A fines de la década de los 80 y principios de los 90, alrededor de 1.200 pacientes hemófilicos fueron infectados con el virus del HIV y la hepatitis C mientras hacían su tratamiento en la Fundación de la Hemofilia, donde les suministraron coagulantes con sangre infectada. Treinta años más tarde –cuando solo quedan 92 infectados vivos, diez de ellos en estado terminal-, por primera vez la Cámara Criminal Federal convocó a una audiencia oral en la que seis infectados, en representación de todos los querellantes, pedirán que se revoque el fallo que sobreseyó a los cuatro imputados y que se aparte de la causa al juez Claudio Bonadio por “denegación de justicia reiterada”.

“Fue un genocidio, una matanza generalizada", así lo definen los víctimas que aún viven. "Infectaron a más de 1.200 pacientes durante dos décadas a sabiendas de que los preparados que importaban de los laboratorios Bayer, Gador, Inmmuno y Merieux estaban contaminados. Más grave aún fue que durante quince años les ocultaron la infección a los pacientes, por lo que también contagiaron a sus parejas", explica a Página/12 Gonzolo Giadone, uno de los abogados que desde el 2005, cuando se presentó la primera causa, representa a un grupo de las víctimas. En la audiencia de este mediodía, la querella solicitó que el delito de los contagios se declare como "continuado y permanente, porque las consecuencias continúan hasta la muerte”,

“Fue un genocidio, una matanza generalizada", así lo definen los víctimas que aún viven.

Los hemofílicos infectados que aún viven fueron hasta la puerta de los tribunales federales, en Comodoro Py, para encadenarse a la reja y exigir justicia. También fueron familiares de los infectados que ya murieron y no lograron ver ningún avance en la causa. El último fallo del juez Bonadio, de febrero de este año, sobresee por cuarta vez a los cuatro imputados, entre ex médicos y directivos de la Fundación de la Hemofilia (Pedro Raúl Pérez Bianco, Miguel de Tezanos Pintos, Eduardo Díaz y Eduardo Biedman).

“Están esperando que se muera el último infectado para prescribir la causa. Nosotros vamos a volver a insistir porque fue un genocidio”, se queja Giadone y explica que con el cambio de carátula la causa no podría prescribir hasta que muera el último infectado. “Hoy se van a sumar cuarenta querellas nuevas de hemofílicos que no se animaron a denunciar por miedo o porque fueron amenazados. También exigimos que aparten a Bonadio que sobreseyó a los imputados cuatro veces desconociendo los fallos de Cámara y ya denunciamos ante el Consejo de la Magistratura y la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, explica el abogado. Por su actuación en esta causa, Bonadio tiene un pedido de juicio político.

El último fallo del juez Bonadio, de febrero de este año, sobresee por cuarta vez a los cuatro imputados, entre médicos y directivos de la Fundación de la Hemofilia. 

En la causa principal, impulsada en 2005, los imputados reconocieron 211 infectados; todos ya murieron. Luego se interpusieron 47 nuevas querellas, a las que se sumarán otras 40 esta tarde. “Hay pacientes que fueron infectados en el 92 y las primeras denuncias son del 85. Esto prueba que siguieron usando los preparados infectados. Le ocultaron a los hemofílicos que habían sido contagiados y a toda la sociedad: somos el único país de toda América Latina con un índice tan elevado de hemofílicos infectados. En el resto de los países prácticamente no hay”, sostiene Giadone.  

Quienes deberán definir el destino de la causa, son los camaristas que integran la Sala Nº1 en lo Criminal y Correccional Federal Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y Leopoldo Bruglia.