No todo es panelismo, concursos y novelas enlatadas en el prime time de la televisión argentina. Desde hoy y durante un mes, de lunes a viernes a las 22, el canal Encuentro pondrá al aire la tercera parte del ciclo de documentales argentinos contemporáneos y de carácter federal No ficción, integrado en este caso por una veintena de films cuya amplitud artística y temática da cuenta del buen estado de salud del que goza el cine de lo real en el país. Surgido en el contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado a mediados de marzo por el Gobierno Nacional, No ficción viene proponiendo un diálogo con la región y el resto del mundo mediante “la representación de nuestras experiencias, testimonios, historias, oficios, personalidades y diversidades”, tal como se lee en la presentación oficial del ciclo que levantará el telón esta noche con El navegante solitario.

Al igual que gran parte de los documentales sobre personajes históricos no del todo conocidos, el del profesor, divulgador científico y realizador Rodolfo Petriz encuentra su principal foco de interés en el valor testimonial de lo narrado y el hallazgo de materiales de archivo familiares y periodísticos sobre su protagonista, un hombre cuyas gestas, si bien datan de la primera mitad del siglo pasado, recién en los últimos años empezaron a encontrar su lugar en la historia grande del deporte argentino. Porque Vito Dumas supo romper todos los records existentes en materia de navegación: fue, entre otras cosas, el primer marinero en unir en soledad Europa y Sudamérica (en 1931) y uno de los pocos que logró dar la vuelta al mundo. Relato sobre la pasión y la tenacidad, El navegante solitario funciona como una notable película de aventuras decimonónicas que enfrenta a su héroe tanto a los cambios políticos de la Argentina (fue una de las tantas víctimas de la Revolución Libertadora) como a los caprichos de una naturaleza indomable.

Para el lunes 24 se anuncia A una legua, en la que Andrea Krujoski narra el viaje del músico y compositor Camilo Carabajal, quien junto a su compañera emprende la construcción del ecobombo, un proyecto que integra la investigación científica, la gestión medioambiental y el goce musical que conecta las raíces folclóricas con la vanguardia del trabajo estético científico del siglo XXI. El martes 25 se verá el primero de varios films centrados en cuestiones vinculadas con la identidad de género y la diversidad sexual. Se trata de El laberinto de las lunas, de Lucrecia Mastrángelo, que reúne los testimonios de Karla Ojeda y Maira Ramírez, dos travestis que atraviesan un proceso de adopción, y Gabriela Mansilla, mamá de una niña trans. Al otro día habrá un viaje al pasado con Miró: las huellas del olvido, en el que la realizadora pampeana Franca González indaga en los vestigios del pueblo del título, un lugar fundado en 1901 que, diez años más tarde, fue testigo de la mudanza de sus habitantes a otras localidades cercanas más pujantes, sumiéndose así en un estado de abandono que continúa hasta el presente.

¿Es posible filmar un modelo educativo? El director Alejandro Vagnenkos ensaya una respuesta en Escuela trashumante. Una respuesta desde ya afirmativa, puesto que el objeto de estudio del documental que se verá el jueves 27 es la dinámica pedagógica de la escuela de la localidad neuquina de Huncal. El problema allí es que la rutina de los alumnos está íntimamente ligada a los ciclos de pastoreo de las chivas y las ovejas –principal sustento económico de la zona–, y por lo tanto llevan un modo de vida trashumante, es decir, pasan una porción del año en ese pueblo y otra en Cajón chico, a 70 kilómetros. Frente a esa particularidad surgió un modelo educativo que acompaña ese desplazamiento, desdoblando las clases en dos edificios y con un calendario lectivo adaptado a esas necesidades que incluye, entre otras cosas, un receso en septiembre por “parición” y otro en diciembre por “trashumancia”.

Guionista, director, productor y actor con múltiples apariciones en cortos y series nacionales –en especial de aquellas realizadas para su consumo vía web-, Iair Said debutó en la realización de largometrajes con Flora no es un canto a la vida, a emitirse el viernes 28. Durante un buen tiempo filmó a su tía abuela Flora Schvartzman, una mujer soltera de 90 años que desea morir desde el día que nació y dueña no solo de un pesimismo innegociable, sino también de un amplio departamento en el barrio de Flores que Said mira con mucho cariño. Flora… muestra en clave de comedia (a veces negra y trágica, otras melancólica y tierna) los denodados intentos del sobrino nieto por ganarse la simpatía de esa anciana tan querible como cascarrabias, dando como resultado un documental familiar -uno de los platos más recurrentes del menú del cine argentino contemporáneo- que tensa los límites entre realidad y ficción y en cuyos pliegues aparecen temas como la vejez, la soledad y la muerte.

El ciclo continuará el lunes 31 con El panelista. Estrenado en la Competencia Argentina de la séptima edición del Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires (Fidba), el segundo trabajo como realizador de Juan Manuel Repetto tiene como protagonista a Carlos Bianchi. No, no es el director técnico, sino el líder de un grupo de personas con ceguera especialmente entrenadas para catar alimentos en un laboratorio de investigación, cuyas rutinas se alteran con la llegada de nuevas integrantes al equipo. El primer día del septiembre está reservado para Mujeres de la mina, en la que Malena Bystrowicz y Loreley Unamuno tematizan la discriminación a través del retrato de las condiciones de vida de tres mujeres que trabajan en los alrededores del yacimiento de Potosí. El miércoles 2 vuelve la aventura con la temible montaña Dhaulagiri –que con casi 8200 metros es uno de los picos más altos de la cordillera del Himalaya– como marco. Hasta allí viajaron, en 2008, tres montañistas argentinos, uno de los cuales nunca volvió. Esa historia es recreada por los directores Guillermo Glass y Cristián Harbaruk en Dhaulagiri, ascenso a la montaña.

El futuro perfecto, de Nele Wohlatz.

Líneas arriba se dijo que las cuestiones de género atraviesan de punta a punta este ciclo. Así ocurrirá el jueves 3 con Mocha: nuestra lucha, su vida, mi derecho, de Francisco Quiñones Cuartas y Rayan Hindi, una creación colectiva de los alumnos del Bachillerato Mocha Celis que cuentan desde adentro los detalles la primera escuela orientada a personas trans. Esa semana culminará con El futuro perfecto, de Nele Wohlatz, centrada en las vivencias de una chica china de 17 años recién llegada a la Argentina que debe adentrarse en los secretos del idioma de Cervantes. Lejos de tematizar el desarraigo y la distancia, Wohlatz toma las vivencias de la jovencita para una lúdica aproximación al cine como construcción colectiva mediante un documental ensayístico con tintes de ficción (y de ficción dentro de la ficción). Radicalmente opuesta es la búsqueda Monumento, de Fernando Díaz, que pone en diálogo a varios sobrevivientes del Holocausto con el Monumento Nacional a las víctimas del Holocausto judío realizado por los arquitectos Gustavo Nielsen y Sebastián Marsiglia a partir de una iniciativa de la Secretaría de Cultura de 2009. Se verá el lunes 7.

Si El futuro perfecto es, entre tantas cosas, una película sobre el cine dentro del cine, La película infinita, pautada para el martes 8, es cine hecho de cine. O, para ser precisos, de cine que nunca llegó a consumarse. El último trabajo de Leandro Listorti está hecho a partir de fragmentos de películas de ficción, es decir, una sucesión de imágenes en fílmico con marcados contrastes estilísticos, oscilando entre el blanco y negro y el color. Lo particular es que esos fragmentos provienen de films nunca terminados rodados durante un período que va desde fines de los ‘50 hasta los primeros años del nuevo milenio. A ese acto de amor cinéfilo le seguirá otro documental atravesado por el mismo sentimiento. Es lo que siente el grupo de seis señoras mayores reunidas por María Álvarez en Las cinéphilas. No hay demasiado en común entre ellas, a excepción de un fanatismo por la sala oscura que las lleva a -entre otras cosas- calibrar con precisión suiza la grilla de los festivales para ver la mayor cantidad de películas posibles. Sin embargo, y es aquí donde Las cinéphilas adquiere matices de interés, Álvarez logra vehicular a través del cine la batería de sensaciones que atraviesan estas mujeres frente a la certeza del paso del tiempo.

La literatura es la protagonista central de Don Juan, a emitirse el jueves 10. No solo porque se trata de una complicación de entrevistas a Juan Filloy, sino porque el director es Mempo Giardinelli, una de las grandes plumas contemporáneas y habitual columnista de este diario. Halmoni es el nombre de la abuela del director Daniel Kim -que llegó a la Argentina hace varias décadas y se radicó en Ushuaia, donde todavía trabaja en el vivero que abrió junto a su marido- y también el título de la película en la que su nieto le rinde homenaje, reflexionando de paso sobre la identidad y la cultura, pero también sobre el valor del trabajo y el sentido de pertenencia. Este párrafo empezó con literatura y termina con música. En Una banda de chicas, Marilina Giménez –ex integrante de la banda Yilet devenida en cineasta- propone un registro autobiográfico y coral que desde una perspectiva de género analiza cuál es el rol de la mujer en la escena actual y qué pasa cuando ellas tocan la música que eligen.

Y así llegamos al martes 15, fecha elegida para Un tigre arriba de la mesa, en la que Juan Manuel Varela y Mariana Manuela Bellone siguen el día a día de un taxidermista mediante el registro de su rutina y el testimonio de quienes lo conocen. Sobre los paradigmas de belleza femenina y su íntimo vínculo con la sobreexposición de las redes sociales habla Las lindas, dirigida por Melisa Liebenthal y programada para el miércoles 16, mientras que la otra jornada está reservada para Darnos la palabra, una iniciativa de Flacso Argentina comandada por los directores Patricia Redondo y Estanislao Antelo, en la que maestras y maestros de diversas generaciones y de todo el país (Córdoba, Rosario, Viedma, el interior de la Provincia de Buenos Aires, Jujuy) dialogan sobre sus prácticas y vidas atravesadas por la docencia.

La recta final de No ficción III arranca con Todxs somos López el viernes 18. El documental de Marcos Tabarozzi es una crónica sobre los días sin Jorge Julio López, testigo y querellante en el primer juicio por genocidio en la Argentina, que fue desaparecido el día de la lectura del veredicto que condenaría a sus secuestradores. El ciclo culminará el lunes 21 con Ausencia de mí, un notable trabajo de Melina Terribili que se sumerge en las facetas más dolorosas de la vida de cantautor, poeta, escritor y periodista uruguayo Alfredo Zitarrosa. Recibido con notables críticas al momento de su estreno, es una clausura perfecta para un mes a puro cine de lo real.

Ausencia de mí, de Melina Terribili