Dos estudios revelaron que la mayoría de las personas en Argentina tienen problemas para conseguir ropa de su talle y que esto impacta de forma negativa en su salud emocional. Los estudios, uno realizado por la ONG AnyBody y otro por un grupo de profesionales y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA), arrojaron datos que indican que la falta de talles, sumado al uso de redes sociales, afecta negativamente en la percepción corporal de las personas.

La organización internacional AnyBody realiza desde 2012 una encuesta anual y la de este año reveló que casi el 65 por ciento de las personas tienen problemas para conseguir ropa de su talle. "En términos generales, esta cifra sigue constante a través de todas nuestras encuestas", explican desde la ONG.

AnyBody fue creada en 2003 por la psicoterapeuta Susie Orbach en Londres para prevenir "el deterioro de la salud física y mental de personas al intentar lograr una 'perfección' física irreal e imposible".

El relevamiento de este año fue respondido por 8025 personas de entre 12 y 88 años y el 46,9 por ciento contestó que el no encontrar talles les lleva a cuestionar su cuerpo y que el sentimiento más recurrente que les genera "es tristeza porque el cuerpo no encaja en la ropa deseada". "Todo esto perjudica la salud mental y emocional de las personas", aseguraron desde AnyBody.

Otro dato es que más del 80 por ciento de los encuestados afirmaron que la ropa que quieren comprar está disponible en talle único siempre (el 38,58 por ciento) y frecuentemente (el 43,76 por ciento). El 56 por ciento señaló que los jeans o pantalones son las prendas que traen más dificultades a la hora de conseguir talle.

En el caso del calzado, el 23,94 por ciento de las personas encuestadas dijeron que tienen problemas para conseguir su número. El talle 40, detalla el informe de AnyBody, es el más complicado de conseguir tanto para varones como mujeres.

El relevamiento de la organización internacional coincide con el estudio que lideró Candela Yatche, activista por la diversidad corporal y estudiante de psicología que integra el equipo de prevención en trastornos de la conducta alimentaria que coordina Guillermina Rutztein de la UBA. Yatche contó con la colaboración de la licenciada en Psicología Julieta Sanday.

A través de @bellamentearg, la cuenta de Instagram de Yatche, realizaron una encuesta de la que participaron 6596 personas que se autoperciben como mujer de entre 18 y 35 años. "El 46% de las mujeres afirma que la percepción de su imagen corporal cambió de manera negativa durante el aislamiento social", contó Sanday.

Según la licenciada en Psicología, “más de la mitad siente emociones negativas (frustración, angustia, ansiedad, enojo, aburrimiento, envidia) después de mirar Instagram y comparan frecuentemente su apariencia física con las personas" que aparecen en esa red social. El 86 por ciento de las encuestadas afirmó que alguna vez se sintió mal con su cuerpo después de ver una publicación en Instagram, de las cuales el 62 por ciento era de una influencer o celebrity.

"El 55% de las mujeres dijo que después de ver una publicación en Instagram de lo que consideran como un cuerpo ‘ideal’, se encuentran visitando páginas para cambiar partes de su cuerpo", agregó Yatche.

El resultado de la encuesta fue compartido en @bellamentearg. "A partir de este estudio compartimos el ejercicio de hacer una limpieza en redes para seguir a cuentas que nos nutran y nos hagan sentir bien con lo que somos", recomendó Sanday.

La ley de talles

El 20 de noviembre de 2019 se sancionó en el Congreso la ley de talles, impulsada por AnyBody, entre otras organizaciones. “Conseguimos que se apruebe un proyecto de ley nacional de talles. ¡Ahora vamos por la reglamentación e implementación!", afirman desde la ONG.

La ley de talles que busca establecer un "Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria" (Suniti) correspondiente a medidas corporales estandarizadas. Este registro debe ser accesible para el consumidor y actualizado cada 10 años según un estudio antropométrico realizado por la autoridad de aplicación.

El Suniti se contempla tanto en la fabricación, confección, comercialización o importación de indumentaria destinada a la población a partir de los 12 años de edad. Además, establece medidas contra la discriminación en los comercios y apunta a atacar enfermedades como la bulimia y la anorexia.

La ley obliga a los comercios que se dedican a la venta de indumentaria a exhibir un cartel de un mínimo de 15×21 centímetros, en un lugar visible, que contenga la tabla de medidas corporales normalizadas.

Además, indica que “todo comerciante, fabricante o importador de indumentaria debe identificar cada prenda de acuerdo con el Suniti”. La etiqueta debe ser “de fácil comprensión para el consumidor” y debe estar “adherida a la prenda”.