A principios de la cuarentena, un video de dos chicas italianas jugando al tenis de una terraza de un edificio a la otra se había viralizado y había recorrido el mundo. A pesar de la imposibilidad de salir, Vittoria y Carola, las nenas de 13 y 11 años, se las ingeniaban para pegar con estilo, pese a la distancia entre ambos edificios, separados por una calle.

Tanta repercusión había tenido que hasta la ATP se había ocupado del caso, con un tuit en el que mostraba las habilidades de las dos pequeñas tenistas. Sin embargo, el caso tuvo una nueva vuelta, a partir de una publicidad de una empresa de pastas, que contrató a Roger Federer para sorprender a las jóvenes jugadoras. 


Federer, que se está recuperando de una operación de rodilla, viajó hasta la provincia de Liguria, en el norte de Italia, para sorprender a las jóvenes. En la publicidad, las chicas hablan de su admiración por el suizo, sin saber que el campeón de 20 Grand Slam las está escuchando detrás de un cortinado, hasta que aparece en escena y provoca la sorpresa de las nenas.

Además de sacarse selfies y correr para avisarle a sus familiares que Federer está en su terraza, las chicas se dan el lujo de pelotear de un edificio al otro con el ex número uno del mundo, para terminar comiendo pastas con el astro. Al comercial no le falta humor, ya que una pelota perdida termina golpeando un auto, que responde con un bocinazo, ante el comentario irónico del helvético: "In to the Macchina". O cuando las chicas aseguran que no se trata de un maniquí, lo que el suizo asiente.

  

Pero como si se tratara de una historia del recordado programa "Sorpresa y Media", el video termina con algo que las chicas desconocían: gracias a la gestión de Federer y las pastas Barilla, Vittoria y Carola podrán ir a participar de un campus de verano en la Academia de Rafael Nadal en Manacor, la ciudad natal del crack español.