Estás muy callada hoy, le dice el profesor de pilates a la narradora del libro que lleva ese nombre, Ana Navajas. La mujer acaba de encontrar el diario íntimo de su hija de 18 años, lo leyó completo, descubrió que no la invoca ni una vez. En ese ver crecer a su hija, en la pérdida de su madre, se va instalando un malestar que tiene nombre, aunque a ella le cueste ponérselo. 

La madre de la protagonista, sus hijes, la vida cotidiana que discurre sin estridencias, cierta omnipotencia y los dolores soterrados son algunos de los temas que la autora desarrolla con una prosa amable, en absoluto pretenciosa, que lleva a les lectores desde su universo al propio casi sin darse cuenta. Esa calle de doble vía entre los sentimientos de la narradora y los propios hace que la experiencia, siempre intransferible, sea al mismo tiempo transformadora. 

Mucho se habla de la literatura del yo, de su valor. La escritura de Ana Navajas reluce en ese género por su suave honestidad: no esconde sus heridas, pero tampoco las deja sangrar en un regodeo morboso. Cada momento que narra tiene un lugar para la reflexión, para la ironía y sobre todo para la ternura.

La narradora exhibe sus marcas de clase, era la nieta del "dueño" de un pueblo del norte del país, su padre era obligado cada día de su cumpleaños a ser una especie de papá noel, pero todo es contado con la amargura propia de quien no traiciona a su clase, aunque tampoco se siente parte. 

Si la madre, los tsunamis que desata la muerte de una madre, es un tema principal del libro, Navajas lo lleva con elegancia y sobre todo, con compasión, en su mejor sentido. Los diálogos con Pedro, su hijo, iluminan toda la prosa como mojones puestos ahí para alivianar la melancolía. "Cada vez que veo a alguna de las empleadas de la peluquería fumar en la vereda, o a alguna de las amigas de mamá caminar por el barrio, cada vez que veo a una abuela que pasea a su nieto o que me pinto las uñas, me pregunto por qué todos seguimos vivos menos ella", es un párrafo de la página 116. ¿Quién no se ha preguntado eso en un duelo? 

Estás muy callada hoy no trata sólo de un duelo, sino de varios, de los varios que puede hacer una mujer simultáneamente cuando, en la mitad de la vida, todo se tambalea y sólo queda la certeza de querer construir otra cosa. Acompañar el discurrir del relato entre esos peñascos es a la vez un placer y un dolor íntimo, que se agradece. 

Estás muy callada hoy, de Ana Navajas. Rosa Iceberg editora, 2019.