Jorge Ríos, el jubilado que mató a balazos a uno de los delincuentes que entró a robar a su casa del partido bonaerense de Quilmes hace diez días, dijo que esos ladrones le "cagaron la vida", que por ellos perdió "todo" y que viven a tres cuadras de su domicilio, por lo que no va a volver a vivir allí. De acuerdo a la investigación y según el relato de un testigo, el hombre le disparó al delincuente cuando estaba tirado indefenso en el piso. Sobre ese momento, no dio precisiones: "Se me hace una nebulosa muy jodida en la cabeza".

La defensa de Ríos, quien permanece con prisión domiciliaria, sumó al abogado Fernando Soto, el mismo que defiende al policía Luis Chocobar, y recusó al fiscal de la causa por los presuntos maltratos que recibió el jubilado mientras estuvo preso en la fiscalía y en una comisaría.

"Ahora la pesadilla es mucho más grande. Esta gente vive a tres cuadras de mi casa, en la villa, ¿qué voy a volver? ¡Ni loco!, ni yo ni mi familia", señaló el herrero de 71 años en declaraciones al canal Todo Noticias (TN). "Yo ya tomé la decisión que ahí no vuelvo. Esta gente me cagó la vida de una manera... yo no voy a arrastrar a cinco nietos, tres hijos, los amigos… Perdí todo, perdí mis amistades, mi casa, mi barrio, mi forma de vida…", continuó el jubilado, quien durante la entrevista se mostró angustiado y por momentos lloró, acompañado de sus abogados defensores, Marino Cid Aparicio y Fernando Soto.

Ríos dijo que él nunca le hizo "daño a nadie", que siempre se consideró "un vecino muy servicial", por lo que toda esta situación es "terrible" para él y su familia.

Respecto del hecho, el jubilado relató que se topó con Franco Moreyra (26), alias "Piolo", adentro de su casa y que se trabó en lucha con aquel. Cuando luchaba dijo que le gritó: "No te quiero matar, no te quiero tirar" y luego "tirate al piso", con intenciones de que depusiera su actitud.

También recordó que en un primer momento él creyó que en vez de un destornillador el asaltante estaba armado con un "cuchillo". "Pensé que me clavaba eso en el ojo. Me asusté mucho", señaló el jubilado, quien aún lleva vendas en las heridas que recibió en sus brazos.

Según Ríos, tras el forcejeo, a Moreyra ese destornillador se le cayó al piso, al igual que una tarjeta SUBE y un carnet del club Quilmes.

Después de luchar, Ríos dijo que se volvió "loco" cuando el delincuente se trepó por el muro para escapar hacia la casa de su comadre, a quien le comenzó a gritar para advertirle que estaban en su vivienda. “Pensé que nos iba a tomar de rehenes a mí y a mi comadre”, dijo esta tarde en diálogo con la señal A24.

"Desde abajo, cuando pensaba en sacarle el seguro, el seguro ya no estaba, y ahí fue un tiro", sostuvo y agregó: “Una cosa es apuntar y otra es orientar donde tirar. La verdad no sé cuántos tiros tiré”.

Y respecto de la siguiente secuencia cuando él sale a la calle detrás del delincuente, el jubilado dijo que "fue todo tan confuso". "Ahí se me nubló todo (...) Se me hace una nebulosa muy jodida en la cabeza", explicó.

Consultado de si él llamó a la Policía ya que era la tercera vez en la misma noche que le entraban a robar los mismos delincuentes, Ríos dijo que no lo hizo: "Podría decir que me bloqueé".

Según la investigación en curso, Adolfo Ríos disparó tres veces contra Franco Martín Moreyra cuando el joven que había entrado a robar a su casa se encontraba tirado en el piso, sin posibilidad de escape porque había sufrido una fractura expuesta en una pierna. El colectivero que se presentó a declarar en la causa aseguró que vio el momento exacto de los tres disparos, uno de los cuales fue el que le provocó la muerte a Moreyra.