agregó que “el sector no tiene oxígeno central ni aire comprimido, dos elementos necesarios para los respiradores”. Si bien estas nuevas camas son para pacientes que egresan de las UTI, “todavía necesitan un gran apoyo médico porque el virus deja secuelas pulmonares, además de que esos pacientes siguen teniendo una alta carga viral”, señaló la especialista y explicó que “vamos a trabajar con tubos de oxígeno, que no tienen un flujo continuo y además escasean en el mercado por la alta demanda que los centros de salud están teniendo”. En cuanto a las camas de terapia intensiva -que sí cuentan con oxígeno central- el Hospital tiene 7 en total. En este sentido Roman advirtió que "en la guerra se usa de todo, pero no tendríamos que estar como en guerra porque tuvimos 3 meses para prepararnos"

Informe: Lorena Bermejo