El aborto con misoprosol es un método seguro recomendado por la Organización Mundial de la Salud: tiene un 85 por ciento de efectividad, evita que las personas que desean interrumpir su embarazo deban pasar por una intervención quirúrgica y no requiere internación ni anestesia, tampoco después de realizada la práctica.

En Internet circula una gran cantidad de información poco confiable sobre cómo usar correctamente el misoprostol y dónde conseguirlo y a algunas personas les resulta difícil distinguirla de la buena información. En el imaginario social aún hoy prevalece la idea de que un aborto implica siempre una intervención quirúrgica, incluso hay quienes piensan que abortar con misoprostol requiere una práctica asociada, cuando no es así. También circulan mitos que solo contribuyen a generar miedo sobre este método que es totalmente seguro, que puede practicarse en el hogar y que no reviste ningún riesgo ni complicación cuando se realiza de manera correcta.

Entonces ¿dónde conseguir información confiable y segura? A los espacios y redes feministas ya existentes, desde el 8 de agosto se sumó el Observatorio Nacional de Acceso al Misoprostol (MisObservatorio), una organización compuesta por un grupo interdisciplinario de personas cuyos principales objetivos son brindar información sobre los avances científicos en torno al misoprostol y construir un monitoreo nacional sobre la distribución y el acceso al mismo, que sirva para el desarrollo de políticas públicas que faciliten y democraticen el acceso a abortos seguros.

Sus integrantes provienen de diversos espacios como consejerías, algunas de ellas formaron parte de "Lesbianas y Feministas por la Despenalización del Aborto" -grupo que fue pionero en brindar información y asistencia a personas que deseaban acceder a un aborto- también hay periodistas, comunicadoras y docentes.

Candela García es coordinadora general del MISObservatorio, en diálogo con Las12 explica: “La información sobre el misoprostol está muy poco difundida. No se puede hablar de aborto legal sin discutir cómo sería esa legalización. Pensamos que para que el aborto realmente sea accesible para todes, el misoprostol tiene un rol central, porque al poder desmedicalizar la práctica y que suceda por fuera del hospital, lo que genera es que sea más accesible para muchas personas que no tienen el acceso a la salud. Para muches, el hospital puede ser un lugar súper hostil, sobre todo para varones trans o lesbianas, que nos cuesta un montón acceder al diálogo con médiques en el sistema de salud en general”, explica.

Otro de los grandes problemas que deben enfrentar hoy las personas que desean abortar con misoprostol es un precio de venta irrisorio, imposible de pagar para muchxs. Actualmente lo que se pueden encontrar es: Misop200, que cuesta 5200 pesos y Oxaprost, que cuesta 8600 pesos. En algunas provincias solo se consigue la más cara debido a que es la que posee más tiempo en el mercado. “Al no tener aborto legal, muchas personas no se quieren acercar a los hospitales, entonces la forma que encuentran más cómoda para comprarlo es en las farmacias, pero les es imposible pagarlo. Lo que celebramos es que apenas asumió Alberto Fernández, desde el Ministerio de Salud se estableció un acuerdo de precios con los laboratorios para retrotraer los precios un 8 por ciento. Durante el macrismo, el precio del misoprostol aumentó más de un 1280 por ciento sin justificativos, hay un monopolio y nula intervención por parte del Estado para tratar de contener esta situación” asegura García.

En la web misobservatorio.org se puede encontrar una sección que explica cómo abortar de manera segura y además un instructivo emitido por la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva con instrucciones muy claras sobre el Protocolo de Interrupción Legal del Embarazo que se publicó este año. Las redes sociales del MISObservatorio funcionan como canal de comunicación donde se pueden realizar todo tipo de consultas, los casos que llegan son derivados a las consejerías. Desde el Observatorio aseguran que si se difunde información confiable sobre el misoprostol se puede terminar con los mitos que sostienen que un aborto siempre requiere de internaciones, raspajes y anestesia. Es fundamental hacer especial hincapié en que existe un procedimiento que no es invasivo, que se puede llevar a cabo en el hogar y es totalmente seguro.

García cuenta que también reciben consultas de personas que residen en Uruguay, donde el aborto es legal, pero se encuentran con otro problema, la falta de acceso al misoprostol: “Nos preguntan cómo usarlo o dónde conseguirlo porque en Uruguay, en un principio, se eliminó la venta en las farmacias. Por eso sostenemos que es importante que el misoprostol esté accesible en los centros de salud, de manera gratuita pero que también se siga vendiendo en farmacias a precios populares. Hay mucha gente que prefiere no tener que ir al sistema de salud, y además depende de dónde vivan, si hay salitas cerca de su casa o no. Hoy, por ejemplo, en Mendoza y en San Juan hay leyes que prohíben la venta del misoprostol en farmacias, esos son los lugares más críticos".

Aun cuando el Estado salde la deuda que tiene pendiente en nuestro país y el aborto sea ley, la problemática del acceso a este derecho no se solucionará automáticamente. Se requiere de profesionales de la salud capacitadxs en la materia. García asegura: “Hoy en día muches ginecólogues no saben explicarle a un paciente cómo se usa el misoprostol. Es un contenido que aún no se da en las universidades y también hay una falta de iniciativa de les profesionales de informarse sobre el tema. Además, en nuestro país ya hay aborto legal con causales y son muchas las personas que están enmarcadas dentro de la ley. No puede ser que en el sistema de salud no le sepan informar a un paciente cómo se aborta de manera segura. Lo que termina pasando en esos casos cuando les explican mal cómo usar las pastillas, es que deben completar el aborto con un procedimiento quirúrgico. Esto tiene que ver con la mala información y también con que los precios del misoprostol son tan altos que muchas personas no pueden acceder a comprar todas las pastillas que necesitan que son 12 en total y las compran fraccionadas, lo que deriva en una mala práctica o en un aborto inseguro cuando no debería ser así”, concluye.