"Soy fan del género", admite Hugo Lobo. ¿Se refiere al ska? Podría ser, aunque no es éste el caso: el trompetista bohemio habla del género terror. "Ficción terror", aclara. Como sea, Lobo reconoce que profesa un culto especial por sus contenidos: "Siempre me gustaron mucho Stephen King, Joe Hill, Neil Gaiman, Lovecraft, Isaac Asimov y Mario Levrero. Kafka también", detalla.

Su manija y voracidad lo llevaron a imaginarse no sólo en el rol pasivo de la lectura, sino en el protagónico de puño y letra. "Hace tiempo tenía ganas de editar muchas cosas que tengo en la cabeza y lo tomé como una cuenta pendiente. Estoy apretando el acelerador para publicar antes de fin de año un libro mío con siete u ocho cuentos", avisa.

Pero no es todo: "También tengo dos cortometrajes. Uno de ellos terminado. Y es un corto… muy corto: dura un minuto y medio. Son cosas que fui filmando en primera persona desde hace unos tres años. Incluso lo mandé a un festival, a ver si entra. Es un hobbie que tengo, aunque con mucho respeto al profesionalismo del género".

Los tiempos corren y precipitan el camino hacia el final del año en el tramo del segundo semestre. Pero, claro: entre el libro y los cortometrajes sobre terror (en un año ídem) aparece siempre el ska. Pero no como sólo creador e intérprete, sino también como curador. La resultante es el volumen 3 de Ska Unity, la saga de compilados sobre el género que Hugo viene publicando desde 2017 con talentos del interior del país.

 

"Viene de la mano de lo que hago hace seis años con mi movida solista, que me permite viajar por el país compartiendo y tocando con músicos de distintos puntos. Lo pensé para federalizar un poco la música, que siempre está centralizada en capital, y sobre todo la música independiente", explica Lobo. "En principio iba a ser un solo compi, aunque ya vamos tres". Para el último, que salió en julio, Hugo recibió más de setenta canciones. "Así que se vienen dos volúmenes más", dice.

En este Vol. 3 entraron 21 canciones que mapean la actividad de todo el país dentro de sus variables (ska core, ska punk, jamaiquino, rocksteady) en un recorrido que va desde Cutral-có hasta Tilcara, de Comodo Rivadavia al Valle de Calamuchita, de Junín a Mendoza. "No está monetizado ni nada. Quizás salga una versión en físico solo para que las bandas lo puedan hacer circular", banca Lobo. ¿Qué sigue? "Quizás uno con proyección latinoamericana", anticipa. A escuchar y esperar.