El 94 por ciento de los beneficios previsionales le ganaron o empataron con la inflación tras el aumento anunciado por el Gobierno para septiembre. Se trata de 7,8 millones de beneficios. Los que más ganaron son los del haber mínimo (74,1 por ciento de los beneficios). En tanto, hay casi 600 mil beneficios que perderán hasta 2,2 por ciento de su poder adquisitivo. 

Así se desprende de un informe realizado por el Ministerio de Trabajo. Para llegar a estas conclusiones, compara los tres aumentos a los jubilados que se dieron por decreto en marzo, junio y septiembre contra la inflación que estiman hasta septiembre. El Indec estableció que en el primer semestre, la suba de precios fue del 13,6 por ciento. El Ministerio de Trabajo estima que en el tercer trimestre será de 6,12 por ciento, por lo que alcanzará en nueve meses 20,54 por ciento. Hasta julio, último dato que se conoce, la inflación fue de 15,8 por ciento, por lo que están estimando agosto y septiembre.

Los aumentos se otorgaron por decreto dado que en diciembre del año pasado fue suspendida la fórmula de movilidad. Las subas tuvieron un impacto distinto en las jubilaciones dado que en marzo tuvieron un componente de suma fija, por lo que a las más bajas les significó un aumento mucho mayor que a las más altas. Luego en junio y septiembre el ajuste se otorgó con una variación porcentual, por lo que fue idéntica para todo el universo de haberes.

Por este motivo, los grandes ganadores fueron los de la jubilación mínima. Los tres aumentos le significaron una suba del 28,9 por ciento, 8,3 puntos por encima de la inflación (estimada). En tanto, las jubilaciones de hasta 48.392 pesos tuvieron un incremento de 21 por ciento, apenas 0,4 por ciento por encima de la inflación. Se trata del 94 por ciento de los beneficios (precisamente, 7.869.671, y se incluyen pensiones y Puam).

Hasta los 52 mil pesos, la mejora en el poder adquisitivo es positiva o neutra. En los 60.063 pesos, pierden con la inflación. Tuvieron una suba del 20,1 por ciento, por lo que el poder de compro cayó un 0,4 por ciento. La pérdida crece a medida que aumenta el haber. Las más altas, de 121.990 pesos, habrán tenido una suba del 18,4 por ciento, 2,2 puntos por debajo de la inflación.

Además, quienes reciben una prestación mínima obtuvieron otros beneficios. En diciembre 2019 y enero 2020 se les otorgaron dos bonos de hasta 5000 pesos y en abril uno de hasta 3000 pesos. La medida favoreció a 4,5 millones de personas que en ese momento cobraban 14.068 pesos. Esos 13 mil pesos fueron por única vez. Pero el informe del Ministerio de Trabajo establece que implicaron una bonificación extra de 1.444 pesos por mes (si se dividiera en 9 meses), por lo que “representa más del 8 por ciento de incremento a los valores de la prestación mínima”.

El hecho de que el 6 por ciento de los beneficios, casi 600 mil, reciban menores incrementos a la inflación fue criticado por distintos sectores. Desde el Gobierno citan el texto de la ley de solidaridad social, aprobada en diciembre. “El Poder Ejecutivo deberá fijar trimestralmente el incremento de los haberes previsionales (…) atendiendo prioritariamente a los beneficiarios de más bajos ingresos”. En la campaña presidencial, Alberto Fernández había mencionado que el objetivo era “empezar por los últimos” (art. 55 Ley N° 27.54).

“Los de mayores ingresos evidencian una merma razonablemente acorde a las presentes circunstancias”, justifica el documento oficial. Según el Centro de Economía Política (Cepa), la cobertura de medicamentos implica una suba indirecta del 3,6 por ciento. Además, las jubilaciones aumentaron 14 puntos por encima de los salarios, en un contexto de virtual parate de las paritarias. Por último, resaltan que la jubilación media creció 0,9 por ciento en el primer semestre 2020, contra un desplome en la recaudación de Anses del 10 por ciento. La explicación del desfinanciamiento se explica en la caída del salario y del empleo.

          

Otra de las cuestiones que se reclama ante cada suba por decreto es qué hubiera pasado de haberse mantenido la fórmula previsional aprobada por el macrismo en 2017. Todas las subas hubieran sido iguales para los haberes: en marzo, del 11,56 por ciento, en junio de 10,9 por ciento y en septiembre de 9,88 por ciento. Como la fórmula actualiza por inflación de los últimos 6 meses, también se puede estimar diciembre: 4,55 por ciento. Es este rezago el que explica por qué las subas hubieran sido tan altas: porque la inflación de 2019 fue la más alta desde 1991. Pero es este mismo rezago el que explicó que entre 2017 y 2019 las jubilaciones perdieran 15 puntos contra la inflación.

De hecho, en la comisión de previsión del Congreso donde se estudia una nueva fórmula, economistas con distintas posturas ideológicas plantearon que mantener la fórmula hubiera significado un fuerte impacto a las arcas estatales, debido a la caída en la recaudación. Además, los expertos en seguridad social justificaron la suspensión de la movilidad, debido a que plantean que las variables que se utilizan en todo el mundo para ajustar jubilaciones (precios, salarios y recaudación) se encuentran distorsionadas por la pandemia.