Feministas brasileñas hicieron una barrera humana alrededor de un hospital para ayudar a que una niña de 10 años que fue violada por su tío accediera a un aborto. Un grupo antiderechos, alentados por la militante bolsonarista Sara Winter, intentó irrumpir en el hospital para obstaculizar la práctica que había sido autorizada por la justicia.

El fin de semana, mujeres brasileñas hicieron una barrera humana para evitar que militantes antiderechos irrumpieran en el hospital público de Recife. La niña de 10 años estaba embarazada producto de los abusos de su tío, quien está prófugo.


El juez Antonio Moreira Fernandes, del Tribunal de Justicia del estado de Espírito Santo, había autorizado que la niña abusada interrumpiera el embarazo. En Brasil, el aborto solo está permitido en casos de violación, si corre riesgo la vida de la persona gestante o cuando el feto presenta anencefalia.

Este fin de semana, la niña fue ingresada a un hospital de la ciudad de Vitória, la capital regional de Espírito Santo, una localidad en el sureste de Brasil. Sin embargo, tuvo que ser trasladada a un hospital del estado de Pernambuco debido a que los médicos que debían garantizar la práctica se pronunciaron como objetores de conciencia.

El procedimiento era confidencial -garantizando los derechos de la niña- hasta que la activista bolsonarista y antiderechos Sara Winter publicó videos en sus redes sociales donde exponía a la niña y al médico, diciendo que la pequeña "debería someterse a una cesárea" para "tratar de salvar ambas vidas".

Winter, nacida Sara Fernanda Giromini, se hizo conocida en Argentina después de que en 2018 participara en el Congreso como vocera antiderechos durante el debate por la interrupción voluntaria del embarazo.

La activista antiderechos convocó a que manifestantes fueran al hospital de Pernambuco para obstaculizar el aborto. Las personas le gritaron “asesino” al médico que iba a realizar la práctica e intentaron ingresar al hospital.

"Algunos diputados y fundamentalistas intentaron invadir la maternidad, que es una maternidad de alto riesgo, llamando a la niña asesina", denunció Carol Virgulino, presidenta de la comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Pernambuco. Virgulino y otros funcionarios y políticos brasileños fueron al hospital para apoyar a la niña.

La diputada del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) Áurea Carolina junta firmas para que el Frente Parlamentario Antirracista y Feminista firme la denuncia contra Sara Winter por exponer la identidad de la víctima. Mientras tanto, la Promotoria de Infancia y Juventud de São Mateus investigará a un grupo bolsonarista que presionó a la familia de la niña para que suspenda el aborto. El grupo habría contado con el apoyo de Damares Alves, pastora y ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos del gobierno de Jair Bolsonaro.